Un día como hoy (5 de mayo) pero de hace ochenta años (1941) el emperador de Etiopía Haile Selassie entra a la capital Addis Ababa, después de la derrota de las tropas italianas que controlaban el país desde 1936. Es por ello que hoy en esta nación se celebra el día de la victoria patriota de la liberación. El Eje en África en la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la recuperación con la llegada del Afrika Korps del general Erwin Rommel (explicada en nuestra serie del 17 al 31 de marzo) en el desierto de Libia, se le hacía difícil mantener su presencia o ampliarla debido a que el abastecimiento de sus ejércitos dependían de los convoyes que atravesaban el Mediterráneo. Estos barcos mercantes debían pasar frente a una pequeña isla en manos del Imperio Británico: Malta. La misma será conocida como el “portaviones inhundible” y junto a la Royal Navy mantendrían un eficaz esfuerzo en dicha tarea. En el contexto del Frente Sur (Mediterráneo, los Balcanes y África) que hemos venido analizando desde principios de este año haremos una breve explicación de su papel en el año 1941.

La isla de Malta fue el lugar más bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial en el llamado “sitio” que sufrió por las fuerzas del Eje desde junio de 1940 hasta noviembre de 1942. Parece increíble al pensar en ciudades como Londres o Berlín que fueron bombardeadas durante todo el conflicto, pero es porque el área es extremadamente pequeña (27 x 14 kms) donde el Gran Puerto solo posee 6 kms. Su población para 1940 era de tan solo un cuarto de millón. La isla era una colonia británica que junto a Alejandría (Egipto) y Gibraltar (España) representaba los tres principales puertos de la flota del Mediterráneo de la Royal Navy. No solo era importante por su capacidad para interrumpir las líneas de comunicaciones del enemigo sino porque gracias a su puerto de gran profundidad y tamaño podía recibir y reparar grandes barcos y submarinos, y contaba con tres aeródromos. Por estas razones se planeó su invasión en dos ocasiones pero nunca se llevó a cabo. Siguió invicta a 90 kilómetros (15 minutos de vuelo) de Sicilia en el centro del mar que nunca sería italiano.

La bibliografía sobre Malta es más amplia de lo que se piensa pero no su filmografía. No conocemos una película del período que nos atañe pero sí en 1942 cuando el Sitio se hizo mucho más intenso. La magnífica editorial Osprey tiene una preciosidad (por sus ilustraciones) de obra: Ryan K. Nopen & Graham Turner (ilustraciones), 2018, MALTA 1940-42. The Axis air’ battle for Mediterranean supremacy; la cual se puede complementar con Andrew Thomas, 2002, Gloster Gladiator Aces y Steve Nichols, 2008, Malta Spitfire Aces. Leímos a David Wragg, 2003, Malta: The Last Great Siege y buscamos sin conseguir: Tony Spooner, 1996, Supreme Gallantry: Malta’s Role in the Allied Victory, 1939–1945. También consultamos las obras generales sobre la Segunda Guerra Mundial, en especial: AA.VV., 1982, “Blitzkrieg en el Sur: capítulo 2°. Malta y el Mediterráneo” en: Enciclopedia Ilustrada de la Aviación. Tomo 3.

La historia del Sitio de Malta desde junio de 1940 a diciembre de 1941 se puede dividir en tres etapas: la primera en la que el Reino Unido no podía mandarle casi ayuda porque Gran Bretaña se defendía de la amenaza de invasión en la Batalla de Inglaterra (Julio-octubre, 1940). Se puede decir que Malta se salvó de una ocupación por la incapacidad de la Regia Armada Italiana para vencer a la Royal Navy (lo que tratamos entre el 21 de octubre y el 4 de noviembre de 2020 sobre el intento de Benito Mussolini por crear un imperio en el Mediterráneo), pero padeció constantes bombardeos de la Regia Aeronautica. De ellos se pudo defender con pocos cañones antiaéreos y ¡menos de diez Sea y Gloster Gladiator! En septiembre recibiría 12 Hawker Hurricane que se impondrían a los cazas enemigos. En enero de 1941 se inicia la segunda etapa que durará hasta marzo, período en que será neutralizada por los constantes bombardeos y el dominio de los cazas de la Luftwaffe de la X Fliegerkorps del general Hans-Ferdinand Geisler que contaba con más de 200 aviones. Este hecho permitirá que el Afrika Korps llegara a salvo al Norte de África y lograra tener suficientes recursos para expulsar a los británicos de Libia en la “Operación Sonnenblume” del 24 de marzo al 12 de abril de 1941 (campaña analizada en nuestros artículos del 17 al 31 de marzo). La tercera etapa va desde abril hasta diciembre de 1941 en que la Luftwaffe deberá retirarse en buena parte para apoyar la campaña de los Balcanes y Rusia.

La retirada de Luftwaffe hizo que el Afrika Korps sufriera en el abastecimiento. La gran proeza de Erwin Rommel fue resistir en estas condiciones. Si el Eje deseaba mantener la presencia en la región se hacía imprescindible la invasión de Malta, pero un hecho cambiaría esta posibilidad. La difícil y costosa invasión de la isla de Creta por un ejército aerotransportado convencería a Adolf Hitler que más nunca debía realizar operaciones de tal magnitud. A este tema nos dedicaremos la semana que viene. La última batalla de los fallschirmjäger.


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