En los últimos días a través de diversos medios de comunicación y redes sociales se ha observado una fuerte campaña de operadores políticos y figuras mediáticas que tiene una campaña “intensiva” contra sectores políticos opositores planteando que la negociación y la creación de un Gobierno de Unidad Nacional o Emergencia es una salida al alcance de la mano con el gobierno Nacional, que no se termina de concretar por culpar de un grupo limitado de partidos políticos y atacan de forma puntual a Leopoldo López y Juan Guaidó como responsables de la actual situación nacional… nada más lejos de la realidad. Por ello, es menester señalar a quienes realmente saldrían muy afectados si se realizará de manera exitosa una negociación y un gobierno de emergencia nacional.

Entre los principales afectados destacarían:

  1. EL PSUV: en una negociación política que llevara a unos acuerdos políticos de liberación de presos políticos, legitimación de partidos políticos nacionales suspendidos, repetición de elecciones presidenciales, realización de elecciones competitivas, acuerdo de amnistía para miles de exiliados y finalmente un gobierno de Emergencia Nacional independientemente de los resultados obtenidos, crearía sin duda la pérdida de su principal activo político: el discurso político de que el enemigo interno y externo tiene la culpa de todo, quedando amarrado a unos controles institucionales que no ha cumplido jamás desde 1999, generando situaciones a todas luces inimaginables para ellos como serían las siguientes en un Gobierno de Unidad Nacional:
  • El Sistema Nacional de Medios tendría que cambiar toda su trayectoria y actores de los últimos 21 años, debido a que programas como La Hojilla de Mario Silva o Zurda Konducta (Pedro Carvajalino; Ricardo González; Llafrancis Colina; Oswaldo Rivero) no podrían atacar a partidos políticos dentro de dicho gobierno de emergencia nacional, lo que implicaría a su vez a desaparecer el discurso político de Hugo Chávez de los medios para evitar confrontación y pugnacidad con los aliados circunstanciales. Dentro de este apartado, valdría la pena imaginar cómo quedaría Telesur dentro de este ámbito de competencias.
  • Reinstitucionalización de los programas sociales: es evidente que en un gobierno de unidad nacional las UBCH, CLAP, entre otros cuadros juveniles y sectoriales no podrían seguir manejando directamente los programas sociales y tendrían que pasar a organismos mucho más neutros o inclusive, tendrían que aceptar la participación de cuadros de otros partidos políticos en estas actividades.
  • Institucionalización de la milicia y desaparición de los colectivos sociales: asumiendo que se negocie la existencia plena de la Milicia Nacional, al contrario de lo que piensan algunos opinadores opositores, lo cierto es que  tendrían que sufrir un proceso de despartidización y profesionalización que eliminaría el discurso político sectario y combativo contra amplios sectores de la oposición que hoy día tiene catalogados como enemigo interno.
  • Conversión de empresas públicas a privadas: de la misma manera que empresarios y políticos en los años 90 combatieron a Carlos Andrés Pérez hasta desarticular su proyecto y gobierno que pretendía internacionalizar la economía nacional, es digno de imaginar cómo quedaría el PSUV  ante la notable necesidad financiera, que sería reforzada por la oposición política de privatizar miles de empresas públicas de todos los tamaños y sectores, lo que implicaría la salida de miles de activistas políticos y la salida de miles de proveedores y contratistas que durante años han sido amigos del partido como financistas o colaboradores de campañas políticas y actividades sociales de alcaldes y gobernadores.
  • La persecución judicial  internacional: en un acuerdo político, vendría la pregunta de cómo harían los dirigentes políticos del PSUV para no estar en el radar y mira de la Justicia estadounidense, grupos de mercenarios y caza- recompensas e incluso de fuerzas especiales oficiales, lo que implicaría un factor de enorme tensión emocional y riesgo físico o de pérdida de libertad en caso de compartir o ceder el poder sin un acuerdo completo con las autoridades estadounidenses, al despecho de los plantean la venezolanización del conflicto, sin actores externos.

Por razones de espacio, me limitaré hasta este párrafo y me preguntaré abiertamente: ¿será que los líderes del PSUV no saben estas cosas y tienen entusiasmo por compartir el poder y hasta cederlo por causas electorales, como predican todos los días algunos políticos y opinadores opositores entusiastas de los acuerdos políticos? Creo que no hay expresión en el alto liderazgo del  PSUV más sincera y seria que lo dicho por Diosdado Cabello para zanjar este particular al respecto (ni con votos ni con balas).

2. La República socialista de Cuba: el importante empresario Gustavo Cisneros (que sin duda sabe de política y finanzas por su papel estelar en varias gestiones gubernamentales pasadas) expresó que la negociación en Venezuela tenía su epicentro en Cuba, haciendo hincapié en lo obvio, que la historia de Venezuela desde 2001, no puede ser interpretada correctamente sin la participación fundamental de Fidel Castro en el diseño y funcionamiento de las políticas públicas de la Venezuela de Hugo Chávez, especialmente las “misiones” y por ello no es exagerado decir que la importancia de Venezuela para Cuba solo puede ser calificada de vital para la supervivencia política de dicho régimen, por lo cual importante decir que en dicha mesa de negociación, estará un representante de Cuba, así como el mismo Maduro reconoció que dicha embajada tiene participación en el Gabinete ministerial y en gran número de instituciones gubernamentales.

La pregunta que uno debe hacer a los entusiastas de la negociación, es qué papel le piensan asignar a los intereses ideológicos y económicos de dichos país en un Gobierno de Emergencia Nacional entre el PSUV y la oposición política venezolana. ¿Su salida de los Registros y Notarías, así como de las fuerzas armadas, policiales y de inteligencia, serian negociables para Nicolás Maduro? Igualmente, existe el problema de los miles de médicos, técnicos, asesores y especialistas que trabajan en Venezuela, que sin duda serían un grave problema de discusión en la mesa de negociación para venezolanizar o “criollizar”  el conflicto político venezolano.

Existen otros actores nacionales e internacionales que serán tratados la próxima semana, que aun no estando en el Gobierno Nacional temen el triunfo de Juan Guaidó en este conflicto político por razones muy personales, ya que implica la negación de todos sus valores políticos e ideológicos de toda una vida y solo lo manifiestan en privado, pero jamás en público…. Son los que prefieren a Nicolás maduro con más entusiasmo que los mismos seguidores del PSUV.

 


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