“Estamos reunidos hoy aquí en este cementerio de Esterwegen , no para llorar, sino para expresar pensamientos libres en público … En memoria de nuestros hermanos, los derechos humanos nunca deben olvidarse”.

Wim Rutten

Tengo que reconocer que mucha gente desconoce que la masonería ha sido perseguida de forma sistemática por regímenes totalitarios, incluso por la Iglesia Católica. Una persecución que no se ha limitado al rechazo público o la expulsión de masones, sino que ha llegado a constituirse en crímenes sistemáticos. Quizás el período histórico de mayor arremetida que se conoce contra masones fue durante la Segunda Guerra Mundial, se habla de cifras de entre 80.000 y 200.000 masones asesinados por la ocupación de los nazis y sus aliados.

La idea de este artículo es destacar la importancia de que los propios masones conozcan cuál es su pasado, para que eviten repetirse en el futuro las angustias y las pérdidas de vidas.

Algunas personas se hacen iniciar en la masonería pensando que es un club social, lo cierto es que tenemos una herencia inevitable de gente que odia y persigue masones, basados en mentiras, supersticiones y fanatismos.

En el siglo XIX, los antisemitas dispersaron la idea que los masones servían a los intereses judíos, de allí surge la ida de conspiración judeo masónica tan usada por los nazis.

El portal de enciclopedia Holocausto cita que los antisemitas argumentaban “que la creencia masónica percibida en la igualdad racial y el progreso humano era una herramienta para servir a los intereses judíos, incluido el establecimiento de la emancipación judía”.

El portal indica que “entre los defensores más vociferantes de esta tesis se encontraban los conservadores de la Iglesia Católica romana y miembros de las aristocracias de Europa occidental y central”.

La monarquía francesa hizo responsable a los masones por instaurar la Tercera República, y otorgar a los judíos los mismos derechos que todos tenían, también por hacer a los aristócratas iguales ante la ley y por separar a la Iglesia Católica del Estado. Estos han sido los pecados que han cometido los masones y por los que se les ha calumniado, perseguido y asesinado; pero lo cierto fue que lo que hicieron los masones fue precisamente traer democracia, justicia, igualdad y libertad.

Pero el Vaticano pensaba diferente, separar el Estado de la iglesia era un pecado que tenían que pagar los masones. Fue en la figura de el papa León XIII que se calificó a la masonería de enemiga de la “religión y la sociedad”: en su encíclica Humanum Genus de 1884, León afirmó que los masones querían reemplazar un Reino de Dios en la tierra por un reino de Satanás bajo el control de los masones.

Deseo enfatizar que la masonería ha sido tradicionalmente enemiga del Estado totalitario cualquiera sea su forma. Naturalmente los sistemas se reinventan, aprenden de los errores, es el caso de los totalitarismos modernos de Nicolás Maduro en Venezuela o Díaz-Canel en Cuba, ellos no harán persecuciones masivas al estilo nazi, ni propaganda abierta para ridiculizar a los masones, aunque Maduro sí los hizo al punto de que hay evidencias de persecución, ejecución extrajudicial y desaparición forzada de masones.

En términos generales, estos totalitarismos modernos, colocan piezas claves en los consejos directivos de las Grandes Logias y Logias, impregnan de agentes de inteligencia a los talleres de las logias, con estas acciones neutralizan la masonería, controlando el aparato, creando una versión de su masonería, que en la práctica termina convirtiéndose en un aparato más del totalitarismo.

Recomiendo sospechar de una Gran Logia que calle ante las injusticias que se cometen contra ciudadanos de su país o que se someta a las leyes de una tiranía, pues es una organización afín al sistema.

Así que tradicionalmente la masonería se ha enfrentado abiertamente a los totalitarismos. Antes de abordar la guerra de exterminio del nazismo contra los masones, voy a compartirles lo que opinaban algunas organizaciones y sus protagonistas en los albores del siglo XX vinculadas con las ideas extremistas totalitarias empezando con los comunistas.

