Lo que está de moda en materia de entretenimiento, en estos tiempos de covid, de pandemia y cuarentena, es el encierro y la televisión. Netfflix, Amazon Prime y YouTube están a la mano con sus series y películas viejas.

Pero, más allá del entretenimiento del sofá y la butaca con el control remoto, están las redes sociales en el infaltable teléfono inteligente que nos persigue. Desde allí se nos atropella emocionalmente a los venezolanos con el tema vigente desde el 21 de marzo de 2021. El enfrentamiento de la FAN con unos grupos terroristas (así los califica la prensa oficial) en La Victoria, en el estado Apure. Puro territorio venezolano. Y desde este escritorio hemos calificado esos hechos como un falso positivo.

Ni los chistes ni los sarcasmos se explican. Las reacciones de la audiencia ante ambos depende del manejo de información y como la procese cada quien, para sacar su conclusión/respuesta y, reaccionar. La risa, el estupor, la arrechera, la ansiedad, el miedo y el amor se pueden inducir espontáneamente. O a través de un diseño bien elaborado con el objeto de construir una emoción o reforzar otra que ya existe. Así funcionan las operaciones psicológicas, las de propaganda, y de contra propaganda. Y cuando se dispone de una pulida y refinada maquinaria de inteligencia y contra inteligencia, como la que tiene el régimen usurpador, el mandado está hecho.

Una operación psicológica, de propaganda o contrapropaganda es como una película. Uno escoge los actores, los escenarios, establece el guion, las escenas y las locaciones, la trama y el desenlace. Sentado en su butaca, el espectador (usted, mi querido venezolano) comiéndose sus cotufas y viendo su película llora, se arrecha, se engancha con el protagonista o con el malo, se enamora, opina y se mete de lleno en la película, hace empatía con los actores, sufre o disfruta según lo que se haya establecido en las grabaciones, el guionista, el productor y el director. Eureka. Así funciona un falso positivo, un tema muy técnico y poco accesible al común que está fuera del entorno militar, y cuya definición está focalizada en ese espacio común de la frontera caliente entre Venezuela y Colombia.

Una manera muy gráfica de ilustrar y explicar Apure desde el 21 de marzo de 2021 es una excelente película de Barry Levinson, protagonizada por Dustin Hoffmann, Robert de Niro y Anne Heche titulada Wag the dog (Des hommes d’influences). El filme se conoce en España como La cortina de humo y en Argentina como Mentiras que matan. Debería estar en Netfflix , en Amazon Prime o YouTube. Allí está explicado, el chiste, el sarcasmo o el falso positivo de Apure. Y es también una excelente ilustración de una operación psicológica. Más allá de la ficción montada en la pantalla con la cortina de humo, la realidad que estamos comprando a través de las redes sociales desde La Victoria en el estado Apure, con estos combates militares, parecen salidos de un ambiente de cámara, sonido y… acción. No voy a decir más para que cada quien se mate con su propia experiencia, viendo la película, cotufas incluidas.

Probablemente, cuando terminen de ver la película le encontrarán explicación al misterioso helicóptero con 30 militares, secuestrado por las FARC y aún desaparecido, los miles de efectivos militares movilizados al área de operaciones, los 37 días de combates encarnizados y sangrientos, los grandes arsenales capturados y a los cuerpos despedazados entregados en sacos y bolsas negras. Mientras, en el quinto piso del Ministerio del Poder Popular para la Defensa en Fuerte Tiuna, un Vladimir chévere, en almilla camuflada y con la barriga ejecutiva a discreción, descorcha como productor de la película un buen vino para revisar las próximas tomas. Este rodaje continuará mientras haya público que llore, ría, sufra y se posicione en la idea central del guion que es desviar la atención del público hacia un tema especial, la Nueva Marquetalia, esperando que toda la opinión pública se concentre y se entretenga con la guerra ficticia que se ha construido en el estado Apure, donde el perro se está moviendo. Y lo lograron.

Como complemento, es bueno revisar la prensa del otro lado y la cobertura mediática que le dan al tema. Una cobertura marginal y accesoria conforme a la veracidad que se desprende del mismo. Así ha sido la historia de Arauquita y, por supuesto, de La Victoria. Eso puede permitir abundar mejor y con precisión en las conclusiones personales, y ayuda a aclarar mejor el panorama sobre Apure.

¿Y los muertos? Precisamente en la película se raspan a Dustin Hoffman (Stanley Motss), el productor del falso positivo en pantalla. Se llaman daños colaterales, como en toda guerra. Como los muertos y heridos de la FAN. Y en Venezuela, estamos en guerra desde 1998.

Agarren su control y síganle el ritmo a la película en Apure mientras el perro continúe moviéndose (Wag the dog). No se olviden de las cotufas.

 


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