Cabello: No habrá elecciones libres si Venezuela está sancionada “Nosotros somos transparentes”: Diosdado Cabello asegura que al chavismo “no le importa” que la ONU administre recursos liberados
EFE/ RONALD PEÑA

Desesperación y cobardía

En medio del desarrollo de variables de tipo económico y social que hacen pensar en la posibilidad del colapso de los elementos que sostienen a la actual dictadura venezolana, surgen los cantos desesperados de quien exhibe su cobardía como un trofeo, creyéndose tan hábil para sostener las mentiras y las manipulaciones a la población, subestimando la conciencia social que se desarrolla en el contexto de la abrumadora decepción de quienes otrora fueron una poderosa base social y política del PSUV, un conjunto de desaciertos los deja profundamente debilitados sin respaldo popular.

Más allá de las pretensiones de sostener el poder a través de métodos antidemocráticos, el país navega a su suerte una tempestad infinita, la ausencia de combustible, la crisis eléctrica, la inflación incontenible, la violación sistemática de los derechos humanos, y una horrenda disposición de los organismos de seguridad de Estado a delinquir contra la población, denotan con claridad la pérdida total del control institucional, son los pequeños grupos internos de la mal llamada revolución, hechos bandas económicas y políticas ahora enfrentados a distintos niveles, quienes se aseguran de la estrepitosa caída del actual sistema.

Saber si es un colapso propio de la pésima gestión, plagada de corrupción, o responde a una conspiración interna, es un cálculo difícil de presentar, quizás sea la combinación de ambos. En todo caso, el abrigo que se construye solo arropa la salida de Nicolás Maduro, abriendo cauces poderosos para la preservación del poder a través del llamado chavismo originario, aun con una base social y emocional y suficiente arraigo militar para labrar acuerdos de coexistencia con todos los sectores de la vida política del país, que buscan el poder político.

El anuncio de normalidad en medio del apocalipsis social, se remonta a las expresiones de José Vicente Rangel, antes del 11 de abril, quien anunciaba que el país se encontraba exageradamente normal, tal normalidad solo es apreciable para quienes aceleradamente agitan los árboles, en una conspiración interna sin precedentes, diferente a todas las anteriores que han procurado un cambio en la dinámica del poder ejercido por Maduro, el mensaje expresado, aun en medio de la fragilidad social, de estar arraigados al poder y no cederlo ni por las buenas, ni por las malas, solo intenta conquistar la confianza del dictador mientras son otras las opciones que gravitan para reconfigurar la permanencia en el poder.

Sostener el poder eternamente no es posible

Los grupos de poder se reducen inquietantemente, todo se agota, la propia narrativa del chavismo en principio y a posterior del madurismo es un hándicap, que los golpea incesantemente, razón a Sun Tzu en aquello; “la oportunidad de asegurarnos contra la derrota está en nuestras propias manos, pero la oportunidad de derrotar al enemigo la da el mismo.” Todo el andamiaje de poder está fragmentado y  los cantos de fortalezas y amenazas del propio Diosdado Cabello no son más que manifestaciones de debilidad en medio de la torpeza, el descontrol y la inmoralidad que representan.

Ahora bien, la humanidad ha dejado una estela de hombres indignos, cobardes, asesinos, corruptos entres otras características negativas, en Venezuela nos ha tocado padecer con personajes oscuros que disimulan su verdadera personalidad sesgada a la maldad sin rubor, probablemente nos haya tocado experimentar una escala superior enrostrados de inmoralidad que conducen a un sector de la población para sus propios beneficios, y han desatado persecuciones y torturas sangrientas que satisfacen su morbo, no obstante el final que se le vaticina a quienes disfrutan con gozo el malestar y el dolor de la población es con seguridad una ración de sus propio desempeño.

El arte de la hipocresía que han aplicado desde el régimen, apalancándose en los estudios de El Príncipe de Nicolás Maquiavelo siempre ha estado inconcluso, deberían estudiar que el propio Maquiavelo fue víctima de sus mandamientos, cuando el Príncipe de Florencia Lorenzo de Medicis, lo dejara abandonado para siempre en una cárcel, y ante el reclamo de Maquiavelo; “siempre lo he considerado mi amigo, usted prometió respaldarme y defenderme, no me abandone en esta situación.” El príncipe cual alumno excepcional respondiese; “eres tú quien siempre me ha aconsejado que en cualquier situación haga lo que me conviene, incluso en perjuicio de mis amigos, ahora lo que me conviene es abandonarte”.

Tal parece que la suerte de Maquiavelo ronda por Miraflores, y entre otros tantos genios de la maldad, que verán de verdugos a sus más íntimos aliados, en este recorrido de apariencias y de supervivencias, ese grito de ni por las buenas ni por las malas, va con otra carga de direccionalidad. Son Diosdado, Delcy, Jorge Rodríguez, Vladimir Padrino y otros tantos del chavismo quienes mueven el tablero del poder político para sí mismos.

@jufraga12


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