El pueblo son los 7.700 millones de habitantes del mundo sin distinción de sexo, edad, continente, país, raza, religión, ideología y cualquier otra diferencia o matiz, todos bajo el lema de un hombre o una mujer un voto, en total igualdad de derechos y deberes. Todos libérrimos, dicho en superlativo supino de la palabra libre, que significa que somos libres en su grado máximo. Cuando hablo de libertad me refiero a la libertad individual. La libertad colectiva es cuando un determinado grupo mediante una estructura social, actúa de forma conjunta con opiniones, propuestas y acciones, pero estas solo pueden ser calificadas de libertad colectiva si parten de la libertad individual de las personas que conforman la estructura social y, además, de forma directa o indirecta, dichas personas participan en las opiniones, propuestas y acciones.

Si no hay libertad individual no puede haber libertad colectiva, de hecho, de existir la libertad colectiva es una derivada de la individual y solo como ampliación secundaria de esta. Más bien lo que algunos llaman libertad colectiva es una estructura de poder que debe funcionar para ser democrática en función de los individuos, representándonos adecuadamente y a su servicio.

Aquellos que no reconocen la libertad individual, pero hablan de la libertad colectiva no hacen más que una trampa en su discurso dialéctico para imponer a los individuos el pensamiento de los dirigentes, haciéndose ellos intérpretes del pensamiento colectivo. Es, en la práctica, la forma clásica del dictador y el tirano. El primer ejemplo de enemigo del pueblo son los que no respetan y no reconocen la libertad individual acompañados de los que no reconocen la igualdad y la fraternidad.

En esta misma línea son enemigos del pueblo los que reconociendo teóricamente los principios de la libertad, igualdad y fraternidad, no actúan en consonancia y en el caso de tener responsabilidades ejecutivas sociales actúan de forma autoritaria creyendo que el cargo público es suyo y no del pueblo o son sectarios que gobiernan a favor de una parte del pueblo y lo que es peor en muchas ocasiones en contra de otra parte. Aunque sea triste y lamentable, aún en democracia son más los políticos que tiran más hacia el autoritarismo, y muy mayoritarios los que en mayor o menor medida son sectarios. El colmo del sectarismo es cuando además lo hacen explícitamente y lo comentan en público.

Es una costumbre muy habitual que cuando un partido gana unas elecciones cambie todos los altos cargos del gobierno anterior y nombra a dedo a otros que son del partido ganador o son amigos de los dirigentes entrantes, algunos de los puestos son políticos, pero otros son incluso cargos gerenciales que nada tienen que ver con la política. Es un uso extendido incluso en las democracias más avanzadas, pero no deja de ser aberrante.

En países donde apenas hay funcionariado profesional, como en gran parte de Latinoamérica, cuando cambia el partido del poder salen del gobierno decenas de miles de trabajadores relacionados con el partido del presidente saliente y entran decenas de miles de trabajadores relacionados con el partido del presidente entrante. A veces son amigos o familiares de los dirigentes. Para mayor clarificación del problema, los amigos y familiares del dirigente son nombrados por el propio dirigente y en el mismo ministerio o entidad pública en donde él está. A veces, la única función de esos hipotéticos trabajadores es recibir el sueldo mensual en su cuenta bancaria.

Esta última actuación es además pura corrupción. Es claramente atentar contra el pueblo, mentir desde la función pública y es gravísimo, sobre todo, cuando eres el presidente lo haces de manera clara y casi en directo. Llamo mentir en directo cuando tú estás viendo que lo que dicen se contradice con la realidad que la persona que habla y, tú que lo escuchas, ves. Eso pasó en España con el presidente Sánchez en los días anteriores y posteriores a las elecciones del 10 de noviembre de 2019 con todo lo relacionado con Cataluña, la formación de gobierno y los posibles pactos de gobierno. Desgraciadamente no es el único ejemplo. Pero debemos evolucionar y avanzar democráticamente para que los presidentes de gobierno y los de Estado no nos mientan, y si lo hacen, que tengan que dimitir de inmediato. Parece iluso y más de uno al leerlo así lo verá, estoy convencido de que con el tiempo así será.

Desgraciadamente, son demasiados los líderes políticos que mienten, pero sería de agradecer que poco a poco vayan mintiendo menos y, que cuando lo hagan, no sea con tanto descaro y tanta insensibilidad. Se puede entender que un dirigente político sea ambicioso, pero no hasta el extremo que haga prevalecer sus intereses sobre los de sus gobernados que son a quienes debe representar, beneficiar y servir.

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es el partido que gobierna actualmente en la República Dominicana bajo la presidencia de Danilo Medina a quien llevo asesorando desde 1999, su fundador, el sobresaliente pensador político y social dominicano Juan Bosch, elaboró dos importantes fundamentos en el nacimiento de este partido y que perduran hoy en día como eslóganes del partido, el primero “Servir al partido para servir al pueblo“; el segundo, “quien no vive para servir, no sirve para vivir“. Por lo menos van muy enfocados en lo que debe ser el planteamiento de cualquier ciudadano, más en el caso de un militante político, todavía más el de un dirigente y aún más debe ser el del presidente.

