El signo más palpable del fracaso de la “revolución bonita” es el deterioro de nuestra moneda de curso legal: el bolívar. Es allí donde se pone de manifiesto la involución extrema a que ha llegado el país, así como la inviabilidad del proyecto revolucionario del tremebundo binomio: Chávez-Maduro.

Aunque en nuestra Constitución Nacional se contempla expresamente que la unidad monetaria del país es el bolívar, gracias a la fracasada revolución rojita nuestro dinero es un elemento etéreo de carácter meramente referencial que nadie quiere ni desea. La aceptación y poder de compra que el mismo tuvo, dentro y fuera de nuestras fronteras, durante la mayor parte del siglo pasado, se empezó a diluir a pasos lentos en el gobierno de Luis Herrera Campíns.

Años más tarde, con el celebérrimo primer “millardito” que Hugo Chávez sustrajo de las arcas del Banco Central de Venezuela –punto de partida de un robo continuado que terminó por deteriorar el valor de nuestra moneda-, así como las políticas económicas impuestas por él y su pupilo Nicolás Maduro, se alcanzó el estado de postración que ahora exhibe nuestro casi inexistente y sombrío numerario.

Lo cierto es que hoy en día, hasta en el más remoto y humilde pueblo venezolano, toda operación de compra venta se transa en dólares y la mayor parte de ellas se cancela con los billetes que se imprimen en la patria de George Washington. Quienes por alguna razón se quedan con los pocos billeticos nuestros que siguen circulando, se apresuran, como almas en pena, a deshacerse de ellos antes de que pierdan valor en las horas o días subsiguientes. Tener moneda nacional en los bolsillos es como conservar un trozo de carne en una nevera dañada: si no se prepara y consume pronto, inevitablemente entrará en estado de descomposición. A ese extremo hemos llegado. Sin duda, una batalla que ha perdido la chueca revolución bonita como consecuencia de una hiperinflación nunca antes experimentada desde que se alcanzó la independencia de España.

Ante esa tétrica realidad, Nicolás pretende lavarse las manos al señalar que la circulación de dólares en la economía nacional ha sido “una válvula de escape” ante las sanciones de Estados Unidos a Venezuela.

En palabras pues del conductor de Miraflores, la dolarización no es resultado del despido que hizo Chávez de casi 20.000 trabajadores de Petróleos de Venezuela, a raíz del paro petrolero que se inició el 2 de diciembre de 2002 y concluyó el 2 de enero de 2003. Tampoco es producto de la expropiación de innumerables empresas, nacionales y extranjeras, del sector privado que simplemente indigestaron al “ogro filantrópico” (el Estado venezolano). Mucho menos es consecuencia de los malos manejos de los miles de millones de dólares recibidos durante el boom petrolero que tuvo lugar durante gran parte de su gestión presidencial; ni fruto de la incompetencia de muchos civiles y militares vinculados al gobierno que han administrado, irresponsablemente y sin estar capacitados para ello, muchas empresas y organismos claves del Estado.

El caso del extesorero de la Nación de Chávez, Alejandro Andrade (alias el Tuerto) y el de la celebérrima enfermera del militar golpista, Claudia Patricia Díaz, hoy enjuiciada en España, son dos ejemplos emblemáticos de negocios turbios que involucran directamente al jefe supremo de entonces.

Maduro no tuvo vergüenza de reconocer el pasado mes de diciembre que el flujo de la divisa norteamericana en la economía venezolana se debe a las remesas (poco más de 1.000 millones de dólares) que reciben los venezolanos de sus familiares radicados ahora en el extranjero. En otras palabras, quienes se han visto impelidos a huir a otros países por motivos políticos o como consecuencia de la debacle económica que padecemos, son los que cargan con el mérito de medio paliar los males de los que todavía permanecen aquí.

Lo anterior condujo a Nicolás a hacer un comentario llamativo por desafortunado: “Estamos en la peor situación económica, pero en la mejor política”. Ante la insólita declaración nos preguntamos: ¿con qué se comerá eso?

@EddyReyesT


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