La serie de Disney+ Moon Knight ha sido una travesía hacia una historia de origen que deslumbra por su impecable capacidad narrativa. Con un Marc Spector (Oscar Isaac) escindido y en mitad de lo que parece la frontera entre los vivos y muertos, la serie mostró al héroe en toda su vulnerabilidad. También, se tomó el atrevimiento de contar una historia traumática desde los símbolos. Todo un recorrido novedoso para Marvel.

Moon Knight es quizás, el más profundo y extraño de todos los universos planteados en las series de Marvel. También un riesgo de narración que asombra por sus alcances. Desde contar la historia de origen del personaje a través de sus recuerdos más traumáticos, hasta la mirada sobre la mitología egipcia. Pero en especial, su final abrió la posibilidad que el personaje sea un símbolo visible del estudio hacia una madurez creativa inédita. Alejado de la bondad dramática de WandaVision, el estilo juguetón de Loki, el comentario político de Falcon y el soldado de invierno y la cualidad cápsula de Hawkeye, el tránsito del Marc Spector interpretado por Oscar Isaac de un hombre escindido y desconcertado a una idea mucho más elaborada sobre su personalidad, resultó formidable. Un camino del héroe que el guion transitó a través de la idea del poder como elegía y la sublimación del dolor como vínculo para un tipo de redención amarga. También, en un análisis sobre la psicología de un antihéroe complejo que abarca de forma amplia las variaciones del bien y del mal con las que debe lidiar.

Pero en especial, Moon Knight fue una celebración al cómic del cual procede. Toda una excepción en las adaptaciones poco fieles de Marvel de su propia mitología, la historia del mercenario que se convierte en puño del dios egipcio Khonshu, se convirtió en una forma de analizar lo superheróico desde la oscuridad. La historia de un hombre trágico que debe luchar con un trastorno psiquiátrico y a la vez, con la influencia del poder divino sobre su psiquis, siempre fue sorprendente. En papel, Marc Spector fue un desafío que cruzó la línea complicada entre la cordura y la locura. En su versión live action, el avatar de Khonshu, es algo más que una alegoría.

Por curioso que parezca, Marc Spector y su personalidad más frágil, Steven Grant, crean la síntesis de todas las grandes figuras de la franquicia marvelita. Es la encarnación del dolor, la responsabilidad de las capacidades extraordinarias y la mirada sobre la conciencia del héroe.  Y Marvel lo mostró desde ese punto de vista: su recorrido a través de la locura, lo sobrenatural y al final, un triunfo teñido de oscuridad y dolor sobre sus horrores más privados, convirtió al más reciente héroe de La casa de las ideas en un recorrido hacia lo tenebroso, signado por el sufrimiento humano. Marc Spector es a la vez, una víctima y un rehén, una figura de formidable cualidad siniestra y al final, un enigma. La serie mostró todo con el cuidado un recorrido angustioso y también, con la bondad de cierta concepción amable sobre los dolores invisibles que aquejan al personaje.

Todos, temas que nunca ha Marvel ha tocado de manera directa. De hecho, Moon Knight es un recorrido por un tipo de percepción sobre lo psicológico desde un ámbito poderoso. Antes, Marvel mostró a un Tony Stark deprimido y con ataques de pánico y a un Thor, en medio de una crisis existencial. Pero la forma de abordar el dolor y la desintegración de la personalidad con que narró la vida de Marc Spector, sobresale por su poder. En especial, cuando el personaje hasta ahora, había sido una combinación de análisis sobre la influencia de lo sobrenatural en la realidad. También, de un tipo de heroísmo atípico.

Los rostros del bien y del mal

Moon Knight también fue la oportunidad para analizar la cualidad de la realidad en una forma desconocida para Marvel. En Endgame, Thanos sufrió visiones sobre su vida y sufrimientos al obtener la gema del alma. También, en la serie Loki, la directora Kate Herron brindó a su personaje central de una rápida redención a través de visiones sobre su vida.

Pero en Caballero Luna (Moon Knight), el capítulo cinco ensayó un estrato sobre la conciencia mucho más elaborado. Además, incluyó elementos relacionados directamente con la mitología egipcia, lo que permitió que la narración fuera novedosa en varios puntos a la vez. La presencia de la diosa Tueris egipcia, a la que se le adjudicaba el poder de resucitar a los muertos, marcó del capítulo. Porque en realidad, la historia de Marc Spector, se condensó no sólo en los dolores de su traumática infancia. También, en un recorrido aterrador y simbólico a través de sus espacios oscuros.

Moon Knight sorprendió al mostrar la culpa del asesino. A la vez, por condicionar la idea de la muerte por justicia, a través de una idea más profunda. Poco a poco, la condición de Marc Spector como puño de Khonshu, se hizo más ambigua, menos heroica y más relacionada con la capacidad de manipulación del dios. E incluso, en ese estrato, la percepción sobre la dualidad de Marc Spector, fue un punto de considerable interés. Por primera vez, Marvel se hizo preguntas sobre las víctimas de sus héroes. Y mostró, a la manera de un tétrico salón lleno de cadáveres, las consecuencias directas de las acciones de sus figuras más poderosas.

Moon Knight, entre la vida y la muerte

Estrenado su gran capítulo final final, Moon Knight es una incógnita. A pesar de su brillante argumento, el capítulo no aportó gran cosa a la trama central y aunque cerró la mayoría de sus hilos narrativos, la historia pende en la incertidumbre sobre su futuro. Marc Spector es ahora un héroe en plena potencia, uno que enfrentó el más oscuro de los horrores y vivió para encontrar un lugar, en un tránsito existencialista complejo que rara vez muestra el género de superhéroes. Pero ahora mismo, la oscura personalidad de Spector parece seguir siendo un misterio en medio de su percepción acerca del poder y el futuro. ¿Queda mucho más que relatar de este antihéroe incompresible? Tal vez, la pregunta correcta es si el universo cinematográfico de Marvel está preparado para hacerlo.

 


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