Gracias a la revolución bonita, quienes viven en Venezuela la están pasando muy bien. Al menos, eso es lo que dicen altos funcionarios del régimen a quienes hay que creer todo lo que afirman por aquello de que “así es como ellos gobiernan”. Sin embargo, lo realmente cierto es que la escasez es un hecho inocultable y que los cabezas de ñame que osan decir lo contrario mienten con el mayor descaro. Basta un recorrido por la ciudad capital para constatar la situación en que estamos. Y no se hable de lo que acontece en el interior del país. Allí las largas colas y esperas son abrumadoras. En pocas palabras: estamos muy pero muy mal.

En la inevitable búsqueda de las cinco patas del gato, “ilustres” funcionarios de Petróleos de Venezuela se lanzaron al ruedo y aseguraron que “la producción de gasolina se mantiene en condiciones normales, a pesar de las largas colas que se registran en diferentes estados”. Es obvio que esos declarantes son seguidores infieles  del conocido hablar de Mario Moreno, Cantinflas, en especial de aquel cuando decía: “Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario”.

En el caso de la inolvidable estrella mejicana, se trata de un parlotear sin decir nada pero que deja mucho que pensar. Por el contrario, en el caso de los funcionarios de PDVSA estamos ante mentirosos empedernidos que obran y hablan sin pudor ni respeto alguno. Lo realmente cierto es que el bombeo de gasolina que ahora hace el gobierno revolucionario es una pequeña porción de lo que se extraía en los recordados y envidiables tiempos de nuestra Cuarta República.

Más allá de los bellos señalamientos revolucionarios, esos que destacan que la producción de gasolina se mantiene en condiciones normales, lo único cierto y la única verdad hasta hoy es que las largas colas de vehículos están allí, a todo lo largo y ancho del país. No crean entonces ni tampoco piensen que el pueblo venezolano es tonto. Más les vale prevenir que lamentar.

Ahí le dejamos eso.

@EddyReyesT

 


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