Expresarse con poco respeto de los muertos o festejar su viaje final no es bien visto en la cultura occidental de la que -guste o no- formamos parte.

Ello no ha impedido que en nuestro pintoresco acontecer político hayan habido episodios recordados por su mal gusto. Aflora a nuestra memoria la expresión emanada de boca del Mesías de Sabaneta en ocasión del fallecimiento del expresidente Carlos Andrés Pérez en 2010, cuando dijo “yo no pateo perro muerto” o cuando el mismo personaje, ante la procesión de despedida del ataúd del cardenal Antonio Ignacio Velazco en junio de 2003, saliendo de la Catedral Metropolitana expresó “algún día nos lo encontraremos en el Quinto Infierno”.

Otros jefes de Estado han muerto también en ejercicio de sus funciones, como el polaco Lech Kaczyński en 2010 o el paraguayo Estigarribia en 1940 y otros más.

Es natural que los colegas del fallecido, tanto más si militan en una misma causa o ideología, tengan expresiones fúnebres de mayor o menor rimbombancia. Así fue la reacción de Nicolás al enterarse de la partida de de su «pana».

Lo anterior viene al caso con motivo del trágico fallecimiento del presidente de Irán, cuyo régimen político encarna exactamente la antítesis de lo que son los tradicionales valores venezolanos. La alianza política con el régimen de los ayatolás, o con Cuba, Nicaragua u otros “chicos malos” puede explicarse si se fueran a tener en cuenta algunos objetivos coincidentes dentro de la dinámica geopolítica actual que -por esas malas jugadas del destino- han llevado a nuestro país a relaciones “contra natura”.

El objeto de estas líneas no es comentar la dinámica política iraní sino analizar cómo el accidente del pasado 19 de mayo se constituyó en causa originante del último “patatús” protagonizado por el actual presidente de la Asamblea Nacional, quien, mientras el diputado Bruno Gallo aludía al desgraciado accidente, también se permitió recordar que en aquel país las libertades brillan por su ausencia y la mitad de su población -las mujeres- sufren un tratamiento desigual, cruel, negador de los más elementales derechos humanos, incluyendo la libertad y la vida.

EL histriónico diputado Rodríguez montó en cólera porque su colega Gallo osó hacer referencia a la situación descrita anteriormente, por lo que ordenó borrar del acta de la sesión las referencias respectivas. Si no está en actas no aconteció.

Poco importó al talibán chavista, “Psiquiatra del Horror”, que el curriculum de Raisi revele su participación en los hechos más bochornosos de la reciente historia de Irán. Raisi, quien era clérigo, antes de presidente ha sido juez y fiscal, y en tales papeles se constituyó en  figura relevante en el “Comité de la Muerte” que en 1988 mandó a ejecutar a varios miles de prisioneros políticos, ganándose el apodo de “Carnicero de Teherán”. En 2017 se postuló para la presidencia al final del mandato de su ponderado antecesor Rouhani, siendo vencido por este. Por fin, en 2021 logró imponerse y obtener la bendición del jefe supremo del país, el ayatolá Khamenei, para asumir y restaurar la línea islámica más fundamentalista que es la que impera hoy.

Entre los memorables logros de Raisi resalta la sangrienta represión contra las mujeres ocurrida en 2022 con motivo de la muerte de Masha Amini a manos de la policía política por no usar adecuadamente el velo musulmán, todo ello en medio de un constante ataque a las libertades fundamentales.

Ese mismo señor Raisi fue quien continuó, con cruel entusiasmo, la ola de desestabilización actual del Medio Oriente (Irak, Siria, Líbano y Yemen), promocionando actos terroristas de gran escala y apoyando a las organizaciones que militan en esa actividad (Hamás, Yihad islámica, etc.), algunas de las cuales parecen haber desembarcado ya en nuestro país hace algunos años.

Como broche de oro anotamos la preparación del gran ataque lanzado a mediados de abril contra Israel con drones, bombas y misiles. Afortunadamente -gracias a la habilidad israelí- ese operativo fue un fracaso, pero su ejecución estaba concebida para causar una gran matazón de israelíes, todo ello para tomar el lado de Hamás frente a la incursión del 7 de octubre que dio origen a la actual guerra que se libra.

Por eso, desde estas líneas afirmamos que no nos alegramos del deceso de semejante ficha, pero… tampoco lo lamentamos

@apsalgueiro1


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