Síntesis del Programa para el Fortalecimiento Anímico del Método Sánchez de Autocontrol Glocal

El salto, Alirio Rodríguez,
  • Respirar hondamente agradecido, eso sí; sin necesidad de subir el pecho o los hombros porque se puede tensar innecesariamente, pudiendo generar un entrecruce de las cuerdas del cuello o de la espalda. Además, para qué más tensiones.
  • Escucharse, sentirse, hablar y proceder con uno mismo y con los demás desde la ternura, aunque se trate de un antagonista a quien quisiera mandar muy largo al cimborrio.
  • Escuchar periódicamente música de sus orígenes, así como aquellas melodías de cada momento memorable contenidas en su soundtrack No les tema a los temas viejos o a las canciones cursis. Se recomienda cantar y bailar a pierna suelta. Atención a las modas. No es imprescindible dejarse llevar por las corrientes.
  • Encender una vela, aunque no se celebre un cumpleaños y contemplar la llama.
  • Imaginar propósitos.
  • Mirar películas, videos y fotos viejas de la familia o de su entorno fraterno, así como estampas de su lugar de fundamento atendiendo a los detalles y a las emociones que esa observación le despierta.
  • Contemplar la mar o un río cristalino cada vez que pueda y recordarlo frecuentemente.
  • Hacer algún ejercicio físico, al menos estiramiento. La disciplina la decide cada quien, así como el entrenamiento que mejor le acomode. Se recomiendan las mañanas antes de que salga el sol para extasiarse con las luces y colores de la aurora. De no gustarle las mañanas, déjelo para el final del día cuando también podrá conocer de cerca al arrebol.
  • Desintoxicarse periódicamente de las redes sociales, la televisión, los videojuegos y corotos similares.
  • Admirarse con la flor que nace, sea porque la plantó usted o porque creció espontáneamente, así como con otras expresiones excepcionales propias de la naturaleza que le rodea.
  • Fijarse en las abejas, los pájaros, las mariposas, los murciélagos, los guácharos, los pegasos, los dragones y otros seres voladores.
  • Identificar a sus fantasmas y a sus sombras, así como a sus represores internos, póngales nombres propios y cuando súbitamente le aparezcan, míreles a los ojos, converse con ellos y, si le molestan, no dude en darles un trapazo como quien se espanta unas moscas.
  • Escribir o dibujar a mano lo que le venga en gana y de manera frecuente.
  • Dejarse llevar por las emociones, sobre todo cuando se está en soledad y permitirse que corran las expresiones.
  • Reunirse con conocidos y desconocidos e inventar favores, así como cosas que crea imposibles.
  • Manufacturar algo. Lo mejor que se le dé: cocinar, pintar, coser, bordar, reparar algún cachivache, levantar una pared o una escalera para subir, embellecer un jardín, hacer un muñeco, moldear una escultura, armar un cohete, preparar un milagro y hacer todo porque se cumpla.
  • Leer y releer tanto como pueda, desde la receta de un remedio hasta enciclopedias.
  • Aprender otros idiomas a partir de sus poetas y hasta llegar a hablar en lengua.
  • Enamorarse cada vez que sea posible, no importa si es en secreto o no le correspondan, no se ofusque por ello.
  • Hacer ejercicios de lentitud o de rapidez según sea su temperamento. No adelante ni atrase.
  • Viajar tanto como pueda, así sea a la esquina, como si se tratara de una visita a un lugar maravilloso, anhelado.
  • Mirar algo fijamente hasta alcanzar a moverlo sin tocarlo.
  • Confeccionar una máscara y probar su uso cada vez que lo desee.
  • Hacer un diccionario de palabras nuevas en su vocabulario particular.
  • Llamar a alguien de solo pensarlo.
  • Gritar cuando se amerite para decir, aunque sea: esta boca es mía y así saberse más vivo.
  • Agradecer y orar de manera fluida.
  • Caer dentro del profundo espacio interior y poder volver al espacio exterior, con toda soltura, de manera natural, espontánea y habitual.
  • Hacer algo que le guste de manera periódica hasta que vea cómo retoña y pueda probar los frutos de su hechura, sin echonería ni mucho menos con aspiraciones de mostrarlo esperando que le alaben.
  • Sentir, pensar, hacer y decir procurando perfeccionar cada vez mejor la ejecución de su instrumento para que siempre le resulte afinado.
  • Amarse, amar y volver a hacerlo.

NOTA

No tiene que hacer los 31 pasos seguidos, puede escoger alguno de ellos, o varios, o ninguno.

A fin de cuentas, se trata de una decisión muy personal.

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