Padrino López rebeldía
Foto: @PrensaFANB

El ministro de la Defensa cubazolana, generalísimo Vladimir Padrino López, en representación de su generalato -2.000 y algo más uniformados- ratificó esta semana que  sus Fuerzas Armadas Bolivarianas fueron, son y serán chavistas. Es de agradecerle su oportuna declaración anticonstitucional, usurpadora, cuando los partiditos presidenciables aumentan candidatos para unas votaciones primarias que presuntamente elegirán al opositor del régimen chavomadurista en las elecciones supuestamente libres de 2024.

Es oportuna y nada casual porque esta vez el principal destinatario de su mensaje público  es un sector de su propia institución narcopolitizada que se encuentra tan fragmentado como la llamada oposición. Es que los cuadros medios militares –coroneles, capitanes, tenientes– y la gran masa de soldaditos –los niños de la calle adoctrinados durante 22 años– padecen los traumas originados por la revolución. Por ejemplo, durante la venedemocracia se vacunó sistemática y preventivamente contra enfermedades típicas de la infancia y se alivió la subalimentación con el diario vaso de leche escolar y otros métodos colaterales que permitieron un avance lento pero seguro de ascenso desde la pobreza neta hacia las diversas clases medias.

Para mantenerse en el usurpado poder civilista, el narcoestado militarista necesita podar el terreno con sumisos esclavos que les permiten legalizar sistemas totalitarios, a saber:

A) Al estilo Stalin-Hitler-Castro-Putin, despoblando su espacio actual eliminando, expulsando, reprimiendo y despojando de sus derechos constitucionales a todo adversario tácito, expreso y sospechoso de contrarrevolucionario; B) Abriendo fronteras para el acceso de nuevos habitantes que garantizan fidelidad absoluta al Fuerte Tiuna-Miraflores y esto ya se logró en al menos 17 estados de la ex Venezuela repoblados con guerrilleros locales,  fronterizos y regionales en traje civil, manada injerencista con visa y pasaporte oficializados. Forman el ejército que se ocupa de preparar sufragios a todo nivel indirectamente apoyados por precandidatos presidenciales de aspecto disidente que siguen dispuestos a secundar la farsa; C) Discursos públicos de advertencia con abiertas  amenazas internas en los ahora muy inquietos cuarteles.

Gracias, generalisímo Padrino. Para entender su conducta no es necesario ser espía, miembro de la CIA ni la DEA. Queda muy claro.

Quienes quieran oírlo que oigan, verlo que vean. Y quienes lo obedecen que sigan votando según su esquema.

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