Es significativo revisar el nombre que han tenido en primer lugar las personas, que desde los tiempos antiguos se han asociado con algún fenómeno o hecho de interés, así por ejemplo Abraham, según la Biblia, significa “padre de muchos pueblos»; Moisés, según la etimología hebrea, es “salvado de las aguas”, Jesús es una derivación del hebreo que quiere decir “Dios salva”; del árabe viene el nombre Mahoma, que significa “alabado”, y así infinidad de nombres en muchas culturas y regiones. En nuestro continente, específicamente en Venezuela, el nombre del cacique Guaicaipuro deriva de Guapotori, que es “jefe de jefes”en lengua indígena.

Igualmente interesante es el estudio de los nombres de los lugares, nuestro Salto Ángel, que es Kerepakupai Vená en pemón, significa “salto del lugar más profundo”. En los nombres de los estados venezolanos se descubren datos fascinantes, por ejemplo el estado Yaracuy debe su nombre de las voces jirajaras, que quiere decir “coger agua de lejos»; el origen del nombre del estado Táchira es indígena (dialecto chibcha) y significa “la tierra de nuestra heredad”. (Sánchez, Samir. 2018. «’Táchira’ significa ‘Tierra de nuestra heredad’». Montalbán: Revista de Humanidades y Educación 2018).

En lo referente a países, aparte del propio nombre que puede tener origen histórico o situacional, o de cualquier característica propia, este se hace acompañar en muchos casos por otros términos con significados políticos e ideológicos, indicativos de formas de gobierno y posturas culturales y religiosos. Normalmente la primera palabra adicional en el nombre del país se refiere al modelo de organización del poder político que adopta el Estado, se trata de un concepto clave en las ciencias políticas. La palabra más frecuente es “República”, indicativa de una forma de gobierno, que de acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española es “Organización del Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos, … regida por el interés común, la justicia y la igualdad”. De los 193 países de la ONU, la gran mayoría, 125 se denominan República.

Asimismo, existen los “reinados”, que son 18, en los cuales el acceso al poder de los reyes o monarcas es hereditario y se define por línea de sangre. Este método de gobierno fue el imperante en el Medioevo europeo, cuando la aristocracia (nobleza) era la clase dominante de la sociedad feudal. Actualmente los reinados, también llamados “monarquías”, se pueden presentar combinados con un marco político democrático. Así tenemos las “monarquías parlamentarias”,  donde el rey ejerce funciones de representación del Estado, sin ningún  Poder Ejecutivo, ni Legislativo, ni Judicial. Ejemplo de estos son los reinos de España, Bélgica, Dinamarca,  Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, etc. Bajo la forma de “monarquía constitucional”, en el que existe separación de poderes, donde el monarca ostenta el Poder Ejecutivo (ejerciendo o nombrando al jefe de gobierno), más no el Legislativo ni el Judicial. Es el caso de los reinos de Noruega, Baréin, Camboya, Suecia, Marruecos, etc. Las“monarquías absolutas”, con todos los poderes concentrados en el monarca, es el caso de  reino de Arabia Saudita, Estado de la Ciudad del Vaticano (electiva), Catar, Omán, entre otros.

En algunos nombres de países se indica la condición de “federación” o“confederación”, que representa la unión de pequeños Estados para construir uno solo de mayor tamaño y poderío, generalmente bajo la figura de una República Federativa. Actualmente existen 3 países que tienen por nombre federación y una confederación, La Federación Rusa, que es el país más extenso del mundo, Federación de Malasia y Federación Saint Kitts y Nevis; la única confederación es la Suiza.

Además de las repúblicas (125), reinados (18) y federaciones (4), ​existen los Estados (13), las mancomunidades (3), principados (3), Emirato (1), Sultanato (1) y Gran Ducado (1), cada uno con sus disposiciones específicas y políticas gubernamentales. El resto (24) se identifican por su nombre propio sin información adicional alguna, por ejemplo Canadá, Hungría, Islandia, Jamaica, etc.

Además de la información del modelo de organización del poder político que adopta una nación, que también puede llamarse sistema de gobierno, régimen de gobierno o modelo político, el nombre del país puede incluir otro concepto que informa más sobre sus reglamentaciones y lineamientos, procedimientos y normas de convivencias. Me refiero por ejemplo a las que se identifican como Repúblicas “Islámicas”, que son cinco: Afganistán, Irán, Mauritania, Gambia y Pakistán. Estas son islámicas debido a que se rigen por la religión musulmana, a través de lo establecido en el libro sagrado, el Corán, y la Sharía que fundamenta las pautas de comportamiento apegadas al derecho islámico.

El Reino “Alauita” de Marruecos precisa que el país, más que seguir el islam, se rige exclusivamente por una de sus expresiones, la alauita, que a su vez es una rama de los musulmanes chiitas. Recordemos que el islam tiene dos grandes versiones, la sunita y la chiita.

Las Repúblicas “Árabes”, que son dos, Siria y Egipto, y el Reino de Arabia Saudita, se basan en el  establecimiento de la cultura árabe como guía, idioma, escritura, pautas sociales y morales regidos por lo tradición milenaria.

Las Repúblicas “Socialistas”, que son dos, Vietnam y Sri Lanka, adoptaron el socialismo como sistema económico y social, siguiendo los principios ideológicos del marxismo, o sus variantes: leninismo, maoísmo, etc.

El Reino “Hachemita” de Jordania se refiere a la dinastía hachemita como única que puede ostentar la dirección y control del país. El linaje árabe hachemí, que procede de los hijos de Hachim, fue uno de los clanes más importantes de la antigua tribu Quarish, de La Meca, a la que pertenecía el profeta Mahoma.

República “Bolivariana” de Venezuela, adoptando al bolivarianismo como ideología, corriente de pensamiento político y movimientos panamericanistas y nacional-patrióticas, tomados de todos los escritos de Simón Bolívar el Libertador, sus cartas, decretos, manifiestos, etc. especialmente la Carta de Jamaica, el Discurso de Angostura y el Manifiesto de Cartagena. (John V. Lombardi, Simón Bolívar y el sueño de una América unida, 1994). La disposición de “Bolivariana” en el nombre de nuestro país, para que deje de ser meramente enunciativa o discrecional, es menester contar con una legislación. Existe un vacío constitucional, pues carecemos de una ley que, en primer término, establezca las pautas y normas de comportamiento nacional, esto es político, militar y social, fundamentadas en el pensamiento bolivariano, y en segundo término, de los premios y sanciones por el buen cumplimiento o incumplimiento y faltas, con aplicación general a todos los ciudadanos.


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