El pasado 16 de agosto, la Organización Internacional de Migración divulgó los números de su proyecto Migrantes Desaparecidos. Los resultados son aterradores. Más de 500 personas han perdido la vida al migrar a otro país dentro de nuestra región en lo que va de 2019. De ellos, 89 son venezolanos.

Los venezolanos están muriendo en Venezuela porque no tienen acceso a alimentos, medicinas, médicos u hospitales. Los venezolanos están muriendo en Venezuela a causa de la inseguridad y la violencia. Pero ahora también mueren cuando se van en busca de una vida digna y el ejercicio de sus derechos humanos en otros países.

El proyecto Migrantes Desaparecidos documentó que, en 2019, los venezolanos fallecidos solo son superados por la categoría «Desconocido», con 178 víctimas, como la nacionalidad más contada. Los «Desconocidos» incluyen a los migrantes cuyos restos fueron encontrados en el desierto mucho después de su muerte o que se perdieron en el mar. Haití (59), Guatemala (55) y Honduras (42) siguen a Venezuela con el mayor número de migrantes muertos.

La migración venezolana también puede estar alterando los números regionales de migrantes desaparecidos. Para el mismo mes del año pasado solo se habían registrado 384 migrantes desaparecidos, un aumento de alrededor del 33%. La OIM informa, además, que este es el primer punto en cualquiera de los últimos seis años en que el proyecto Migrantes Desaparecidos ha alcanzado un umbral de 500 o más muertes en las Américas.

La migración irregular es con frecuencia la muerte para muchos migrantes. Mientras que algunos migran a través de «trochas», o pasos irregulares en las fronteras, otros encuentran sus “trochas” en el mar. Y es que esta crisis ahora también tiene náufragos. Alrededor del 75% de los migrantes venezolanos que ya murieron en 2019 lo hicieron en aguas del Caribe. Entre abril y mayo de 2019, 67 venezolanos desaparecieron en dos naufragios mientras intentaban llegar a Trinidad y Tobago.

No podemos tolerar más muertes de venezolanos; ni en Venezuela ni fuera. Los migrantes requieren también de protección. Para comenzar, necesitamos más información sobre las muertes de estos migrantes en tránsito irregular por tierra y por mar. Solo con más información se podrán proponer acciones para evitar que ocurran estas muertes innecesarias.La Asamblea Nacional de Venezuela designó una comisión para investigar las muertes de venezolanos en el mar, pero aún queda mucho por hacer.

Por un lado, las pobres familias de esos migrantes desaparecidos necesitan respuestas: ¿cómo murieron sus familiares? ¿Se pueden recuperar sus cuerpos? ¿Se pudieron haber prevenido sus muertes? ¿Cómo asegurar que no vuelva a suceder? Pero también necesitamos más información sobre qué redes proporcionan a los migrantes estos métodos de transporte irregulares e inseguros. Los miembros de estas redes, con frecuencia criminales, se aprovechan de la desesperación de los venezolanos y, por dinero, los exponen a un destino fatal en el mar. Es hora de que se desmantelen y los responsables sean llevados a la justicia.

Para los venezolanos, o cualquier otro migrante en la región, y en el mundo, esta es una situación que debe parar. Ni un migrante desaparecido más.

 

* Los puntos de vista son personales. No representan la posición de la OEA.

*Una versión de este artículo fue publicado originalmente en inglés en Caracas Chronicles.


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