Desde hace mucho tiempo se han perpetrado homicidios horribles contra mujeres en todo el mundo, sin embargo Venezuela parecía estar a salvo de este tipo de hechos –o por lo menos no había suscitado la alarma general– hasta los últimas semanas.

Y cuando celebramos el Día Internacional de la Mujer, y aún están recientes la serie de denominados “feminicidios” que estremecieron al país, debemos realizar una profunda reflexión sobre estos hechos.

¿Por qué ocurren ahora? ¿Cuál es el trasfondo de este hecho? Ante estas preguntas, quisiera traer sobre la mesa –tan solo como suposiciones– la desigualdad, la crisis política, económica y social que azota al país; las asimetrías de poder y dominación en el contexto machista que impera en el régimen, todo ello genera violencia contra las mujeres.

¿Macabro verdad? Sin embargo, hay un viejo dicho que dice: “piensa mal y acertarás” y pensar mal de los usurpadores es una tarea fácil y muchas veces propicia. No obstante, la muerte de las venezolanas debe preocuparnos mucho, pues ellas están sufriendo más que nunca en sus derechos humanos.

Sí, las venezolanas sufren por culpa de un sistema de gobierno que les imposibilita crecer personal y profesionalmente. ¿Cuántas madres no lloran a sus hijos que han caído a manos del hampa o de la represión? ¿Cuántas madres no lloran por sus hijos que emigraron? ¿Cuántas madres no tienen leche para sus hijos? ¿Cuántas jóvenes no consiguen trabajo?

Todo un drama social y económico que perjudica muchísimo a nuestras mujeres, sin hablar de las agresiones que viven permanentemente. Se ha perdido la cuenta de nuestras muchachas que han sido traficadas por mafias internacionales o que han sido asesinadas a manos de hombres celosos y enfermos en Trinidad y Tobago, en Perú, en Chile, en Colombia y en tantos otros países.

Sin duda, las venezolanas tienen muchísimas razones para no querer al régimen que usurpa el poder, pues en todas sus facetas: hijas, madres, trabajadoras, emprendedoras y esposas, han sido objeto de ataques por parte de un sistema que se hace llamar feminista mientras agrede a las mujeres del país. El doble discurso de siempre.

Y hoy, cuando celebramos el Día Internacional de la Mujer, es menester pedirles a todas las venezolanas que no se rindan, pues ellas son el alma de la nación, la inspiración de la sociedad y el ejemplo que necesitamos para seguir dando lo mejor de nosotros por un mañana mejor en el país.

Ayer fueron Luisa Cáceres de Arismendi, Eulalia Buroz, Juana La Avanzadora, y tantas otras mujeres que dieron todo su esfuerzo, valentía y empuje, por Venezuela. Y ahora son ustedes –fuertes venezolanas– quienes deben volver a demostrar su coraje.

Tienen en María Corina Machado el mejor referente de todos, y tienen en muchísimas mujeres en cada ciudad, urbanización, barrio y caserío el ejemplo de esa raza indómita y aguerrida de cada venezolana.

¡Feliz día mujer venezolana! ¡Vamos a luchar juntos para terminar de torcer el brazo a los verdaderos culpables de este nuevo drama que aflige a Venezuela!


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