El desplazamiento de las personas entre los países, los movimientos de las poblaciones en el mundo, esto es, la migración, es un fenómeno que ha existido siempre. En el mundo actual, con las facilidades del traslado desde y hasta cualquier parte del mundo, se ha incrementado de tal manera este movimiento de personas que algunos países y gobiernos han implementado nuevas políticas restrictivas para el paso por sus fronteras.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas, el número de migrantes internacionales creció a 281 millones de personas en el año 2020, a pesar de las restricciones presentadas ese año por efecto de la pandemia de coronavirus. Es decir, más del 3,6% de la población mundial que asciende a 7.800 millones de personas se encuentra viviendo fuera de su país de origen. Este valor ya supera considerablemente la proyección hecha por la OIM en el año 2003, cuando pronosticó 2,6% (230 millones de personas) de migrantes internacionales para el año 2050.

El Pew Research Center (PRC), centro de investigación de asuntos internacionales, que estudia las tendencias sociales, demográficas y migratorias, indica que los Estados Unidos de América es el país con mayor cantidad de inmigrantes internacionales, casi 51 millones en el año 2020, que representan 15,1% de su población. En cambio, existen países donde hay menos cantidad de inmigrantes, pero la proporción de población nacida en el extranjero supera considerablemente a la nativa: en el año 2020 el 93% de todas las personas que vivían en los Emiratos Árabes Unidos eran inmigrantes internacionales; asimismo Qatar tenía el 80,6%; Kuwait el 71,3%; Bahrein el 63,4%. Otros países de Medio Oriente entre los 10 principales incluyen Omán, Arabia Saudita, Jordania y Líbano. Singapur y Australia también está entre los 10 primeros con 42,7% y 29,9% respectivamente.

En los países del Golfo Pérsico se presenta este fenómeno debido al auge petrolero desde mediados del siglo pasado. La alta necesidad de mano de obra de todos los niveles motivó la apertura para la llegada de trabajadores de todo el mundo, principalmente del sudeste asiático y de Europa, convirtiendo la inmigración en materia esencial en la política y la economía de estas naciones.

El principal país de origen de los migrantes del mundo es India; 17,9 millones de emigrantes de India están esparcidos por el mundo, principalmente en los países árabes del Golfo Pérsico. México es el segundo país de mayor cantidad de emigrantes, con 11,2 millones, seguido por Rusia con unos 10,8 millones.

No se puede hablar de migraciones sin considerar los que se denominan “desplazados”, esto es, personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares debido a conflictos, violencias o desastres. Incluyen refugiados, solicitantes de asilo y personas movidas internamente dentro de su país de nacimiento.

El informe de Acnur (Agencia de la ONU para los Refugiados), en sus Tendencias Globales del año 2022, indica que el número de personas desplazadas en el mundo alcanzó un nuevo máximo de 108,4 millones en 2022. En líneas generales, el número de personas desplazadas aumentó de 89,4 millones en 2020 a 108,4 millones en 2022. Alrededor del 1,4% de la población mundial son personas desplazadas.

De acuerdo con Acnur, el país con mayor cantidad de desplazados es Siria, con 6,5 millones. Emerge Ucrania con 5,7 millones como resultado de la guerra, Afganistán de tercero con 5,6 millones y Venezuela de cuarto con 5,5 millones.

Los términos inmigrante, refugiado y desplazado provocan, y cada vez más intensamente, contradicciones, prohibiciones, ilegalidades y rechazo; y por otro lado esos mismos términos provocan solidaridad, piedad y compasión.

Las políticas y estrategias de inclusión de los inmigrantes siempre han sido temas importantes, y en la actualidad se han tornado asuntos particularmente complejos. La globalización, el incremento de las migraciones, la diversificación de sus orígenes geográficos y socioeconómicos, así como las causas migratorias, han producido una mayor diversidad social, cultural, étnica y religiosa en las sociedades receptoras, que han ameritado estudio y análisis del impacto migratorio, y la cohesión social ha pasado a ser una importante preocupación.


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