Mucha expectativa ha causado en la sociedad venezolana la denuncia y el posterior encarcelamiento de los diferentes jerarcas y apóstoles de la revolución, acusados de corrupción, específicamente en el desfalco en Petróleos de Venezuela S.A. y en la Corporación Venezolana de Guayana. Para todos los venezolanos, era un secreto a voces y, además, refrendado por lo ostentoso de sus estilos de vida, acompañado por un sinfín de fotos en las redes sociales, mostrando un nivel que tienen los jerarcas rojos rojitos, en su forma de vestir, calzar, en qué vehículos se desplazan, donde se podía apreciar que los ingresos y los egresos no coincidían.

Claro, el Poder Ejecutivo, que ya tiene más de dos décadas gobernando, es consciente de su desgaste y desprestigio, por lo tanto se valió de estas circunstancias para vender la idea que se estaba realizando un sacudón, una movida de mata, una caza a los corruptos y así, dar a entender que para ser revolucionario, bolivariano y chavista, hay que ser pulcro, casto, cumplidor de las leyes y de las buenas costumbres y además, honrado, eso lo dicen ellos, pero ya conocemos la realidad política roja de nuestro país.

Ya el venezolano está vacunado contra las mentiras y el engaño reiterado, porque sabe de sobra que el que paga los platos rotos siempre será el pendejo, el chino de Recadi, el hijo de Petra, el eslabón más débil de la cadena, porque los verdaderos culpables solo son destituidos de sus cargos y enviados como embajadores o en alguna misión para exportar sus malas mañas. ¿Y el dinero desaparecido para la construcción del metro de Guatire-Guarenas-Caracas a través de Odebrecht? ¿Y el ferrocarril? ¿Y el nuevo puente sobre el lago de Maracaibo?

En fin, esta coyuntura la ha aprovechado el gobierno nacional, para seguir vendiendo la ilusión de que el Ejecutivo está dispuesto a tomar decisiones difíciles y necesarias, para sacar al país de la coyuntura económica y social que se encuentra en estos momentos, debido a los altos niveles de corrupción, pero después de tanta alharaca, todo quedó en ventilar desacuerdos, realizar acusaciones y quitar del camino a personeros que pudieran realizar alguna sombra a Nicolás y compañía para un futuro electoral. ¿En Venezuela hay elecciones libres?

Eso quiere decir, que los diferentes comunicados denunciando a diestra y siniestra el descubrimiento del agua tibia, que el cielo es azul y que la tierra es redonda, ha sido hasta ahora un plan comunicacional para dar a entender que el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, lucha contra la corrupción y supuestamente garantiza la buena utilización de los bienes del Estado. ¿Y el peculado de uso?

Sin embargo, esas intervenciones televisivas, ese bombardeo para copar hasta la impaciencia las redes sociales, no fue otra cosa que una simple rotación, fusión y extensión de mecanismos, para quitar a unos y poner a otros, para que todo siga igual o, mejor dicho, peor, porque los controles, las carencias y la inflación no van a desaparecer solo por el hecho de encarcelar corruptos, que ellos mismos han avalado y apoyado todo este tiempo.

Estos acontecimientos me hacen llegar a mi memoria una clase de sociología política, por allá lejos en los años ochenta del siglo pasado, una frase de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, que identifica lo que se llama “el gatopardismo”: “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie». Lo anterior demuestra el desespero y el miedo que tiene la clase revolucionaria para mantener y conservar sus beneficios, a pesar de las transformaciones que suceden en el país en particular y en el mundo en general. Entonces, la realidad del venezolano se convierte en una larga y tediosa espera, deseando un cambio que nunca llegará.

Volviendo a la realidad de nuestro país, luego de la purga que se ha llevado a cabo, volvieron a repartir los cargos para equilibrar las diferentes fuerzas que pugnan en el chavismo-madurismo, desde los militares, pasando por los radicales y terminando con la derecha endógena, eso sí, buscando darle un impulso al marxismo, sin importar las penurias que está atravesando la nación, porque lo que interesa es la ideología y el dominio sobre el bienestar y la estabilidad de la patria.

Lo anteriormente expuesto, demuestra que al Poder Ejecutivo no le preocupa buscar soluciones sobre la inseguridad, que sigue batiendo récords en asesinatos, asaltos y hurtos, con una alta tasa de impunidad. No es primordial combatir a la corrupción, donde empresas fantasmas se han llevado miles de millones de dólares y castigan al resto del país, con controles innecesarios, que tienen paralizado a todo el aparato productivo. ¿Y el control de cambio? ¿El respeto a la propiedad privada? ¿Las invasiones?