Congresos de la Internacional Comunista 1919-1923: “El Congreso encarga al Comité Directivo del Partido Comunista Francés que liquide antes del 1 de enero de 1923 todos los vínculos del Partido, en la persona de algunos de sus miembros y grupos, con la Masonería. Cualquiera que, antes del 1 de enero, no haya declarado abiertamente a su organización y hecho público por la prensa del Partido su ruptura total con la masonería es, por ese mismo hecho, automáticamente expulsado del Partido Comunista sin derecho a participar. cualquier momento. ¡El ocultamiento por cualquiera de su pertenencia a la Masonería se considerará penetración en el partido de un agente del enemigo y marcará al individuo en cuestión con una mancha de ignominia ante todo el proletariado!”.

Las discusiones sobre religión o política no están permitidas durante las reuniones de una logia masónica, sin embargo, a pesar de la falta de base política o religiosa en los francmasones, ellos han sido un factor de interés fundamental para entender los procesos políticos en el mundo, dada la relevancia del hecho que líderes de los principales cambios sociales han sido masones.

En la masonería se puede decir que el precio de la fama ha sido muy alto, se habla de cientos de miles de masones que han sido asesinados a lo largo de la historia por defender sus ideas. Una reciente investigación arroja luces acerca de la cantidad de masones asesinados durante la Segunda Guerra Mundial, se habla de cifras cercanas a las 200.000 pérdidas humanas, lamentablemente no hay un dato exacto de víctimas debido al decreto Nachtund Nebel formulado por Hitler en diciembre de 1941, quien dijera sobre «El efecto de disuasión de estas medidas»… que radicaba en que: a) permite la desaparición de los acusados sin dejar rastro y b) que ninguna información puede ser difundida acerca de su paradero o destino». “Una intimidación efectiva y duradera solo se logra por penas de muerte o por medidas que mantengan a los familiares y a la población en la incertidumbre sobre la suerte del reo” y «por la misma razón, la entrega del cuerpo para su entierro en su lugar de origen no es aconsejable, porque el lugar del entierro podrá ser utilizado para manifestaciones… A través de la diseminación de tal terror toda disposición de resistencia entre el pueblo será eliminada».

Los nazis fueron los primeros en instalar el modelo de desaparición forzada moderno que ha caracterizado a la mayoría de las dictaduras, incluyendo la de Nicolás Maduro, que lo ha convertido en uno de los principales regímenes en usarlo.

Con la instauración del Nachtund Nebel en los regímenes totalitarios, las amenazas precedían a la cacería, era poco lo que podían hacer los masones para protegerse.

Mussolini y los masones

En un principio, muchos masones se unieron al partido de Mussolini. Al igual que todo movimiento populista, daba cabida a todos por igual con la intención de ser ayudados a llegar al poder, para luego filtrar su propia lista de indeseables y depurar el partido ya una vez en el gobierno, con un gobierno totalitario la depuración podía significar desde la cárcel o el exilio hasta la muerte.

En el ensayo de Savarino, Franco masonería y fascismo en Italia: una relación ambigua, se destaca la afiliación al fascismo de un numeroso grupo de masones, que tratando de evitar lo inevitable, en este caso su persecución, se inscribieron en el movimiento de Mussolini, como lo hicieron cientos de miles de italianos.

Masones famosos con Mussolini fueron el periodista anticlerical “Guido Podrecca, director de L’Asino, Giacomo Acerbo, Cesare Rossi (jefe de prensa del Partido Fascista), Italo Balbo (jefe fascista de Ferrara), Michele Bianchi, Cesare Maria de Vecchio Emilio De Bono, Dino Grandi (jefe fascista de Bologna), Nicola Sansanelli (jefe fascista de Nápoles), Aldo Finzi, Giuseppe Caradon y Roberto Farinacci (jefe fascista de Cremona)”.

