Según la RAE, sagrado es algo que es digno de veneración y respeto. Muchos lo relacionan con Dios, yo, además, lo relaciono con los niños.

Llevo horas paralizada intentando que las palabras fluyan. Ha sido este uno de los artículos más difíciles. Jamás pensé verme obligada a escribir sobre un tema tan execrable, que duele, que hace rabiar de impotencia y llorar de dolor. Cada palabra se arrastra de horror, la indignación las retuerce ante el salvajismo de infelices que hacen daño a seres indefensos e inocentes. Depravados sin conciencia ni límites que actúan peor que animales salvajes.

La inocencia de un niño, la confianza que deposita en quienes lo rodean, es algo sublime que enternece y lo hace frágil. El niño, ante la maldad, se transforma en víctima potencial e indefensa de quienes, por satisfacer instintos bajos y primitivos, los engañan y los lastiman con una crueldad indecible. Venezuela está aterrorizada, conmovida e indignada, ante la frecuencia y el número alarmante de violaciones, desapariciones y asesinatos de niños y adolescentes.

Alguien que sea capaz de torturar, violar y abusar física y mentalmente de un niño, es un monstruo que pertenece a la última escala de la degradación humana, y debe recibir el máximo peso de la ley por parte de las autoridades pertinentes. Alguien que sea capaz de dañar a un niño es un depredador con un elevado grado de maldad y sus actos, bajo ninguna circunstancia, deben ser tolerados por la sociedad. Esto no debe seguir ocurriendo. Es nuestro deber proteger a nuestros niños, porque cada uno de ellos es un hijo nuestro, suyo y mío, nos pertenece y debemos cuidarlo.

No podemos dar la espalda a las víctimas más indefensas e inocentes que existen. La justicia en Venezuela debe ser más severa y ejemplarizante, en caso contrario, Venezuela seguirá desangrándose ante la barbarie y nuestros hijos morirán con ella.

Sugiero que los cuerpos policiales reciban capacitación especial sobre cómo actuar en cuanto a la detección y procedimientos en contra del maltrato infantil. Sugiero, también, apoyar sin ningún tipo de discriminación política la campaña de la Fiscalía General de la República con respecto a estos crímenes porque, para evitar que sigan ultrajando, torturando y asesinando a nuestros niños y adolescentes, debemos estar realmente unidos.

Es importante la prevención. No es posible que en las redes sociales, aupados por adultos, circulen videos en donde aparecen niños bailando de manera sexualizada. Esto es aberrante. Hay que admitir una elevada cuota de responsabilidad por parte de los padres, al menos en ese caso. Responsabilidad que es innegable en una sociedad que está enferma y que ha demostrado una elevada y acelerada descomposición social y moral.

Escuchemos a nuestros hijos. Pongamos atención a lo que nos dicen. Investiguemos, conversemos con ellos. Enseñémosles desde muy pequeños que nadie, ni familiares, ni amigos, ni desconocidos, tienen derecho a tocar sus cuerpos ni obligarlos a tocar a otros. Eso está prohibido. Los niños se respetan. Tracemos el camino para que nos tengan confianza y nos cuenten sus problemas.

Tratemos de llevar a nuestros hijos al colegio o que vayan en grupo. Las terribles noticias han demostrado que los exponemos a ser víctimas en un país cada vez más peligroso. Debemos protegerlos.

No soy abogada, pero se hace evidente que con carácter de urgencia hay que actualizar las leyes, hacerlas más severas y ejemplarizantes para combatir delitos tan graves como los que han venido ocurriendo. Tampoco estoy escribiendo como periodista, lo hago como madre, como vocera de tantas madres y padres que abrigamos la misma angustia ante una situación que ya no podemos negar.

Venezuela es un país hermoso en cuanto al clima y a sus riquezas naturales, está lleno de gente bonita y buena en donde, lamentablemente, por falta de valores, educación, principios y respeto, la maldad está creciendo. Salvemos a nuestros hijos. No los dejemos solos y sí, es cierto, los niños son sagrados.

@jortegac15

 


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!