Ya no es un misterio: el sistema eléctrico de México necesita fuertes inyecciones de capital privado para ser modernizado, innovado y puesto “a tono” con los desafíos que tienen la industria y el comercio de semejante potencia latinoamericana.

El discurso promovido desde la “ideología” de AMLO y sus muchachos del socialismo y chauvinismo no funciona. Es importante buscar financiadores internacionales privados para modernizar el sector, la generación termoeléctrica, la promoción de nuevos parques solares, encarar una transición energética y paso a energías limpias y evitar “cortes de luz” que afectan al sistema.

Pese a que la actual administración no es “muy afín” a la energía renovable y aún conserva su mirada petrificada a las fósiles; el impulso de la ciudadanía logrará que hasta 2024 se puedan incorporar 21,3  GW de nueva capacidad, mayormente desde generación renovable.

Siempre decimos que el petróleo y el gas no van a “morir”; que no habrá tal “peak” petrolero; al menos no en esta generación. Hay nuevas dinámicas de exploración y explotación petrolera más amables con el entorno ambiental y la economía se seguirá moviendo, más allá de 2050, con petróleo. Quizá se deje de usar en volúmenes tan grandes y sea reemplazado por renovables pero definitivamente no va a “morir”. Y en el caso del gas natural será puente entre fósiles y renovables. Las renovables van a ser la llave de la nueva economía del futuro, pero a ese futuro debemos llegar desde hoy, con innovación, tecnología e inversión para reducir costos de producción de energía para el usuario final.

Hace unos días el propio Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) se declaró en “estado operativo de alerta” por la alta demanda eléctrica, altas temperaturas y la respuesta poco eficiente del sistema al público demandante, luego de registrar un consumo récord de 52.000 MW (Mega watt)  en un solo día.

En 2022, el consumo neto nacional del SEN se ubicó en 333,662 GWh, lo que denota un incremento de 3,4% respecto al consumo de 2021. Este incremento reflejó la recuperación gradual de la economía del país, luego de los estragos ocasionados por la contingencia sanitaria, la cual provocó la suspensión de algunas actividades productivas en todo el país. Considerando que entre la poderosa estatal petrolera Pemex y CRE tienen casi el 11% del presupuesto general del estado federal para sus operaciones.

Con la actual política energética, muy poco abierta a ideas e inversiones privadas, expertos amigos me indican que no serán suficientes para que México pueda cumplir con las metas de energía limpia establecidas en la ley para el período comprendido entre 2025 y 2030.

En las últimas semanas México experimenta “apagones” o “cortes de servicio” debido a la alta demanda (para acondicionar el aire, entre otros) por la temporada primavera/verano y las elevadas temperaturas.

El Estado a través de su Comisión Federal de Electricidad (CFE) debe continuar invirtiendo y buscando aliados estratégicos en el sector privado para mejorar, modernizar, ampliar y poner en vanguardia el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) para evitar fallas en el suministro.

Naturalmente, al haber apagones hay un perjuicio a la cadena productiva nacional (centros de comercio, industrias, manufacturas, empresas, oficinas, hogares, etc); con la consiguiente pérdida económica.

Seguramente no hay cumplimiento de la normativa código de red 2.0, que establece los criterios de eficiencia, calidad, confiabilidad, continuidad, seguridad y sustentabilidad en el suministro eléctrico.

Me adscribo a las recomendaciones en materia de energía emitidas por la poderosa Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex patronal que aglutina empresarios de todos los sectores que buscan representación en el ámbito laboral y social; conformada por una red de 68 centros empresariales, 14 federaciones, 3 representaciones y 14 delegaciones en todos los estados de la República. Además, 19 comisiones de trabajo nacionales se dedican al estudio y generación de propuestas en las temáticas más importantes de la economía y la sociedad).

Coparmex, dijo, anticipadamente hace tiempo, que el gobierno mexicano debe: a) promover inversiones privadas y estatales en infraestructura de distribución y transmisión; b) ser menos burocráticos al ingreso de nuevas centrales eléctricas (privadas); c) que exista libre competencia y transparencia en el sector eléctrico para que las inversiones que realiza el estado (la CFE) se complementen con las del sector privado; d) se fomente sin ningún tipo de trabas la inversión en oferta de energía limpia.

Ese resumen de recomendaciones realizadas públicamente al Estado es la base medular para que México modernice su sistema eléctrico.

Con relación al mix energético mexicano, la participación del petróleo disminuyó y se dio paso, aún no con la fuerza que requiere, de implementación de políticas para diversificar la matriz energética.

Siendo así, el petróleo tenía 14% de la generación eléctrica; gas natural: 61%; carbón: 5%; Energía hidroeléctrica: 5% y renovables (solar, eólica, geotérmica y biomasa): 15% de la generación. (Datos a 2020).

El consumo eléctrico en el sector industrial varía según el tipo de industria y su tamaño: (a 2020), el sector industrial fue responsable de alrededor del 63% del consumo (ver  https://www.gob.mx/sener.)

Hay iniciativas conjuntas eléctricas entre los tres países norteamericanos: Canadá, Estados Unidos y México, que podrían sumar más de 50.000 millones de dólares para proyectos de renovables. Habría que auditar si México está haciendo el seguimiento de tales compromisos de inversión.

Adicionalmente queda en mesa hacer seguimiento al T-MEC en energía. Sin descuidar el estado de las finanzas, de tecnología, proyectos y operaciones de las unidades de generación, de transmisión y de distribución del sistema eléctrico mexicano.

Ardua tarea espera a quienes vayan a reorganizar el sector a modernizarlo y sumergirlo al mundo global de las inversiones privadas en energía.

Evolución de generación y las metas de energía limpia

@BorisSGomezU


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!