Documenta Savarino en su ensayo que ante la entrada masiva de Mussolini, y en oposición al “entusiasmo profacista de algunos de sus hermanos masones”, el Gran Maestre Domizio Torrigiani intentó sembrar conciencia sobre la amenaza que representaba el fascismo para la masonería: “La media burguesía idealista que inspira y predomina en los Fasci, no puede buscar la fundación de oligarquías o menoscabar la libertad. Una cosa es la crítica contra la democracia parlamentaria y contra los partidos agotados, otra es la negación de la realidad, que hoy es claramente democrática en los movimientos de las masas. Nuestra democracia consiste en la fidelidad a nuestro trinomio. Si se aplastara la libertad o se afectara a cada una de las libertades, todas ellas esenciales, o si se impusiera una dictadura, una oligarquía, todos los Libres Albañiles saben bien cuál sería su deber: saben que estas son cosas sagradas por las cuales se puede vivir y se puede morir. Pero nosotros no creemos a estas amenazas. Una nueva fuerza entra a participar en la vida de la nación”.

Su predicción fue cumplida, los masones fueron obligados a renunciar a sus obediencias, elegir entre formar parte del partido fascista o ser masón, muchos eligieron abandonar la masonería.

Según muchos historiadores, Mussolini no puede ser comparado con Franco en términos de persecución masiva de masones, sin embargo, sus escuadras fascistas saquearon los templos. El gobierno de Mussolini obligó a cerrar las logias, algunas personalidades masónicas fueron enviadas a prisión, es el caso del propio Maestre DomizioTorrigiani, quien fue deportado a la isla de Lípari, junto con su secretario. Según documentan, el transporte se hacía en ferrocarril con las manos esposadas o con cadenas en los pies.

Muchos masones salieron al exilio, huyendo de país en país durante las ocupaciones que hacían los nazis, que en su caso sí llegaron a asesinar en masa y sumariamente a los masones por considerarlos parte de su falsa creencia de“conspiración judeo-masónica”.

Mussolini decía sobre sobre los masones, una vez alcanzó el poder: “El fenómeno subterráneo tenía proporciones tan imponentes, que en el congreso de Ancona se decidió poner a la orden del día la cuestión de la masonería […] y el Partido Socialista proclamó casi por unanimidad la incompatibilidad entre masonería y Partido. […Después de la guerra y] durante estos meses de gobierno comprobé que la masonería tiene distribuidos sus hombres en los que llamo los centros nerviosos de la vida italiana. Es increíble que funcionarios de altísimo grado frecuenten las logias, informen las logias y reciban órdenes de las logias. No hay duda de que las instituciones más celosas del Estado, las que administran la justicia, las que educan las nuevas generaciones y las que representan las Fuerzas Armadas […] han padecido y padecen, con vicisitudes alternas, la influencia de la masonería. Esto es inadmisible, tiene que terminar” (SUSMEL, 1956, p.309-311)

El partido fascista en el poder se alió con la Iglesia Católica, archienemiga histórica de los masones en Italia. Dice Savarino en su ensayo: “El recién estrenado gobierno fascista inicia con una ráfaga de decretos e iniciativas proclericales, como la introducción de la enseñanza religiosa en las escuelas de Estado, la exposición del crucifijo en los edificios públicos, la reconstrucción de iglesias afectadas por la guerra y el salvamento del Banco de Roma, ligado al Vaticano. El 13 de febrero de 1923, en su 5ª Reunión, el Gran Consejo del Fascismo aprueba una orden del día que prohíbe a los fascistas la inscripción a las Logias masónicas (…) Al final, todos los miembros del Consejo votan a favor, menos los masones Balbo, Rossi, Acerbo y Dudan, por razones de conciencia y lealtad a las logias (…) La Iglesia y las fuerzas católicas antimasónicas podían darse por satisfechas. Un viejo enemigo había sido eliminado e Italia, en palabras del padre jesuita Enrico Rosa, “se había vuelto más cristiana y libre del yugo masónico”.

 

La Alemania nazi y el holocausto desconocido

Los nazis fueron particularmente incisivos y destructivos al punto que investigadores de un recién descubierto archivo histórico de la masonería en Europa, almacenado por los nazis en su purga antimasónica de la guerra en Polonia, están sorprendidos por la cantidad de información no documentada acerca del rol de los masones durante su cautiverio en los campos de concentración nazi.

Dijo a la AFP Andrzej Karpowicz, jefa de investigadores de los archivos, que “los nazis odiaban a los masones”, debido a que la ideología nazi, era intrínsecamente “antimasónica” debido a sus tendencias “antiintelectuales y antiélites”.

