La columna de «Obreros de Hiram Abif» es para hacer reflexiones sobre temas filosóficos e iniciáticos. No obstante, con mucho respeto a los lectores, en esta oportunidad me veo en la imperiosa necesidad de hacer una reflexión sobre la situación de la masonería en nuestro país, Venezuela.

Tengo una larga trayectoria en la augusta institución, donde por voluntad de mis QQ.HH. me desempeñé en el honroso y alto cargo de Gran Maestro. Recuerdo ese inolvidable día de mi iniciación, donde tuve el honor de la asistencia de connotados viejos maestros. Cuando terminó mi iniciación, no se me borra de mi mente y corazón de masón estas palabras, de quien se desempeñó como Or. Fisc.:*** A partir de este momento te reconocemos como nuestro Q. H. masón. Serás reconocido en todo el globo terráqueo como hermano masón, solo reconocido por tus signo, palabra y tocamiento, sin distingos de raza, posición social y económica, y tienes el derecho de visitar cualesquier Taller Masónico***. Y estoy seguro de que esta hermosa experiencia y mensaje lo han recibido todos.

También me recalcaron que desconocer a tu hermano masón se considera perjuro. El planeta Tierra, sus habitantes, siempre han estado llamados a pertenecer a algún grupo: ya sea religioso, filosófico, artístico, político, clubes de recreación, etc. Cada una de estas organizaciones tiene sus propias leyes, constituciones, estatutos  generales e incluso se reservan el derecho de admisión. Los países también se agrupan, ejemplo: la ONU, la OEA, la Comunidad Europea, Africana, Árabe y Oriental. Esto se hace para una mejor relación de reconocimiento, paz e intercambio económico… La Masonería también se ha visto en la necesidad de agruparse en lo que nosotros denominamos: Gran Logia, las cuales agrupan a un número indeterminado de logias y darle un aspecto legal a las mismas.

No es necesario el reconocimiento, pues las logias en la antigüedad se regían por sus propias reglas. Es importante recalcar que en aquellos tiempos para ser admitido en una logia el candidato tenía que ser muy cualificado. Era lo que llamamos muy elitesco, por el nivel de conocimiento que debían tener. En el año 1717 se fundó oficialmente la primera Gran Logia en Inglaterra. En el transcurso del tiempo hubo divisiones, comenzando en la propia Inglaterra por incompatibilidad de objetivos. Después se fundaron Grandes Logias en diferentes países, incluso escribieron sus propios rituales, por ejemplo: México, Brasil, Francia, etc.

En el comienzo de la primera Gran Logia hubo miembros religiosos, que escribieron unos reglamentos llamados «landmark» o linderos, y fueron elaborados para una época con tendencia religiosa y prejuicios de la cultura del momento. Los elaboraron bajo los términos de inviolables, como un dogma: si no los cumples estás fuera de la institución, y aparece el término: Irregular. Cuando en la humanidad se inventaron las palabras pecado e irregular, tremenda broma y perjuicio se le hizo a la humanidad, ni las guerras han causado tantos muertos. Las religiones, en el pasado e incluso en el presente, siguen causando muertes a los infieles.

La masonería que se define como una institución estudiosa de las ciencias y la práctica de las virtudes y al masón como un ser libre y de buenas costumbres, riñe en lo profundo con sus principios. Cuando decimos que es un ser libre es porque tiene su mente y su conciencia abierta a todas las ideas políticas, filosóficas o religiosas, sin alterarlo, y se rige por la fraternidad y la tolerancia. En América hay un alto cuerpo que alberga en su seno a varias Grandes Logias bajo la línea Inglesa: C.M.I. No he podido comprender cómo sus miembros se rigen bajo una regla de no reconocer a ningún masón que no esté en sus filas. Su argumento es que se rigen por los landmarks. Sus Grandes Maestros son monárquicos, y son autoridad máxima y presiden todas las cámaras y comisiones.


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