«Los países mejor cultivados no son los más fértiles sino los más libres» (https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/montesquieu.htm)

Nada más canallesco que sean los presuntos dignatarios latinoamericanos quienes más violen la Declaración Universal de los Derechos Humanos (firmada por quienes representaban países miembros de la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas, en Costa Rica, 1948) y el https://www.un.org/spanish/law/icc/statute/spanish/rome_statute(s).pdf (Roma, 17-07-1998).

Así infiero porque casi todos esos señores culminan ilegitimados por desacatar explícita y soberbiamente el ordenamiento jurídico que tiene características extraterritoriales. Lo hacen orgullosos de su condición de activistas del totalitarismo. Mofan de constituciones y normas regionales e internacionales, defecan encima de sus páginas. Ante nuestra socavada panorámica en materia de seguridad y defensa de las libertadas en el mundo, he redactado esta misiva dirigida a los pocos personajes esclarecidos con voz y voto.

Respecto a la universalmente definida institucionalidad de Estado, basada en las constituciones que dan forma jurídica a «contratos sociales» regidores de los comportamientos de quienes conceden mandatos y de los investidos para cumplirlos, enuncio:

PRIMERO. Durante décadas, en Latinoamérica no hemos tenido mandatarios sino castas de impunes forajidos.

SEGUNDO. Ningún organismo que convoque representantes de repúblicas está autorizado por nosotros, soberanos, para que los legitime recibiéndolos.

TERCERO. Conforme a la Declaración Universal de Los Derechos Humanos, esos usurpadores transgreden sus postulados. Su «preámbulo» y el Art. 02 que enuncia: «Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra». Por «omisión de justicia», la Organización de Naciones Unidas (ONU) y Organización de Estados Americanos (OEA) permiten que se cometan gravísimos e irreparables delitos en flagrancia.

La Casta Forajida que se apropia indebidamente de los enormes recursos financieros por exportaciones de variedad de productos y también de organismos internacionales, esa que tiraniza, hambrea, mata y lava su rostro mediante masiva propaganda, abuso de autoridad e interpretación u obstrucción perversa de las leyes, oprime impunemente a millones de personas que aborrecemos el totalitarismo. Persigue, hostiga, segrega, discrimina y mantiene encarcelados a personalidades de todos los sectores sociales: entre los cuales estudiantes universitarios, comunicadores sociales, intelectuales, científicos, empresarios y políticos sólo por haber participado en actos de protesta o exponer atrocidades de gobiernos.

La Corte Penal Internacional no tiene necesidad de enviar fiscales para constatar en sitio crímenes de lesa humanidad que se cometen en flagrancia. Fotografiándose con delincuentes históricos prueba que tales sujetos se presentan sólo para mostrar sumisión o reverencia pública. Declaro mi hartazgo y asco por causa de tanta política de farándula.

@jurescritor


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