El marxismo con su inversión total de la realidad crea un neolenguaje, caracterizado principalmente por la proyección de sus características en el enemigo. Nadie mejor que George Orwell en su memorable obra 1984 nos describe ese fenómeno. Así en una alegoría del totalitarismo marxista nos expresa ese doble lenguaje estalinista en el Ministerio del Amor, que se ocupa del dolor, la desesperación y aniquila a todo disidente; o en el Ministerio de la Paz que desata la guerra. Por medio de Winston se ilustra la dicotomía entre la psiquis del individuo y la violencia que se crea al someterse a los mandatos del gobierno totalitario.

Gustavo Petro es un perfecto estalinista, basta ver cómo llama su partido, Colombia Humana, cuando lo que proyecta es lo más inhumano que pueda haber: la implantación de una tiranía comunista en Colombia. Basta ver el eje de su discurso centrado en el mensaje que él proveería de amor y afecto a sus ciudadanos; cuando con el apoyo de los criminales de lesa humanidad de las FARC y el ELN, se propone instaurar un régimen de odio y represión. La “política del amor” que pregona no es sino un doble lenguaje estalinista para, copiando a la imagen de Orwell, instaurará un régimen que proporcionará terror, odio y represión a los colombianos.

El estalinismo fue un régimen totalitario basado en el terror y la indefensión individual, sin libertad personal ni sociedad civil. Fue también una enorme maquinaria orwelliana de manipulación mediática, propaganda ideológica y control de la información. Eso es lo que hizo Fidel en Cuba, Chávez en Venezuela, Ortega en Nicaragua y quiere hacer Petro en Colombia. No nos engañemos, el socialismo no trae sino terror y miseria. Petro de candidato vislumbra claramente el Petro tirano que llegaría a ser de llegar al poder.

Una ejemplificación clara de la inclinación estalinista de Petro es la de proyectar en sus enemigos sus propias características. Sabemos bien que el nazismo, el fascismo y el estalinismo son ideologías hermanas, pues todas nacen del tronco común del marxismo. Luego Petro al señalar al judío David Ghitis como neonazi, simplemente está proyectando su Yo estalinista en su enemigo, por cierto graduado de tal, por el mismo Petro, simplemente por “atreverse” a criticar su programa económico.

La historia muestra claramente el alcance totalitario de Petro, luego de un sesudo análisis de la propuesta pensional de Petro, Ghitis concluye su artículo con lo siguiente:

“Cuando usted esté con su lapicero listo para marcar el candidato de su elección, piense bien en su futuro, piense en su ahorro y no vote por alguien que quiere que su ahorro se convierta en dinero público”.(https://www.noticiasrcn.com/opinion/petro-nos-quiere-atracar-414087)

Esa simplemente fue la razón para que Petro trinara “neonazis en RCN”. En primer lugar, Ghitis sería cualquier cosa menos neonazi, puesto que es judío. En segundo lugar, un análisis objetivo de una propuesta del programa de gobierno de Petro no justifica una descalificación ideológica del autor del análisis por parte del candidato Petro. En tercer lugar, insisto, Petro lo que está haciendo es proyectando su personalidad totalitaria (estalinista) en el enemigo, con una descalificación que equivale a una deshumanización (neonazi).

La cosa no termina allí, el candidato totalitario Petro dibuja su rechazo a la libertad de expresión y prefigura la persecución a la prensa que haría desde el poder al generalizar la supuesta característica neonazi de Ghitis a todo el medio en el cual él publicó el artículo. Chávez se ocupó fuertemente de ocultar su predisposición comunista y prometió un régimen democrático. Petro ni ese recato tiene, descaradamente se muestra como el futuro tirano que quiere ser. Como muy bien lo expresó el propio Ghitis:

“Es un mensaje de odio tremendo, marcándonos y volviéndonos a todos los que pensamos distinto a él. No se puede hablar de él, opinar de él. Es imposible pensar distinto a Petro, porque inmediatamente te convierte en su enemigo”. (https://www.rcnradio.com/colombia/petro-no-solo-queria-insultar-sino-que-estaba-graduando-de-neonazi-a-todo-rcn-advierte)

Está claro que Ghitis no es neonazi, no hay neonazis en Colombia salvo unas decenas de desadaptados que expresamente declaran serlo y por lo tanto son inofensivos. Lo que si hay y muchos son estalinistas que quieren recrear ese régimen de terror en Colombia, que por eso ocultamente idolatran a Putin y por eso declaran “¡Qué Ucrania, ni qué ocho cuartos! Tenemos que dedicarnos es aquí a Colombia”. Por estalinista es que Petro no censura la invasión a Ucrania, saliéndose por la tangente hablando de geopolítica de imperios, y aprobando de manera sobreentendida la posición de Putin al señalar que “en el caso de Rusia, como en muchos otros, hay mucha doble moral pues nadie dijo nada con la invasión a Irak o Libia”.

Pero en realidad estos estalinistas son minoría, la mayoría de los colombianos somos demócratas, liberales (en el sentido clásico del término), amantes de la libertad y el orden, defensores de los valores tradicionales, admiradores de la propiedad privada; esos millones que en su proyección estalinista Petro quiere ver como “neonazis” son los que vamos a impedir que se instaure una tiranía comunista del socialismo del siglo XXI y por eso vamos a elegir por abrumadora mayoría a Fico presidente.


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