Archivo

Los miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU se escogen de acuerdo con una distribución geográfica. Nada tiene que ver con que los países que ocupen las sillas sean más o menos violadores o defensores de estos principios. Por eso es que Venezuela tiene un puestico allí, porque a América Latina le tocan ocho, que se van rotando.

Pero es obvio que llama la atención que en este consejo se sienten a la vez países como Bielorrusia, Rusia o China junto con Cuba, Venezuela o Irán. Son una cadena de perlitas que reúnen todo el cinismo del mundo para ocupar un puesto en ese organismo. Sobre todo si se toma en cuenta que aparecen en la lista que la organización no gubernamental internacional UN Watch elabora sobre los principales violadores de derechos humanos.

En ese documento que se hizo público el 30 de diciembre de 2020 China aparece en el primer puesto. El segundo lo ocupa Irán. Y, qué casualidad, Cuba está en el séptimo: “…por negar todas las libertades humanas básicas, arrestar al rapero Denis Solis por canciones que critican a la policía, cerrar las redes sociales para enterrar las noticias de la represión, promover el tráfico de drogas y bloquear la comida y la ayuda médica”. No es poquita cosa.

Países que por otros intereses se han hecho la vista gorda a lo que realmente sucede en Venezuela, que figura en la cuarta posición de la lista gracias a las acciones del régimen. “Asesinó a disidentes, obligó a huir al líder de la oposición, realizó elecciones falsas e hizo vista gorda ante la crisis humanitaria que causa 5 millones de refugiados”, se señala en el informe.

Sin embargo, el exsindicalista del Metro de Caracas prepara un discurso. Es de suponer que no lo escribe él, sino que debe haber solicitado un ghost writer cubano de esos que están acostumbrados a mentir con la cara muy lavada. Y seguro que, para que no haya margen de error, puso al presidente de la asamblea rojita a supervisar los mensajes. Lo que digan los medios de comunicación del discurso estará bien calculado, porque ellos creen que mentir en una instancia internacional es lo correcto.

Pero no debe haber sorpresas. Seguirá la pauta dictada por la relatora especial de Derechos Humanos de la ONU, Alena Douhan, y pedirá el cese de las sanciones criminales impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, porque ese ha sido el discurso que le ha funcionado a la dictadura cubana durante más de 50 años, 20 de los cuales han sobrevivido gracias al financiamiento venezolano.

Pero ese lugar común que indica que “las palabras se las lleva el viento” no carece de veracidad. Diariamente hay indicios en el país de que este régimen que comenzó con Chávez y que terminará con Maduro es campeón en la violación de derechos humanos. Tengan la seguridad de que por cada relatora bielorrusa hay miles de activistas que se han encargado de recoger cada uno de los crímenes que han cometido. La justicia tarda, pero llega.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!