Expertos estiman que aproximadamente 200.000 masones pudieron haber sido exterminados por el régimen nazi en Alemania y los territorios ocupados de una población de 800.000 masones, los estudiosos lo están denominando holocausto desconocido.

La historia versa sobre masones que eran enviados a los campos de concentración marcados con un triángulo invertido rojo, el mismo que usaban los prisioneros políticos, similar a los comunistas y los socialdemócratas. En el caso de los judíos, estos usaban el triángulo invertido de color amarillo.

Al no poder usar sus propios símbolos, la escuadra y el compás, los masones se ingeniaron un nuevo modo de reconocimiento usando una flor de no me olvides en el triángulo rojo.

Mantuvieron activas sus logias dentro de los campos de concentración, la Logia Liberté Chérie (Cherished Liberty Lodge) fue una de las muchas creadas dentro de los campos de concentración. Fundada el 15 de noviembre de 1943, se formó dentro de la Cabaña 6 de Emslandlager VII. Sus fundadores fueron siete masones búlgaros y combatientes de la resistencia. Paul Hanson fue elegido maestro de la logia y el hermano Fernand Erauw fue iniciado por la logia.

Los siete masones originales de Loge Liberté Chérie fueron: Paul Hanson, Luc Somerhausen, Jean De Schrijver, Jean Sugg, Henri Story, Amédée Miclotte, Franz Rochat, Guy Hannecart.

Los masones celebraban sus tenidas o reuniones dentro de la cabaña, hacían ver que estaban trabajando y eran ayudados por un sacerdote católico que hacía las veces de guarda templo exterior. Él simplemente estaba parado afuera. Se sabe que la mayoría de los miembros de la logia murieron antes de ser liberados por los aliados, solo dos sobrevivieron.

Entre los temas abordados en reunión estaban las honras al Gran Arquitecto del Universo, el «futuro de Bélgica» y «la posición de la mujer en la masonería», entre muchos otros.

Solo Somerhausen y Erauw sobrevivieron al encierro. Un monumento, creado por el arquitecto Jean de Salle, fue levantado por masones belgas y alemanes el 13 de noviembre de 2004 en el cementerio de Esterwegen.

El gran maestro de la Federación Belga de Le Droit Humain, Wim Rutten, dijo durante su discurso:

“Estamos reunidos hoy aquí en este cementerio de Esterwegen, no para llorar, sino para expresar pensamientos libres en público. En memoria de nuestros hermanos, los derechos humanos nunca deben olvidarse”.

El odio a los masones llevó a los nazis a imprimir publicaciones que contenían artículos y caricaturas que hablaban de una “conspiración judío-masónica” para dominar el mundo. Los carteles citaban fanfarronamente “¡Todos los judíos masones! – ¡Todos los judíos masones!” Para explotar el alarmismo de su programa propagandístico, la mentira del nazi se extendió por todos los territorios ocupados.

Fue tanto el odio a los masones que los nazis crearon una división especial de las SS para vigilarlos y perseguirlos. Se trataba de la una sección especial del Servicio de Seguridad de las SS, la Sección II/III.

Fue durante los años de saqueos de las logias que los nazis celebraron exposiciones antimasónicas, la primera de ellas se creó en 1937 en Alemania, las siguientes en París en 1940 y Bruselas y Belgrado siguieron en 1941. Ellos usaron los artículos confiscados para crear exposiciones antimasónicas en varias ciudades de Europa.  Las exhibiciones tenían por objeto infundir miedo, odio y ridiculización hacia los masones. “Se crearon exhibiciones para mostrar cómo se verían las habitaciones en una logia masónica, pero los nazis agregarían o cambiarían las habitaciones para que se adaptaran a su propaganda”.

La Francia colaboracionista entregaba masones a Franco

En la Francia ocupada, el mariscal Pétain “consideraba la masonería como un Estado dentro del Estado, una red internacional en comunicación con las logias masónicas alemanas”. Ordenó el cierre de todas las logias en Francia y entregó sus archivos a los nazis para perseguir a los masones franceses, también hizo lo propio con Franco, a quien entregó información de los archivos franceses sobre masones españoles.

