docentes
Foto: Provea

«No es posible que podamos dar clases cuando no podemos pagar el pasaje». Con estas palabras explicaba Gricelda Sánchez,  coordinadora de la Coalición Sindical Nacional de Educación, los motivos de la jornada  nacional de protestas de los docentes, llevada a cabo el pasado lunes 9 de enero, justo el día del reinicio de las  clases y una semana antes del Día del Maestro, efeméride instituida para recordar que en fecha similar, pero del año 1932, los educadores fundaron la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria, a objeto de defender los derechos laborales de los agremiados  y mejorar la educación del país. No hubo entonces miedo a desafiar a un tirano tan brutal como el actual, pero con muchísimo mayor sentido de la administración pública. Tampoco se amilanaron ahora y continuarán manifestándose hasta que sus reclamos sean atendidos.

La precaria situación de los educadores está estrechamente vinculada al sostén militar de Nicolás Maduro. Los soldados no son muy de pupitres de digamos —es más fácil enseñar a obedecer que a pensar—. Especialmente en un país como el nuestro donde el poder político ha estado mayoritariamente en manos militares desde 1811. Comenzando con el Generalísimo Miranda, erigido Dictador Plenipotenciario y Jefe Supremo de los Estado de Venezuela por el Supremo Congreso de la incipiente Primera República hasta el titiritero Padrino, cuyos hilos sostienen a Maduro. A Bolívar, segundo militar en la dilatada legión de presidentes uniformados, le atribuyen la frase «Ecuador es un convento, Colombia es una universidad y Venezuela es un cuartel». Mucha razón hay en ese diagnóstico, al menos en lo atinente a la tierra de gracia; sin embargo, no está de más recordarle a los encachuchados que sin lo aprendido en las escuelas no habrían podido ingresar a las academias militares.

Por las redes sociales, que a veces no solo difunden bulos y posverdades, circularon fotos y videos de las diversas concentraciones de los profesionales de la enseñanza; a partir de esas imágenes, se puede colegir que no solo fue exitosa la convocatoria de la de la Coalición Sindical Nacional de Educación, sino su difusión. Y gracias a ella, el inevitable sesgo informativo del Reichsministerium für Volksaufklärung und Propaganda a cargo de Freddy Ñáñez y los sarcasmos del hombre del mazo no lograrán ensombrecer lo que prefiguró la movilización de profesionales que forman futuros profesionales de todas las disciplinas. ¡Y no, no se puede dar clases sin tener para el pasaje!


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