No es fácil para Biden apoyar a una oposición venezolana trumpista. Así empiezo este artículo porque creo que será el común denominador por lo que resta de los primeros 2 años si no logramos dar con un cambio.

Lo cierto es que muchas novedades parecen avizorarse en el horizonte sobre Venezuela. Estamos saliendo de una zona de presión de la anterior administración Trump para entrar en una dinámica diferente con nuevos actores. No quiero entrar mucho en detalles sobre la naturaleza del nuevo enfoque, pues es muy temprano para tener una proyección, pero en lo inmediato observo señales de aprendizaje.

La nueva administración Biden pudiera estar en lo que denomino una zona templada de decisiones sobre Venezuela, una muestra de ello es la reciente decisión de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros, del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que autorizó desde este martes algunas operaciones internacionales. “Están autorizadas todas las transacciones y operaciones que involucran al régimen de Venezuela, prohibidas por la orden ejecutiva 13.884 del 5 de agosto de 2019, que de manera ordinaria son incidentes y necesarias para las operaciones o uso de puertos y aeropuertos en Venezuela”, señala el documento que fue reseñado por El Nacional.

No podemos decir que están relajando las sanciones, veámoslo mejor como un inicio con el objetivo de darle un perfil propio al tema de Venezuela, pero les confieso que es enormemente preocupante si no se envía una señal contundente al régimen.

Lamento de entrada, y lo denuncié desde el principio, la mala actitud y estrategia del liderazgo y buena parte de base de la oposición venezolana. Francamente, su apoyo velado a la administración de Trump nos está saliendo bastante caro. Repito, han sido terriblemente irresponsables y no es un tema de apostar a ganador, es que muchos se portaron como una mafia, de lo más racistas, xenófobos, homofóbicos, clasistas… me duele en el alma recordar esos ataques descabellados y locos en los que muchos participaron, sin pensar siquiera en lo que significaría para los venezolanos; el problema es que está hecho y eso es lo que tenemos de liderazgo opositor, un pocotón de trumpistas tratando de caerles bien a los nuevos actores, que son una versión americana de su antítesis. Esto no se ve bien, es como un retrato de gente con sonrisas forzadas. Déjenme decirles que de no hacer un viraje el futuro inmediato se ve muy pero muy malo para todos.

Sin duda, hay que intentar un avance en la nueva dirección, hay que reconocer la necesidad de un nuevo liderazgo en Venezuela, aunque lo veo bastante difícil por la implicación, y el vacío de líderes, pero requerimos con urgencia un liderazgo popular compatible con los intereses de la mayoría de los venezolanos, pero que además pueda mantener presión sobre Maduro hasta llevarlo a un proceso electoral bajo reglas internacionales.

Lo que me preocupa enormemente es lo que algunas decisiones puedan significar en el metapensamiento del régimen de Maduro. No puedo asegurar que después de la complicidad sorda de buena parte de la oposición con las tácticas de Trump, esta nueva administración y su gente realmente estén convencidos de qué tan malo e indeseable puede ser Maduro, pero ese es el problema de tener una oposición fabricada por Chávez. Él mismo se encargó de aniquilar todas las propuestas populares y dejó para su propia conveniencia a solo factores de la derecha, y nada se puede hacer con este material, ya tenemos 20 años con los mismos actores.

Queridos amigos de la oposición, la verdad es que los demócratas les tienen desconfianza, ustedes son la versión republicana aquí en Estados Unidos y también siempre lo fueron en Venezuela, por esa razón el pueblo nunca salió a la calle cuando se le necesitó, porque no se sintió representada.

Lamentablemente Maduro intentará asumir un papel de víctima, se reelaborará una imagen de izquierda. Sin duda el diseño de esa estrategia estará bajo la tutela del señor Jorge Rodríguez, el mismo del asalto al Palacio Federal, también padre de la Lista Tascón y de otros crímenes contra los ciudadanos.

Efectivamente, tenemos un enorme trabajo por hacer, ahora que somos cientos de miles en Estados Unidos podríamos empezar por mantener activa la campaña de responsabilidad del régimen de Maduro. Me pregunto dónde están las víctimas  para ayudarlas a hacer públicos sus testimonios, de eso se trata la lucha por la democracia, en levantar la voz mediante la denuncia, no es gritar “Maduro, con mis hijos no te metas”, o “con mi casa no te metas”; es denunciar con nombre y apellido a los perpetradores de crímenes, o entonces cómo creen ustedes que se logran resultados, es precisamente con la denuncia.

Lo cierto es que aunado con este problema de representatividad, está el hecho de que los venezolanos estamos hartos de la falta de transparencia, y para ser más preciso, de todo aquel que haya recibido dinero en nombre de la república y no rinda cuenta, sea madurista o de la oposición, esto también es motivo de la desconfianza, a nadie le gusta negociar con actores de mala reputación.

Pienso que de no lograrse una conexión que movilice a la población en lo inmediato se puede imponer una política de distención que alivie las sanciones contra el régimen de Maduro, ahora que en la actualidad no se puede decir que su régimen esté o haya sido afectado de modo directo por las sanciones del señor Trump, todo lo contrario, pienso que se fortalecieron en una especie de pelea en el universo kafkiano donde recibían los golpes pero ganaban, si pienso que las sanciones deberán modificarse para lograr una mayor precisión y ser ajustada para hacer más presión y propongo crear una estructura de recepción de denuncias que escuche casos vinculados a funcionarios medios del régimen de Maduro, de modo que sean sancionados tanto ellos como sus familiares directos; me parece que debemos hacer un esfuerzo para lograr un conjunto de medidas que coadyuven en la recepción de información relacionada con presuntos casos de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, incluida la violencia sexual o de género, perpetrada desde 2014 en la República Bolivariana de Venezuela.

Sobre los venezolanos que están aquí en Estados Unidos, hay que apoyarlos, darles estructura mediática para levantarlos como nuevo liderazgo consolidado. Sí señores, hay que trabajar aquí adentro y con este Partido Demócrata, apostar a ellos para juntos desarrollar un lobby fuerte que empiece a hablar por los venezolanos sin tener esa contaminación y ruido tan sordo que trae esta gente.

Y sobre los últimos movimientos del régimen, creo que podemos tener a mucha de su gente vinculada al Grupo de Boston intercambiando información y mensajes. Maduro pudiera incluso estar ofreciendo la venta de Pdvsa sin enterar a los venezolanos y es algo que ninguna a empresa dejaría escapar. De hecho, Maduro está dolarizando toda la economía, lo único que le falta es pagar salarios en dólares y me parece que está buscando ese dinero, de ese modo pretende estabilizar su dictadura a largo plazo. Ya tiene comprada en dólares a prácticamente buena parte de la oposición venezolana, eso incluye diputados, alcaldes y gobernadores.

También se reunió con Fedecámaras, así que el mismo Maduro está virando económicamente con el objetivo de verse atractivo para los capitales y también para estos sectores; de hecho, él hizo a un lado a buena parte de sus viejos aliados de la ultraizquierda, incluido el PCV. Es un movimiento táctico orientado a asimilar a los nuevos sectores de la oposición dispuestos a participar en este pacto de gobernabilidad bajo la órbita del régimen de Maduro.

Realmente espero pronto tener nuevas noticias que por lo menos traigan algo de paz, me despido deseándoles libertad. Nos leemos próximamente en El Nacional.

@estebanoria


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