Se promulgaron leyes antimasónicas que permanecieron en vigor durante casi tres años. La identidad de los masones de alto rango se publicó en el Journal Officiel, y el contenido de sus archivos se publicó bajo el título Documents Maçonniques.

El gobierno de Vichy se valió de la ayuda de algunos masones, que vendieron a los suyos para salvarse, uno muy conocido fue Jean Mamy, que llegó a dirigir una película antimasónica, Fuerzas ocultas. El guion fue escrito por Jean Marquès-Rivière, otro masón de la Gran Logia de Francia. La película se estrenó el 9 de marzo de 1943 en las pantallas parisinas. La obra se basaba en la típica propaganda nazi sobre la  “masonería judía”. Según el guion  los masones conspiran contra el Estado, la Iglesia y sirven a la «plutocracia republicana».

Con la entrega de los archivos de masones a Franco, los masones españoles fueron literalmente cazados por los franquistas apoyados por la inteligencia de la Gestapo.

La España de Franco y el exilio forzado de masones

Franco: “La masonería es un enemigo que no se rinde jamás”.

En España el destino de los masones quedó sellado con la llegada de Franco, muchos masones fueron brutalmente asesinados. El odio desenfrenado llevó a la mayoría de los masones a la clandestinidad, solo se reunían en secreto o salieron al exilio, muchos encontraron refugio en Inglaterra.

Franco hizo que las logias fueran prácticamente exterminadas en toda España, su policía los cazaba y asesinaban, uno de los casos más conocidos fue el crimen contra el poeta Federico García Lorca, a quien fusilaron el 18 de agosto de 1936 bajo la acusación de ser socialista, homosexual y masón.

En un reportaje al diario español eldiario.es, el historiador Vicent Sampedro dijo sobre el intento de proteger los archivos de los miembros de la masonería que “la abundante documentación emanada de los organismos masónicos valencianos fue en parte destruida durante las semanas previas al final de la guerra, en un intento desesperado de eliminar las pruebas que involucraban a los miembros de la orden, para evitar las seguras represalias por parte del bando triunfador”. De acuerdo con el historiador, una parte importante de los datos fue enviada al Gran Oriente de Francia, pero cuando los franceses perdieron la guerra, la ocupación nazi se encargó de decomisar los archivos de los masones, de ese modo, los masones franceses fueron cazados por los alemanes y los franceses colaboracionistas, en el caso de los masones españoles, lo dejaron en manos de Franco.

En España, Franco creó un Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y del Comunismo (TERMC) que procesó entre 1940 y 1964, más de 64.000 expedientes que afectó a más de 5.000 masones de forma directa.

Masones republicanos fueron asesinados sumariamente. Cita el historiador durante la entrevista que el diputado republicano Marco Miranda expuso su condición de masón durante una sesión en el parlamento: “Soy masón y lo tengo por singular fortuna, pues en los principios masónicos hallan cabal satisfacción mis más puros sentimientos”. Tras consumarse el golpe de Estado de Franco, fue capturado y juzgado por el TERMC a 30 años de trabajos forzados.

Franco, al igual que los nazis, hacía exposiciones públicas de objetos de la logia masónica, en las que exhibían su versión con el objetivo de ridiculizar y sembrar odio contra los masones.

Lo cierto es que la masonería fue prácticamente arrasada durante la Segunda Guerra Mundial, es el caso de Alemania, que contaba con la Segunda Gran Logia más numerosa de Europa con más de 70.000 masones. La destrucción de sus templos fue acompañada de la confiscación de los archivos y posterior ubicación, fichaje y arresto de masones para su posterior encarcelamiento en un campo de concentración o ejecución sumaria en el acto. El intento de exterminio de los masones nunca prosperó debido al inquebrantable espíritu de lucha de la hermandad.

Los masones que desembarcaron en Normandía y derrotaron a Hitler

Suena exagerado decir que fueron los masones quienes derrotaron a Hitler, pero algo de cierto hay, pues tanto Sir Winston Churchill como el presidente Franklin D. Roosevelt y el presidente Harry S. Truman eran masones.

