Pareciese que la interpretación del pensamiento de Bolívar “Moral y luces son los polos de una República” tiene significado diferente visto desde la perspectiva de la izquierda latinoamericana. ¿Ópticas diferentes o simplemente intereses colectivos muy por encima del bienestar de una nación? Moral ambigua que se refleja en la forma de comportarse la mayoría de los líderes del gobierno revolucionario. Felones antinacionalistas que han logrado colapsar el país.

Estudiosos del pensamiento bolivariano coinciden en que una conducta ciudadana plena de ética, lealtad, justicia, pureza, integridad y respeto es la base de un comportamiento moral. De igual manera que el conocimiento, la educación, el talento, el desarrollo personal y la superación, conjuntamente con un comportamiento moral, formarían las bases del adecuado desarrollo económico y social. Todo ese conjunto de ciudadanos ejemplares harían grande nuestra República.

“Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”. Inmortal frase que resuena en la tumba del Libertador, como advertencia a caudillos y militares para que dejasen a un lado sus fantasías heroicas, esos triunfos imaginarios en batallas de opresión en contra de los “pata en el suelo”.

El país cambió. Nuestra  sociedad cambió en estos 22 años de revolución. Las pasiones colmaron los ánimos y las paciencias. La sindéresis, la prudencia y la experiencia política, brillaron por su ausencia. Las vanidades, los egos, los intereses y las inmoralidades –en el mundo político, económico y social–. Logró hacer estragos en una nación con una democracia en desarrollo.

Las consecuencias: una sociedad plagada de opinadores de oficio ignorantes. Una clase media académicamente y profesionalmente activa, en el limbo –con formación técnica– pero inútil a los intereses de la clase gobernante. Una juventud sin futuro. Un país a la deriva. Una sociedad sin principios, sin organización, sin valores y con un gobierno plenipotenciario y poderoso, donde sus más emblemáticos representantes exhiben de forma arrogante y grotesca los botines productos de sus fechorías.

Hace unos años tuve la oportunidad de escuchar una anécdota en un pequeño pueblo de Venezuela. Al recordarla, casi pudiese afirmar que es el mayor y más emblemático ejemplo de las cualidades de las personas que nos han gobernado en estos veinte años. No se burlen mis desocupados lectores, que esto es muy serio. Si no fuese tan trágico, pudiese ser risible. Pero es una realidad como la tragedia de Vargas, como la destrucción de nuestra industria petrolera, de nuestro sistema eléctrico, de nuestra calidad de vida. Peor aún: como la destrucción de la formación familiar, moral y ética de los jóvenes de la nueva generación.

Era la ocasión de un alcalde revolucionario de inaugurar una red eléctrica y de  iluminación pública de la calle principal en un pequeño poblado. Exclamó en su discurso público: «Y como dijo Bolívar: Moral y Luces son nuestras primeras necesidades….  Bueno, allí tienen sus luces… busquen ustedes la moral».

Regalo libros usados. Condición, el saber leer.

@CarluchoOJEDA

 


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