Continuemos, a ver si podemos desenredar esta madeja de mentiras. No hay que olvidar que todos estos años de revolución, nunca les importó solucionar la crisis de medicamentos e insumos de la salud, en el cual nuestros compatriotas deben peregrinar en la búsqueda de una medicina y en el peor de los casos, mueren en hospitales porque no hay como sanarlos.

A pesar de exhibir corruptos vestidos con monos naranjas, en los últimos años nunca se tocó el tema de la escasez de gasolina y otros rubros derivados del petróleo, y es harto conocido el deterioro de nuestras refinerías y la poca o nula experticia de los trabajadores de la industria petrolera nacional. Por cierto, los únicos beneficiados por estas carencias son los contrabandistas.

Por su parte, el desfile de bragas naranjas por las pasarelas del fashions revolucionario no pueden ocultar los niveles estratosféricos de hiperinflación, con políticas macro y microeconómicas desastrosas, que solo han servido para convertir en siervos de la gleba a los venezolanos. Han sido muy competentes en generar grandes distorsiones en la economía, donde se expresan los dos extremos, es decir, lo que hay, tienen precios astronómicos, calculados a dólar no oficial y los productos que obtienen divisa preferencial, ya no existen en los anaqueles, no hay que olvidar que nadie, absolutamente nadie quiere bolívares, solo sirven para ser utilizados para hacer figuras de formas variadas, es decir, para la origamia.

A pesar del circo montado, debajo de cuerdas, amparados por el secreto y la complicidad, están planificando la venta de Monómeros Colombo Venezolanos S.A., empresa petroquímica filial de Pdvsa, en el cual expertos advierten que no es necesario venderla, ya que el dinero que ingresaría, seguramente sería dilapidado y perderíamos una plaza importante que ha costado años en conquistar. ¿Y qué pasará con Citgo?

Han querido esconder e invisibilizar las protestas de los docentes, que han manifestado incansablemente, haciendo frente a las amenazas de los colectivos, porque saben que están en el lado correcto de la historia. No hablan de los contratos colectivos, vencidos desde hace años, que han provocado protestas por parte de los educadores, debido a la desidia del gobierno que se autoproclama obrerista y garantes de los derechos del pueblo. ¿Y qué papel desempeña el gas del bueno? ¿Y la acción de los colectivos?

En estos momentos ya se olvidaron de las promesas para disminuir la pobreza, revertir la recesión o combatir la inflación. Ahora la culpa la tiene la corrupción producida por los infieles a la revolución y claro, no pueden faltar las sanciones y el imperialismo. Solo les interesa producir hambre, escasez y miseria, para sostener su gran maquinaria de engendrar pobres y dependientes del socialismo, con la repartición de su limosna revolucionaria.

Todo lo anteriormente descrito, nos demuestra que nuestra realidad es difícil y a veces confusa, debido a que la verdad no está clara y menos de aquellos que deben propagarla, debido a que se esconden en las tinieblas de la ignorancia, arrastrando consigo a todo un país para que comulgue con ideales del pasado, para construir un futuro desconocido.

En estos últimos años, Venezuela ha representado lo peor de lo que se criticó de la cuarta república, ahora repotenciado y con un añadido, con una alta dosificación de ineptitud e improvisación. Lo que importa hoy es mantener la indigencia, para generar esa dependencia necesaria del pueblo, para convertirlos en clientes políticos. Ya no se piensa, no hay libre albedrío, lo que importa es la adoración al jefe supremo, usar una franela roja y convertir las consignas en dogmas, acompañadas con canciones de Alí Primera.

Para justificar sus desvaríos ideológicos han practicado la política de la mentira y el engaño, eso sí, no han parado en dilapidar el dinero del Estado para realizar su campaña admirable y ampliar así, su cartera de clientes políticos.

Que se puede concluir de esto, que el gobierno no quiere resolver los problemas, solo le interesa acumular poder. Porque el socialismo nos roba la existencia, vendiendo una realidad plagada de patrañas y a la vez, distorsionando la verdad.

El desastre no ha sido suficiente para provocar los cambios necesarios. Se esmeran en ocultar la historia, porque se niegan a analizar el fracaso de la revolución bolivariana. Se preocupan en instaurar comunas, como nuevo credo del cooperativismo, que no es otra cosa que un instrumento de adoctrinamiento de la sociedad. Este es un nuevo salto crucial hacia el abismo.

Las 24 horas del día, se rinde culto a una deidad que vive y vencerá, que la lucha sigue para doblegar a aquellos que osen cuestionar los designios de la revolución. Estafan al pueblo ofreciéndoles cuotas de poder, para luego dominarlos a través de la humillación del hambre, obligándolos a realizar colas infinitas para recibir por goteo sus derechos. Lamentablemente, Venezuela se ha convertido en la tierra del no hay, en la nación del no se puede.


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