Durante el apogeo de la Segunda Guerra Mundial, el presidente Truman hizo una aparición especial en los noticieros que se mostraban en los cines de todo Estados Unidos haciendo un anuncio donde mencionaba la presencia de masones en la guerra: “En este mismo momento, en las trincheras y a bordo de los barcos, bajo el mar y en el aire, innumerables manos se están estrechando en fraterno reconocimiento mutuo en la oscuridad, así como a la luz del día. E innumerables padres, deseando con valentía la velocidad de Dios a sus hijos que se van, están diciendo ‘Muchacho, cuando llegue tu hora de oscuridad y soledad, encuentra un francmasón y dile que eres hijo de un francmasón, y encontrarás un amigo”.

El general Douglas MacArthur dijo una vez: “La masonería abraza las más altas leyes morales y soportará la prueba de cualquier sistema de ética o filosofía jamás promulgado para la elevación del hombre”.

Muchos de los masones que tuvieron registros militares sobresalientes fueron, para enumerar solo algunos: el general Omar Bradley, el almirante Arleigh A. Burke, el almirante Richard Byrd, el general Mark Wayne Clark, el general Jimmy Doolittle, el general George V. Marshall, el general Douglas MacArthur, Audie Murphy, el soldado más condecorado en la Segunda Guerra Mundial, Eddie Rickenbacker.

Durante el tiempo de la guerra, los jóvenes ansiaban unirse tanto al ejército como a la orden francmasónica, porque sabían que si los mataban, habría asistencia para sus viudas e hijos.

El presidente Harry S. Truman dijo que “en cualquier lugar del mundo en el que estuvieran, incluso en un país hostil, encontrarían amigos y hermanos”. Eso sigue siendo cierto.

Hoy el mundo libre le debe a estos líderes masones haberlos liberado del yugo del totalitarismo nazi, pero la lucha de los masones sigue intacta, activa en contra de las tiranías.

Cuando se pensaba que la caída del muro de Berlín representaba el comienzo de una era de libertad, lo cierto es que el mundo se puso más peligroso. El advenimiento de las nuevas dictaduras, los regímenes totalitarios como el ruso, el chino, el cubano y el venezolano son un desafío para el sostenimiento de las libertades y una amenaza directa para la masonería.

Hoy siguen vigentes las palabras del Gran Maestre  de Italia Domizio acerca del compromiso de los masones con la libertad, que en su tiempo retumbaron en todas las logias de Europa.

Se trata de lo que esencialmente tanto estudian en logia los masones, que es por lo que les temen los dictadores y todas aquellas formas retrógradas de poder; se trata de su sistema moral, que gira en torno a ideas fundamentales que todos conocemos, que básicamente voy a mencionar porque se ha colado en las mayorías de las constituciones republicanas modernas.

Si usted pregunta qué es la masonería, en mi humilde opinión podría decir que es sobre todo el principio de defender la libertad de conciencia, luchar contra las tiranías en todas sus manifestaciones, dominar las pasiones, hacer de este mundo un lugar de paz entre las naciones; de amor y tolerancia entre los ciudadanos, de igualdad de oportunidades, de respeto a la democracia, de eso se trata la luz de la masonería.

Por esa razón, siempre hubo entre los opresores del mundo como punto en común reconocer a la masonería como su enemiga, observen que hay un patrón común de odio y persecución a lo largo de la historia; se trataba de las monarquías conservadoras en el siglo XVIII y XIX, las dictaduras y tiranías enmarcadas en el eje nazi, los Estados totalitarios comunistas en el bloque soviético, las dictaduras de derecha en Latinoamérica, los Estados gobernados por partidos de ultraderecha en Europa y América y finalmente las tiranías de izquierda en Latinoamérica con Maduro y Díaz-Canel como timoneles de esta nueva inquisición.

Reitero que en Venezuela, la orden masónica ha sido perseguida e infiltrada por Maduro, se han hecho denuncias formales ante organismos como la  Misión de la ONU y la Corte Penal Internacional para que conozca de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzosas, arrestos, torturas y violaciones contra masones.

Nos leemos en el próximo capítulo de un ciclo de cuatro artículos sobre la masonería en El Nacional.

@estebanoria

 


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