“Los pobres caballeros de Cristo”, más conocidos como los templarios, fue fundado por el noble francés Hugo de Payens y Godofredo de Saint-Adhemary y siete nobles franceses más. Los nuevos Freire o Monjes Monásticos, Juraron ante el Patriarca los votos de: castidad, pobreza y obediencia, y el rey de Jerusalén Balduino II les concedió un lugar para su cuartel las antiguas Mezquitas de Koubet Al-Sakha y Koubet Al-Aksa, situadas en el solar del Antiguo Templo de Salomón, por este motivo se les conoce como la Orden del Templo y sus miembros templarios. El Concilio de Troyes, aprobó la fundación de la Orden del Templo. San Bernardo el apoyo y estos bravos e intrépidos soldados de Cristo, revestidos de coraza de acero y de fe, pueden gozar de completa seguridad, con esta doble coraza, no han de temer a los enemigos de Cristo, al demonio y a la muerte. Eran mansos como corderos y fieros como un león. Sus corazones estaban con Jesús el Cristo. Desalojar a los musulmanes de las Tierras Santas fue muy cruenta y a la ves lo facilito la desunión de los musulmanes, que luchaban por el poder, y fueron defendidas por tres órdenes militares: Hospitalarios, teutónicos y templarios, quienes estaban consagrados a la defensa y custodia de los peregrinos. Felipe el Hermoso, por la ambición de la riqueza acumulada por los Templarios y deudas impagables a los mismos, comenzó una persecución y acusaciones horribles en contra de ellos, forzó al papa Clemente V a “suprimir” la Orden Templaria y lo ratificaron en el Concilio de Vienne. Los Templarios se entregaron fácilmente fueron torturados y obligados a declarar infamias contra la iglesia y las buenas costumbres a muchos de ellos. Su Gran Maestro Jaques de Molay con 30 Templarios más fueron quemados en la Hoguera el 18 de marzo de 1314. Escribió un testigo presencial las siguientes palabras: “El Gran Maestre Jaques de Molay cuando vio la hoguera dispuesta, se desnudó sin titubear, quedándose en camisa. Maniatado lo llevaron al poste, y dijo: al menos  dejadme que junte un poco las manos para orar a Dios, ya que voy a morir, solicito a los verdugos. Dios sabe que muero injustamente. Estoy convencido de que el vengara nuestra muerte. A vos señor os ruego que miréis a la Virgen María Madre de Jesús Cristo”, se le concedió lo que pedía, lanzo la maldición contra sus verdugos, y murió dulcemente en esta actitud dejando maravillado a todo el mundo”. El papa Clemente V murió un mes después. Felipe IV, el Hermoso, murió ocho meses después, a consecuencia de una caída de su caballo. Nogaret, canciller, ejecutor del proceso contra los Templarios, murió. Esquin de Floyran, Traidor, murió apuñalado. El espíritu templario no se extinguió con la muerte de su Gran Maestro De Molay en manos de la inquisición. No todos los Templarios fueron aniquilados, los sobrevivientes se reorganizaron en secreto, y sus huellas quedaron impresas en muchos lugares de Europa e incluso, hay huellas en América  de su presencia. Los Caballeros del Temple proclamaron la inocencia de su Gran Maestro, en memoria de todos aquellos que pagaron con sus vidas por la fe en el Temple. Nos preguntamos: ¿Continúan los Pobres Caballeros de Cristo, Los Templarios, en estos días? ¿Hay una prolongación clandestina de esta extraordinaria orden monástica y militar? Su historia ha fascinado a escritores. Según los investigadores de esta extraordinaria leyenda, la prolongación de los Caballeros Templarios si se produjo en diferentes lugares. Fueron acogidos por diferentes Órdenes Monásticas Militares, tales como: en Alemania ingresaron la mayor parte en la Omo Novelistas, Orden Teutónica. En España por las Órdenes Calatrava, Santiago, Alcántara, y también ingresaron donde sus antiguos rivales, los Hospitalarios de San Juan, a quienes el papa Clemente V, les adjudico la mayor parte de las riqueza de los Templarios. Se conoce que en España, ingresaron también a la Cofradía de los Constructores. Los historiadores Marilyn Hopkins, Graham Simmans y Tim Wallace – Murphy son los autores de la obra Los Hijos Secretos del Grial, al respecto dicen sobre el origen de la Masonería: los Templarios tuvieron estrecha relación con ciertas logias del Compagnonnage llamados “Hijos de Salomón” con quienes construían catedrales, granjas, encomiendas, castillos y capillas. En Escocia hay huellas más evidentes, y fue allí donde a las logias se le dio el nombre de: “albañiles libres” o Francmasones.


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