El Día Mundial de la Libertad de Prensa suele ser un buen momento para recordar que, sin periodismo en libertad, no hay democracia y que quienes llevan a un país a un régimen autoritario se afanan en silenciar, amedrentar, comprar o, incluso, acabar físicamente con los periodistas. «Al periodista o se le pega o se le paga», decía, sin pudor, un presidente centroamericano.

Afortunadamente, en España raras veces la integridad física de los periodistas corre peligro, pero cada vez aparecen más nubarrones en el horizonte y el chaparrón sobre el periodismo libre está a punto de descargar.

Las últimas intervenciones del presidente de Gobierno y sus ministros no son para estar muy tranquilos. Preocupa que, con el mismo ariete, se arremeta contra los bulos que contra informaciones que, puede que les resulten molestas, pero que, a día de hoy, no han sido desmentidas y han terminado en un Juzgado. Inquieta –y mucho– que se equipare a quienes utilizan las redes para difamar y a medios de comunicación con una trayectoria profesional contrastada de buen periodismo.

Y sorprende que algunos periodistas firmaran, con entusiasmo, un manifiesto contra lo que consideran un «ataque de la ultraderecha mediática», descalificando así el trabajo de unos compañeros que hacen lo que se espera de un periodista, es decir, que fiscalice la acción del Gobierno y, si considera que hay algo denunciable lo dé a conocer.

Perdemos así credibilidad, con un panorama que, a diario, ofrece políticos que desprecian y señalan a periodistas; periodistas que insultan a políticos; unos y otros enzarzados en las redes sociales; diseñadores de estrategias que amenazan a periodistas; partidos que excluyen a determinados medios de sus ruedas de prensa; jefes de comunicación que pretenden que las asociaciones de prensa se conviertan en censores; activistas disfrazados de periodistas, con el único objetivo de ganar notoriedad; tertulianos que disparan desde la trincheras; gresca entre periodistas en las ruedas de prensa; gobernantes y líderes políticos que hacen declaraciones en las que no se admiten preguntas y ya ni siquiera periodistas…

No es un panorama alentador y es posible que nos haya llevado a una situación de debilidad, en la que algunos hasta piden ya abiertamente una intervención en los medios de comunicación que resultan molestos, porque saben que, controlado el poder judicial y amordazada la prensa, se camina más deprisa hacia un régimen de corte bolivariano.

Espero que el Gobierno no ceda a la tentación de hacer caso a esas demandas. No me gustaría ver medidas para cerrar el grifo de la financiación a los medios críticos o disposiciones de tipo preventivo que recuerden los tiempos de la censura previa.

La crítica periodística ha existido para todos los Gobiernos y presidentes que hemos tenido en democracia en España. El actual no es el único al que le sacan los trapos sucios. Y precisamente por eso, porque la libertad de prensa ha sido respetada, nuestra democracia ha salido adelante.

Atajar la desinformación y los bulos que corren por las redes nos interesa a todos, pero eso no se consigue con leyes que limiten la libertad de informar de los periodistas. Quizás, incluso, haya que plantearse si, existiendo como existen los tribunales, son necesarias nuevas leyes en este campo. No hay que olvidar que un exceso de regulación, a menudo, sólo sirve para estrangular la libertad de prensa.

En cualquier caso, si el Gobierno o los partidos políticos están pensando en establecer algún tipo de regulación, han de tener muy claro que no saldrá adelante si las asociaciones más representativas de los periodistas son dejadas al margen de la preparación. Y, si el objetivo no declarado es recortar el derecho a la libertad de expresión, enfrente tendrán a la mayoría de periodistas y, desde luego, a la Asociación de la Prensa de Madrid que ya ha expresado en numerosas ocasiones su oposición a cualquier intento de limitar la libertad de información.


El autor es vicepresidente y portavoz de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM)

Artículo publicado en el diario ABC de España


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