El mundo se enfrenta desde comienzo de este año a una enfermedad emergente que está causando un gran impacto no solo en el país donde se originó, China, sino también en otros 26 donde se han reportado casos. De manera que estamos ante el brote epidémico de un nuevo coronavirus que se ha vuelto en una amenaza, por la posibilidad de convertirse en una pandemia.  Esto último se caracteriza por la presencia de casos en los cinco continentes del mundo.

No se han presentado casos en América Latina ni en el continente africano. No obstante, debido a que es una afección viral de fácil contagio o transmisión y que el aumento de casos ha sido constante, podemos pensar que es sumamente factible la materialización de este riesgo extremo desde el punto de vista epidemiológico. Ya se extendió a todas las provincias en China y quizás estemos ante la cuarentena más grande que se haya realizado por nuevas enfermedades que son una amenaza mundial: casi 50 millones de personas en China están sometidas a este aislamiento.

La Organización Mundial de la Salud declaró la emergencia sanitaria internacional el 7 de febrero y es la única autoridad que puede decretar, en su debido momento, la existencia de una pandemia. Esto sería desastroso para aquellos países que se caracterizan por tener un sistema sanitario sumamente débil y desarticulado, como por ejemplo Venezuela. Esta  viene arrastrando desde hace aproximadamente tres años una emergencia humanitaria compleja que este «gobierno» no ha querido enfrentar y resolver, y que cada día que pasa nos muestra su desidia, incompetencia e indolencia, con la consecuente negación de reconocer la grave situación de salud en la cual se encuentra sumergido nuestro país.

El nuevo coronavirus o Covid-2019, como ha sido denominado de manera oficial por la OMS, es una nueva cepa viral que no se había encontrado antes en el ser humano. Este virus vive en algunos animales que actúan como sus reservorios, tal es el caso del murciélago, que puede transmitir la enfermedad a otras especies que tienen mayor contacto con las personas. Todavía, sin embargo, no se ha determinado a ciencia cierta cuál fue el animal implicado en la transmisión directa de esta enfermedad a los humanos, en los casos iniciales.

Es importante destacar que, según expertos, este virus puede mutar en el ser humano y transmitirse de persona a persona, que es lo que sucede actualmente. La principal vía de contagio es la respiratoria, por las gotas de saliva o secreciones que se esparcen a través de la tos. Los síntomas se caracterizan desde un resfriado común hasta respiratorios severos, ya que puede causar una infección respiratoria grave como neumonía con un compromiso pulmonar importante; también puede ocasionar falla renal. La infección respiratoria es la principal causa del fallecimiento y las personas adultas han sido las más afectadas.

La última información actualizada es que hay un total de 66.492 casos confirmados y un número de fallecidos de 1.488. De manera que es sumamente importante que, posterior a la emergencia sanitaria internacional decretada por la OMS, todos los países miembros de esta organización sigan las recomendaciones pertinentes y mantengan un protocolo de atención, sobre todo de vigilancia epidemiológica ante esta grave amenaza para la salud pública mundial.

La gran pregunta que nos hacemos todos los días es: ¿Venezuela está preparada para enfrentar esta grave amenaza? La respuesta es obvia si asumimos que en nuestro país las condiciones en la mayoría de nuestros hospitales siguen siendo precarias en todos los aspectos, no hay forma de realizar un aislamiento adecuado en caso de que se llegara a confirmar algún caso. Una de las principales medidas en la prevención de la enfermedad es el lavado de manos y en este punto consideramos que en un gran porcentaje de hospitales hay crisis de agua. No se dispone del adecuado equipo de bioseguridad para la protección de los trabajadores de la salud.

Las autoridades de salud deben plegarse a un protocolo de atención emitido por la OMS e informar mediante campañas educativas a la comunidad y al gremio de la salud todo lo relativo a esta enfermedad. Recientemente, el director general de la OMS advirtió: “Todos los países deben prepararse para la llegada de casos de Covid-2019”, y reconoció: “Es imposible predecir la dirección que tomará el virus”. El Ministerio de Salud de nuestro país  ha demostrado una pobre respuesta ante esta amenaza potencial. ¿Cómo evitar sentir preocupación, angustia e impotencia con relación a la desidia en salud que vemos todos los días?


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