¿Quiénes lo son? Es un debate actualizado en nuestra sociedad, como consecuencia natural de las inmensas dificultades por las cuales atraviesa nuestra comunidad, realidad que ha impuesto novedosas manifestaciones de lucha y de resistencia frente al atropello y sistemático despojo, a la cual ha sido sometida por la camarilla gobernante, estafa instrumentada por operadores políticos, tanto civiles como militares convocados por y para el reparto de nuestro abundante patrimonio.
Comenzaré por insistir en la necesidad que tenemos de identificar claramente el concepto de la legalidad y el de la legitimidad, porque no existe otra manera de identificar y calificar los resultados de lo prometido a la población venezolana, que es el único y exclusivo juez de nuestros deberes y realizaciones como conductores de los intereses de la República y de sus ciudadanos.
Y el balance que muestran los hechos desarrollados por las políticas del Estado durante los años del gobierno de Nicolás Maduro, sumado a las opiniones de nuestros compatriotas por la efectividad de su desempeño descalifican rotundamente su pretendida labor al servicio de la nación, es falso que su actividad nos conduzca al progreso del país y al rescate del bienestar de nuestros pobladores, ha sucedido abrumadoramente todo lo contrario, empobrecimiento y represión son los dividendos del régimen.
La gran pregunta es, entonces: ¿para quién o quiénes han administrado nuestros patrimonios: minero, petrolero, manufacturero, agrícola o ganadero, Nicolás y sus operadores? Quebrar Pdvsa solo les ha servido a los nuevos socios del negocio privatizado, en el cual veremos en un futuro a más de un bolichico, de la misma forma que deben estar ya presentes en el próspero negocio del oro.
De igual manera, desordenar el sistema sanitario y expulsar de Venezuela a su calificado ejército de profesionales de la salud solo le ha servido a los necesitados proyectos sanitarios de nuestros vecinos, comenzando por los cubanos y sus negocios en la materia de servicios de salud, de los cuales sobran los ejemplos de las apropiaciones indebidas y asociadas de una buena cantidad de funcionarios nacionales.
Es poco usual encontrarse con una legión de mercenarios en la dirección de un Estado, que hasta hace algunos años se jactaba de su condición de soberano, asimilar mediante la comprensión un retroceso histórico y político de tal naturaleza no es fácil, pero resulta muy obvio apreciar que la actual dirección del otrora Estado Nacional Venezolano está dedicada con elevada efectividad a los negocios, están recibiendo una generosa mesada por sus servicios de entretenimiento.
En el Diccionario Enciclopédico Larousse 2008 se define como mercenario a todo aquel que realiza trabajos solo por dinero; porque no solo se trata de la utilización crematística de las armas, el concepto es mucho más amplio Vladimir, cualquier servicio humano a cambio de unos reales, y hasta el presente si son dólares mucho mejor.
Es muy, pero muy difícil ignorar que un equipo humano que ha estado atrincherado en las estructuras de poder, particularmente las armas y el dinero, y no ha hecho otra cosa que enriquecerse, pueda ignorarse su calificación entre otras de mercenario.