I

Cuando yo era niña, si algún amiguito hacía trampa en un juego, le gritábamos: “La tramposería sale”. Esta afirmación no es más que la misma que me decía siempre mi mamá: “Entre cielo y tierra no hay nada oculto”. Todo se sabe, nadie puede mentir para siempre. Y menos cuando existen aguerridos académicos y estudiantes que se dan a la tarea de exponer la radiografía de la pobreza de la manera más palpable y desmenuzable.

Los miles de venezolanos que diariamente persiguen el camión de la basura para escudriñar primero las bolsas de desechos antes de que se las lleven no son un invento de ciencia ficción. Aunque pareciera una película del fin del mundo, es la realidad que se vive desde hace años en Venezuela.

Sí, el chavismo-madurismo nos robó el futuro. Pero también se embolsilló el presente y borró el pasado. Nada de lo que fuimos o somos queda en pie. Ahora somos el país más pobre de la región.

II

Contra viento y marea, los académicos se esfuerzan por conseguir lo único que les ha permitido refutar a los chavistas la sarta de mentiras que dicen al mundo sobre el país: datos. Crudos números que indican que 96% de la población venezolana reporta pobreza de ingresos. Es la evidencia fehaciente de que el sueldo mínimo de 2 dólares mensuales no alcanza ni para una papa.

También queda expresado en estadísticas el hecho de que las familias venezolanas no comen los requerimientos necesarios. Digamos que las bolsas CLAP la única proteína que tienen son los gusanos que vienen en el arroz y la pasta. Es verídico.

Qué más quisiera yo que la cúpula del régimen tuviera conciencia y le doliera saber que 30% de los niños venezolanos menores de 5 años de edad sufre de desnutrición. Ni siquiera pueden tener la excusa de que están encerrados en Miraflores, porque Encovi viene advirtiendo sobre este terrible problema desde hace años y ninguno ha sido capaz de llamar a los especialistas para buscar una solución.

III

Lo bueno de la Encovi es que nos queda un diagnóstico del país. Lo bueno es que los profesionales y los académicos que la hacen no se han cansado y pueden hablar con propiedad de los principales problemas que hay que atacar si queremos recuperar el futuro.

No tengo idea de si estamos a tiempo o si será posible o cuántos años nos llevará, pero de lo que estoy segura es de que el equipo de la profesora Anitza Freitez y el profesor Luis Pedro España tienen claro lo que se debe hacer. Por eso a ellos los llamo héroes, porque realmente son los venezolanos que tienen algo que aportar y que han probado estar dispuestos a salvarnos. Gracias.

@anammatute


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