Ya otras veces me he referido en esta columna a esa insistencia neuronal, o ceguera voluntaria, de algunos intelectuales de izquierda; a esa especie de disonancia cognitiva que muestran cuando se niegan a reconocer las desgracias que han traído al mundo las ideas marxistas. La verdadera revolución para ellos nunca se ha hecho y siempre está por venir. De esa manera, su argumento se vuelve completamente infalsable y es muy difícil llevarles la contraria. Para convencernos de que eso es así y de que en el comunismo se vive mejor, existen compañías como Neurona Consulting, que, similar a como actúa la célula homóloga, se ha dedicado a procesar y transmitir información a través de las redes sociales y los medios de comunicación de habla hispana (mayormente audiovisuales) sobre las bondades del comunismo.

Según se ha conocido recientemente, la compañía de marras es una empresa mexicana dedicada al asesoramiento electoral, cuyos trapicheos con los gobiernos de izquierda suramericanos y con el partido Podemos de España están actualmente siendo investigados por las nuevas autoridades bolivianas. Hasta ahora se sabe que la ex ministra de Comunicación del gobierno de Evo Morales, Gisela López, otorgó discrecionalmente a esta empresa más de 12 millones de bolivianos (cerca de 1.700.000 dólares americanos) para asuntos relacionados con la  última campaña electoral de Evo Morales. Pero según algunos medios, Neurona ha venido trabajando para varias campañas electorales (con fondos procedentes de cuentas no muy diáfanas) desde 2014, no solo en Bolivia sino también en España, Ecuador, Nicaragua y Venezuela. Son tan graves los delitos en los que supuestamente ha incurrido esta empresa que ya han comenzado a aparecer por las redes imágenes de explícito contenido sexual de la actual presidente de Bolivia, con el fin de desprestigiarla y poner en entredicho las investigaciones que se desarrollan en el país andino sobre este asunto.

No es de extrañar que esta compañía sea la misma que haya creado el lema madurista “Juntos podemos más”, con claras reminiscencias al partido Podemos de España, utilizado también en su oportunidad por el Partido Comunista de Chile. Tampoco que sea la autora de ese otro “El capitalismo mata, el comunismo es vida”, con el cual el Partido Comunista Español, agrupación integrada en la formación llamada ahora Unidas Podemos, ha iniciado la semana pasada una campaña de concientización en las barriadas y zonas populares de Madrid.

Si este eslogan no hubiera sido rotulado y distribuido en forma de folletos y afiches diríamos que es una broma pesada de una mente disociada y desconectada con la realidad y el mundo. Pero la cosa parece que va en serio. Los comunistas españoles se han percatado de que las ideas marxistas y anticapitalistas han ido perdiendo arraigo en los trabajadores, quizás por ese lenguaje machacón y políticamente correcto que ha copado la escena, y quieren volver a colocar el acento en las desigualdades sociales, los salarios insuficientes y la precariedad laboral. Dicen que desean “poner énfasis en los espacios de socialización vital y laboral de la clase trabajadora, y hacer que sus vidas estén menos sometidas a esa cruel lógica del capital”. Todavía no se han enterado (o no pretenden enterarse) de que ninguna de las ideas de Marx son ya una alternativa para crear un mundo mejor, sino algo peor, mucho peor. Que si lo sabremos nosotros.

Como rezaba aquel lema del Mayo Francés, Dios ha muerto pero Marx también.

 


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