1. Tal vez de las pocas cosas en las que el régimen y los sectores democráticos coinciden sea en evaluar que la Fuerza Armada que existió hasta 1998 y quizás hasta 2002 está muerta. Los rojos, autores del crimen, se alegran porque habría desaparecido una institución al servicio de la clase política a la que atribuyen los males de la República. Los demócratas lo deploran porque fue la extinción de una institución que sirvió de indudable soporte al régimen de libertades, a pesar de que la procesión siempre anduvo por dentro (y sigue).
  2. La muerte de la institución de produjo a través de un proceso continuo de erosión y también en episodios de purga soviética que tuvieron lugar de tiempo en tiempo. La erosión sistemática fue a través de siete instrumentos poderosos e interconectados: la ideologización dirigida a promover la simpatías por el “socialismo del siglo XXI”; la carcoma de los valores y principios que fundaban la institución; la corrupción, lo cual dinamitó el esfuerzo por el mérito profesional; la contigüidad con el crimen organizado; la prostitución de los principios militares, del sentido de la jerarquía, la disciplina y la obediencia; el deterioro del apresto operacional; y, finalmente y como resultado, la pérdida del sentido profundo de la institución, de su doctrina y de su misión.
  3. Al final, de esa FAN quedaron escombros materiales, institucionales y espirituales. Tenientes con más poder que generales; altos oficiales con recursos que por la vía profesional no habrían obtenido de forma alguna; trasiego de maletas llenas de dólares; constitución de carteles para el tráfico de droga o de grupos que obtienen financiamiento de la protección a aquéllos. La podredumbre moral chorreando hasta abajo que es lo que hace posible que miembros del personal de tropa haga de las suyas en alcabalas, haciendas, comercios, gasolineras y donde haya “para los frescos”, venezolanismo retórico cuando un guardia nacional o policía te pide plata para los refrescos y dejarte seguir tu vía.
  4. Por supuesto que hay muchísimos oficiales asqueados de esta podredumbre; pero han sido marginados, excluidos, retirados, obligados a pedir la baja, acusados, perseguidos, y varios torturados, asesinados o en prisión en las peores condiciones imaginables. Muchos más, siguen en silencio sin posibilidad de hacer mucho debido a la penetración del espionaje local combinado con el cubano y ruso; además existe especial saña criminal en contra de la disidencia militar y su brazo ejecutor más depravado es la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).
  5. Esa destrucción sistemática fue una de las facetas de otro proceso, anunciado ya por Chávez en sus días de victoria y euforia: la construcción de una nueva Fuerza Armada. Esta no es ni la sombra de aquella, pero no hay que engañarse: tiene mucho poder político y de fuego. No es una institución con principios, valores y organización típica de una fuerza militar; sino un sistema de redes, en las cuales los nodos que la constituyen tienen sus jefaturas civiles o militares, alineadas con diversos papeles alrededor de la defensa y fortalecimiento del régimen: unos, en actividades militares, otros en actividades militares conjuntas con civiles militantes del régimen y los de más allá en directa conexión con redes criminales.
  6. La estructura se desarrolla con las Redes de Defensa Integral, las Zonas de Defensa Integral y las Áreas de Defensa Integral, siendo estas últimas las más básicas donde confluyen militares y civiles organizados, armados y militantes del proceso chavista-madurista. Es una nueva Fuerza Armada cuya misión no es la de la defensa nacional y el resguardo de la soberanía de la nación, sino la defensa del régimen frente a lo que consideran que será la línea final del batalla que es la guerra en contra del imperio.
  7. En ese proceso las fronteras nacionales carecen de valor si se trata de los grupos irregulares, como son el ELN, las disidencias de las FARC, el Frente Bolivariano de Liberación, y los grupos organizados con el narcotráfico y proveedores de financiamiento a las fuerzas tenidas como revolucionarias. El único valor de la frontera es como línea de resguardo y defensa para las fuerzas ilegales colombianas que tienen su santuario dentro de los límites de Venezuela.
  8. En la construcción de la nueva Fuerza Armada, la estructura de REDI, ZODI y ADI están siendo dotadas de muy poderosos armamentos para la guerra que vendría. Esta exhibición que hace el general Padrino de vez en cuando no puede ser tomada a la ligera: están armándose hasta los dientes con el único propósito de quedarse en el poder. Uno puede decir que todo ese poder de fuego no aguanta un desembarco de marines, pero no hay que equivocarse: tal posibilidad no existe, ni la región la aceptaría; por allí no es el apoyo que necesitan las fuerzas democráticas venezolanas, civiles y militares. Puede ser militar, pero de otro tipo –TIAR mediante–.
  9. Si las fuerzas opositoras no prevén esta realidad política y militar ninguna estrategia dará resultados. Hemos sostenido que para obligar al régimen a negociar en serio debe haber una amenaza creíble; no haber creído en esto ha conducido a que sea Maduro el que, con su nueva Fuerza Armada, tenga una amenaza creíble en contra de cualquier cosa que se mueva en su contra. Este nuevo escenario es el que hay que pensar en serio.

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