Muchos de los que estén leyendo esto sabrán que mi formación política en Venezuela ha surgido de Voluntad Popular, un partido de ideas renovadoras, fresco, con ilusión de cambio y con una sola ruta: derrocar el totalitarismo revolucionario y reinstaurar la democracia venezolana.

La ruta de Voluntad Popular sigue rodando por mi cabeza; creo en la esencia de los fundamentos del partido, creo que la rebeldía que teníamos es la que llevará a cambiar a Venezuela, sigo pensando que la ruta que habíamos propuesto en 2014 era la indicada y agradezco profundamente todos los esfuerzos del partido a lo largo de la presidencia encargada.

Juan Guaidó nos ha dado luz, entre tanta oscuridad, y nos llevó por un camino que nos puso en primera línea mundial, donde más de 60 países nos dieron su respaldo y apoyo. De no haber existido la pandemia, posiblemente estaríamos ante un nuevo gobierno y una nueva esperanza.

Lamentablemente, la ruta que inició en 2019 es muy distinta a la que necesitamos ahora, es un país completamente distinto y un mundo completamente nuevo. Los gobiernos han cambiado y nuestros apoyos internacionales se han apaciguado como consecuencia del mal accionar del “G4” en conjunto y la victoria de varios gobiernos afines al totalitarismo revolucionario.

Sin duda alguna, Juan Gerardo Guaidó Márquez llegará a ser presidente de Venezuela en algún momento; es un joven valiente, con ideas claras y con un ímpetu imparable. Pero, lamentablemente, no estamos en 2019, no tenemos la Asamblea Nacional a pleno funcionamiento y hemos tenido que reconducir nuevamente todos los esfuerzos a medirnos en unas elecciones amañadas, donde solo podremos lograr sumar si ponemos a la persona idónea, la persona con el perfil que aglutine a los millones de venezolanos que estamos en contra de la dictadura, que tenga el menor rechazo y el mayor índice de conocimiento.

Ahora bien, guiado por mi espíritu de rebeldía ante el régimen, mi idea renovadora del Estado y los principios que me llevaron a defender a Leopoldo López y su modelo político, he tomado la decisión de apoyar a María Corina Machado. Ella es, sin duda alguna, la esencia de la lucha que yo represento y que mi generación siente suya.

Yo dejé Voluntad Popular hace ya unos años, pero nunca he dejado de defender la lucha democrática de sus siglas, ni he dejado de defender a Leopoldo López, quien sigue siendo uno de mis grandes referentes políticos. Leopoldo nunca ha dejado de luchar por sus ideas y siento que yo tampoco.

María Corina representa lo que representó Leopoldo López en su momento: la idea de que se pueden intentar cosas distintas para mejorar Venezuela, es confiar en la empresa privada para fortalecer la industria venezolana, es buscar la alianza público-privada para que la competencia entre ambas haga que crezca la salud, la educación y los servicios públicos; en fin, es poner a los venezolanos como la prioridad antes que los intereses personales.

No obstante, debo detenerme para agradecer a Juan Guaidó. Muchas gracias por haberte entregado a tan difícil reto, creo que lo has hecho muy bien y creo que tendrás un maravilloso futuro político, pero lamentablemente el desgaste del interinato ha creado una importante fractura con la gente. Si hoy día queremos competir contra el tirano, debemos tener la candidatura más fuerte posible.

El candidato que salga del proceso primario será respetado y apoyado por mi persona desde el segundo siguiente al que se anuncien los resultados. Sin embargo, por mis principios, por la lucha que he dado, por mis ideales y por Venezuela, siento que mi deber patriótico es votar a María Corina Machado.

Espero que Machado sea la primera presidenta de Venezuela y que lleve la bandera de la libertad que tanto he defendido desde Madrid con Isabel Díaz Ayuso.

Machado y Ayuso son perfiles muy similares que tienen una misma forma de ver la vida: la libertad por encima de todo. Apoyaré a María Corina como apoyo a Isabel Díaz Ayuso, sin descanso y con el objetivo de verla convertida en presidenta de Venezuela.

Mi voto va para usted y espero que logremos el cambio que tanto anhelamos.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!