El dólar se desploma frente al peso chileno tras los resultados electorales-de cambio
Foto: Archivo

Así será el susto que le tiene el gobierno chavista al alza del dólar, que no lo deja “suelto”. Siguen interviniendo desde el Banco Central de Venezuela para que no suba, para mantener a los venezolanos con la sensación de que todo está controlado. Pero ¿hasta cuándo lo podrán hacer?

Aunque las medidas que tomaron con el convenio cambiario de diciembre de 2018, que todavía está vigente, establece la posibilidad de que se fije la tasa de cambio a partir del promedio de operaciones de compra venta y el promedio que se alcance en las mesas de cambio, la realidad es otra. El BCV ya tiene tiempo inyectando dinero a la economía para mantener artificialmente el precio del dólar en 4,5. La diferencia con las transacciones paralelas es poca.

Hay economistas que consideran que si el ente dejara de intervenir, el cambio llegaría a 10 bolívares por dólar, y todo el mundo puede imaginarse las consecuencias de semejante precio. Pero la pregunta que hay que hacerles a los especialistas es cuánto creen ellos que el gobierno chavista puede aguantar interviniendo el mercado de divisas.

Aunque tomando en cuenta que ya queda poco para que finalice el 2021, lo más probable es que estén guardando el trancazo para principios de enero, cuando la gente todavía está como anestesiada por las celebraciones del Año Nuevo, las empresas y los comercios están de vacaciones colectivas y todo está a media máquina.

Como a ellos les gusta hacer las cosas, entre gallos y medianoche, para que nadie se entere y no haya tiempo de protestar. Porque lo que ocurre con el tema cambiario es completa responsabilidad de la ineptitud de los gobernantes chavistas, que no han entendido que mantener un cambio paralelo y uno artificial oficial no ayuda en nada a enderezar la economía del país.

Con todo lo que han intentado hacer, con la dolarización en la práctica de las transacciones de mercado, no han logrado ni lograrán bajar la inflación, que es el mal que carcome los bolsillos de los venezolanos. La economía del país anda a la deriva porque nunca han podido diseñar políticas coherentes para beneficiar a la población.

La banca sigue estando en la peor de sus posiciones, el crédito es prácticamente inexistente y los grandes inversores a veces prefieren recurrir al mercado paralelo porque es mucho más libre. Al final, al ciudadano nada le importa la macroeconomía sino lo que afecta directamente su bolsillo, pero dado el panorama, la cosa no va sino a empeorar.

 


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