Aunque en el centro comercial Cupido dé en el blanco, parece que no le está yendo tan bien en lo de llevar parejas al altar. Este año en Estados Unidos el gasto en regalos de San Valentín alcanzará un récord, pero los estadounidenses que se casan y tienen relaciones sexuales son cada vez menos, con el resultado de que nacen menos niños. Sin embargo, algunos datos hacen pensar que la puntería de Cupido va a mejorar en los próximos años. Si queremos sobrevivir como especie, hay que alentar al querubín regordete para que tenga éxito.

Es verdad que no faltan noticias preocupantes sobre las perspectivas de los jóvenes en todo el mundo. Una encuesta del Instituto Nacional de Población y Seguridad Social de Japón halló que 17,3% de los hombres y 14,6% de las mujeres entre los 18 y los 34 años de edad no tienen intención de dar el sí nunca; y muchas mujeres jóvenes directamente están abandonando las relaciones sexuales. En Estados Unidos, los miembros de la Generación Z dicen a los encuestadores que nunca ganarán dinero suficiente para comprar una casa, y 59% de los jóvenes en todo el mundo dicen que el sobrecalentamiento del planeta los preocupa mucho o muchísimo.

Aun así, un análisis cuidadoso de las tendencias de los estadounidenses actuales en lo referido al cortejo y el matrimonio da motivos para esperar que las cenas con velitas para dos no sean cosa del pasado. Organicemos nuestra reseña en torno de una sigla: ROMANCE:

Reafirmar el compromiso con el tradicional anillo de bodas cuesta mucho dinero: el precio promedio de un anillo ronda los 5.500 dólares. Pero la cifra está sesgada al alza por émulas de las Kardashian que se pasean con diamantes del tamaño de la pirámide de I. M. Pei en el Louvre. Un estudio fascinante reveló que las parejas que más gastan en el anillo de compromiso son las más propensas a divorciarse. Felizmente, la mediana de precios de los anillos viene en caída, tal vez porque los diamantes de laboratorio centellean tan bien como sus homólogos naturales por una fracción del costo. Además, muchas parejas se abstienen de comprar un anillo nuevo y prefieren usar reliquias familiares (como las joyas art déco de tiempos de maricastaña de la bisabuela).

Aunque las citas Online están llenas de riesgos y engaños, abren la puerta a un mundo de oportunidades para los más de la mitad de miembros de la Generación Z y millennials que usan estas aplicaciones todos los días. En los «viejos tiempos» del «país de antes» (dondequiera que eso fuera), la gente de la aldea apelaba al casamentero y al matrimonio concertado (algunos todavía lo hacen). Incluso en los años cincuenta, las posibilidades de casarse con alguien de otro pueblo solían depender de alguna residencia universitaria o vacación en el extranjero (opciones que sólo estaban al alcance de los privilegiados). Hoy, encontrar pareja en Internet cuesta relativamente poco, y «compradores» cuidadosos pueden filtrar por apariencia, nivel educativo y pasatiempos, en vez de esperar a que la compañera de mus de la tía Silvia haga las presentaciones.

El Matrimonio ya no es común como en otros tiempos, y la edad de los recién casados primerizos es cada vez mayor. El personaje central de la comedia de 2005 protagonizada por Steve Carell Virgen a los cuarenta era una rareza risible, pero hoy su problema no parecería tan inusual. En 2021, 25% de las personas de 40 no se había casado nunca, mientras que en 1960 el porcentaje era 7%. Pero postergar el matrimonio puede ser una decisión lógica en vista de la mayor expectativa de vida: en 1960, para el varón estadounidense promedio de cuarenta era 73 años, mientras que hoy alguien de la misma edad puede llegar a los 85. Así que quienes postergan el matrimonio todavía pueden tener muchos años de dicha o disputas conyugales.

Lo caro del Alojamiento. La agencia inmobiliaria Zillow informa que al estadounidense típico le lleva casi doce años ahorrar lo suficiente para pagar el anticipo por su primera casa. ¿Y así dónde va a vivir una pareja (no tan) joven? El furor por el trabajo remoto durante la pandemia de COVID-19 llevó a que muchos residentes urbanos salieran a comprar viviendas en la periferia y a que los dueños subieran los alquileres. El alza de la inflación encareció las hipotecas. Pero este año hay motivos de esperanza, ya que está previsto que se inaugure una cantidad de edificios multifamiliares equivalente a más de 700.000 apartamentos nuevos. Además, en los últimos tiempos varias jurisdicciones en Estados Unidos aprobaron leyes que permiten a los propietarios construir unidades de vivienda adicionales en sus terrenos.

Los casos de Nulidad matrimonial y divorcio son cada vez menos; esto hace pensar que las parejas que sí se casan se gustan más. De hecho, la tasa de divorcio está en retroceso desde 1980, y hace poco alcanzó un mínimo en medio siglo. Por supuesto, no es garantía de felicidad. El gran comediante Jack Benny decía que en cincuenta años de matrimonio, él y su esposa Mary jamás pensaron en el divorcio. «En el asesinato sí, pero en el divorcio jamás».

Hoy se admite más creatividad en la Ceremonia. Los recién casados estadounidenses gastan como 30.000 dólares en alimentar y agasajar a sus invitados de boda. No extraña que 73% de las parejas jóvenes piense que casarse es demasiado caro (algo con lo que sus padres tal vez coincidan). Aunque sin llegar a extremos, muchas parejas están en busca de celebraciones más austeras en el jardín de casa.

Eros (el equivalente griego de Cupido) está perplejo por la conducta de los jóvenes de hoy. En comparación con la generación de sus padres, beben menos alcohol, se acuestan más temprano y es más común que no duerman acompañados. La proporción de personas de entre 18 y 35 años que informan no haber tenido relaciones sexuales en el año anterior se duplicó respecto de 1990. ¿Es esta tendencia resultado de una mayor religiosidad, miedo a enfermedades o mero deseo de quedarse en casa jugando videojuegos? Como sea, cuando estos solteros asexuados por fin encuentren la horma de su zapato, ahí van a volar mucho más que chispas.

Hace casi cien años, Cole Porter escribió la canción «Let’s Do It (Let’s Fall in Love)» («Hagámoslo, enamorémosnos»), en la que observa que «lo hacen las aves, lo hacen las abejas, y hasta las pulgas amaestradas». Aunque los jóvenes de hoy vengan un poco demorados en el tema, seguramente ya se pondrán al día.

Traducción: Esteban Flamini

Todd G. Buchholz, ex director de política económica de la Casa Blanca durante la presidencia de George Bush (padre) y director gerente del fondo de inversión Tiger, recibió el Premio Allyn Young a la Docencia del Departamento de Economía de Harvard y es autor de New Ideas from Dead Economists (Plume, 2021), The Price of Prosperity (Harper, 2016) y coautor del musical Glory Ride.

Copyright: Project Syndicate, 2024.

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