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To: Mr. Joseph Robinette Biden, Jr

46 presidente de Estados Unidos

1600 Pennsylvania Ave NW

Washington, DC 20500

 

Mr. Presidente

El abajo firmante y un entusiasta promotor de abajo cadenas en Venezuela, se dirige muy respetuosamente al presidente de Estados Unidos y a los representantes del gobierno de ese país involucrados en la política exterior de Venezuela con la misma motivación y exaltación que lo hicieron los 911 artistas, políticos, intelectuales, académicos y notables en 1989 para darle la bienvenida al país a Fidel Castro y ahora, recientemente, un grupo de 25 en una misiva directa para la Casa Blanca. En ambas ocasiones, aquella como esta calientica, han levantado tanto polvo retórico y debate, que más allá de los objetivos establecidos en ambas epístolas, el reguero discursivo de esta última es que la que ha sido tendencia en todas las redes sociales y ocupado primera plana en casi todos los medios criollos, probablemente se diluirá como cualquier flatulencia en un chinchorro y quedaremos igual políticamente, pero con una significativa diferencia en el número de intelectuales y notables que se suman a las estadísticas del país. 25 más en el score. No podemos quejarnos.  El tema: el levantamiento de las sanciones económicas a Venezuela y bajarle dos a esa política de máxima presión que no ha pasado de ser más allá de un flaicito al pitcher que el régimen ha capturado con su guante estirado con displicencia, con aburrimiento, y con los ojos tapados.

Le hago un llamado al gobierno de Estados Unidos a reconsiderar estas medidas por otras más sustantivas y eficientes para resolver la crisis de Venezuela. Y con esta esquela que envío hasta la avenida Pensilvania en Washington insto al pueblo de Venezuela, a los partidos políticos de oposición y a la plataforma de oposición unitaria, a los liderazgos, a los guerreros del teclado, a los reyes del pescuezo estirado para la fotografía y demás opinadores para que se retomen con urgencia estas vías. No hay más tiempo que perder.

Las sanciones económicas y la política de máxima presión no lograron sus objetivos lamentablemente… por ahora. Es decir, los efectos en Caracas y en el resto del país no lograron controlar el régimen, que esta aún vivito y coleando. Ustedes lo hicieron muy bien por allá en Washington, pero ya es tiempo de evitar más pérdida de tiempo. Corea del Norte tiene viviendo con sanciones 72 años y Cuba 64. Es necesario un replanteamiento de las medidas para provocar nuevas situaciones y sobre eso le propongo:

Primera medida. Coordinar con el grupo de los 60 países que encabeza su gobierno para que los jefes de Estado y jefes de gobierno programen y ejecuten una gira política, cultural y recreacional en esos países y reciban una comitiva de 335 venezolanos durante 15 días con todos los gastos pagados, para que conozcan las bondades del primer mundo, las facilidades de vivir en democracia, las  comodidades de disfrutar de servicios públicos en vanguardia en Alemania, en Francia, en España, en Suecia, en Austria, de relacionarse socialmente sin miedo al atraco, al secuestro y al peaje en Australia, para que intercambien con policías en Italia y vecinos en Suiza; y para que conozcan de primera mano en Estados Unidos cómo se vive en paz, en libertad, con independencia y sin la guaya del control social que los arrastra de la nariz. Esos 335 venezolanos vendrán seleccionados de los 335 municipios del país y allí es bueno incorporar a la doña que reparte las bolsas CLAP en el consejo comunal, a los jefes de las unidades de batalla Bolívar-Chávez (UBBCH) y uno que otro patriota cooperante. Esa visita debería de provocar un cambio en esos camaradas criollos y al regreso del viaje muy bien pueden servir de monitores y alentar a otros al cambio. Acostumbrados al cuánto hay pa’eso y al ñemeo, también es bueno meter unos policías y unos guardias nacionales de la ruta de oriente y de la entrada a La Guaira. Nada se pierde con probar y la posibilidad en resultados en eso del costo y los beneficios de esas medidas serían visiblemente eficientes y más económicas que las actuales.

Segunda medida. Gestionar mejor el sistema de las recompensas establecidas para capturar al grupo de políticos y militares revolucionarios que encabezan Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López. Es algo así como una cuota inicial establecida de mutuo acuerdo entre la Casa Blanca y los planificadores y ejecutores de la medida. Usted sabe que esas tareas generan inversiones iniciales y coordinaciones que requieren chequera libre y tarjeta de crédito en ráfaga, pero con saldo. Yo particularmente me conformaría con un adelanto del 50% de los 15 millones de dólares en los que está tasada la recompensa por Nicolás Maduro, aunque puedo transarme, previa negociación sudada, hasta en 35%. De allí no me bajo. El punto es, señor presidente, que hay que estimular la iniciativa y abrir los caminos para que los futuros emprendedores de esa tarea se animen. A la fecha, nadie ha salido al ruedo; a pesar de que dicen en Venezuela que música paga no suena, puede ser que un anticipo prenda la rocola. Usted también debe saber señor presidente, que barriga llena es corazón contento y con hambre y tristeza que es lo que más hay en Venezuela, nadie se va a aventurar a capturar a nadie. Vamos a negociar ese cupo de entrada.

Como le decía al inicio, las sanciones no han logrado nada y es bueno hacer una reestructuración de las actuales para tratar de intensificar los efectos y establecer una solución viable, oportuna y expedita en nuestro país al grave problema político y propiciar un cambio. Con esta comunicación que estoy consignando en la embajada ante Mr. Story (un entusiasta de la gastronomía criolla), le estoy dejando también la receta del cuajado de morrocoy y de las arepas de coroba, que aspiro haga llegar a vuestra excelencia.

Con las seguridades de su atención, me suscribo,

El abajo firmante y un promotor de abajo cadenas en el país. Nada que ver con intelectual ni notable.

 


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