Incluso en el mundo liberal y en el empresarial todos debemos servir para quien trabajamos. Un médico debe servir a sus pacientes, un cocinero a sus comensales, un constructor de edificios a sus compradores, un profesor a sus alumnos, un presidente, como mi amigo Danilo, a su pueblo dominicano. El abuso de poder es una de las debilidades mayores de los dirigentes políticos y en general de cualquier dirigente, poco a poco y cuanto más tiempo de permanencia tengan en el poder, más rápidamente aumenta la opulencia del poder, el ego de los dirigentes, la ambición desmedida, el autoritarismo y la manipulación del sistema en beneficio propio para finalmente llegar a la corrupción. Por eso es vital la alternancia en el poder, el cambio y la renovación de dirigentes dentro de los partidos y el acceso de los jóvenes y nuevos militantes en las estructuras internas de los partidos. No son buenos los sistemas políticos que no ponen límites al poder de sus gobernantes, o que, poniendo límites, desgraciadamente son demasiado vulnerables y tratan de incumplirlos.

Ya he hablado en un artículo anterior de la necesidad imperiosa de la separación de poderes. Ejecutivo, Legislativo y Judicial deben ser total y absolutamente independientes. Entre el blanco y el negro hay muchos tipos de grises, ya me gustaría que entre los sistemas de poderes subordinados de los tres poderes básicos, propios de la dictadura, y los sistemas totalmente independientes, propios de la democracia casi perfecta, la mayoría de sistemas políticos de los distintos países del mundo estuvieran más cerca de la independencia que de la sumisión, pero la realidad es que incluso los supuestamente democráticos están más cerca de la sumisión que de la independencia y que, de los totalmente sumisos, hay demasiados casos en el mundo todavía.

Fue Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu, conocido simplemente como Montesquieu, filósofo, escritor, ensayista, novelista, poeta, historiador, abogado, sociólogo y político el que elaboró la teoría de la separación de los tres poderes. ¡Viva Montesquieu!

Grande este pensador, intelectual representante de la ilustración que hace casi 300 años elaboró uno de los pilares estructurales de la democracia actual. Él supo entender a la sociedad, representó sin duda la mano invisible e introdujo de forma potente a través de sus libros Cartas Persas en 1721 y sobre todo El espíritu de las leyes en 1748 en el mercado de las ideas.

Es fundamental el trabajo de los intelectuales, de los pensadores y de la ciencia social de manera general, en el mercado de las ideas, ellos recogen el sentir de las calles, lo ponen en negro sobre blanco y lo catapultan hacia un posible nuevo consenso de la sociedad. Hay que estudiar seriamente cómo se eligen los dirigentes de los tres poderes y si después de ser elegido se mantiene el vínculo de control para su permanencia o no en su posición de liderazgo. Lo más peligroso para la democracia es el control del Poder Judicial por el Ejecutivo, ya que en última instancia es este el que puede parar el abuso, la extralimitación de poder, el autoritarismo y las ilegalidades del Poder Ejecutivo.

En este contexto tiene un papel muy importante el fiscal general del Estado o el procurador general, es el que vela por el funcionamiento de la justicia, tienen distinto nombre según los países y es el que dirige el Ministerio Fiscal, actúa en defensa del interés público, y debe ser totalmente independiente del Poder Ejecutivo. Su actuación solo debe estar sujeta a la Constitución y a las leyes del país. Cualquier dependencia de esta figura por el Poder Ejecutivo merma y debilita el control que este debe ejercer sobre la extralimitación y abuso del poder del Ejecutivo y como consecuencia de ello también merma y debilita la limpieza y democracia del sistema político.

Por desgracia, en la mayoría de los países son elegidos directamente por el jefe del Estado o el presidente del gobierno, en algunos casos han sido o son militantes del partido del gobierno, procedente incluso de gobiernos con cargos recientes en el mismo y definitivamente en demasiadas ocasiones juegan un papel de protección y defensa del jefe del ejecutivo y de su equipo en sus intereses ideológicos, partidistas y personales por encima del país y sus ciudadanos.

Afortunadamente, en general los máximos órganos judiciales en los países considerados democráticos, como los Tribunales Constitucionales, las Cortes Supremas, los Tribunales de la Suprema Corte, el Consejo General del Poder Judicial, con funciones distintas y distintos nombres según los países suelen, a pesar de ser elegidos directa o indirectamente por los otros poderes, legislativos y ejecutivos, tener un comportamiento más próximo a la independencia que a la dependencia de intereses políticos, varía también de los países.

En general, la falta de la necesaria independencia del poder judicial del Poder Ejecutivo y de las estructuras partidarias es una importante debilidad del funcionamiento democrático. Soy firmemente defensor de las estructuras de poder democrático, considero que son esenciales para la expresión de la mano invisible y parte estructural del mercado de las ideas. No es posible una asamblea de 7.700 millones de habitantes mundiales, como tampoco lo es de los 327 millones de habitantes de Estados Unidos ni de los 7 millones de Francia, ni de los 210 millones de Brasil. Aunque lo fuera, sigo pensando que la democracia ha demostrado que es válida y que funciona en la democracia representativa, pero debemos hacer un análisis lo más completo posible de cómo funciona, cuáles son sus fortalezas y debilidades para la mejora de nuestro sistema democrático. Tenemos la obligación de buscar todo lo que pueda aportar avances en nuestro desarrollo democrático, hay muchas cosas que hay que corregir, muchas que implementar y otras muchas que mantener y afianzar.

La revolución de la comunicación y la era digital ayudan a un mejor y más rápido conocimiento de todo lo que ocurre, incluso, lo que hasta ahora trataban de esconder los gobiernos y sus funcionarios, ahora termina saliendo a la luz pública. Hay más transparencia, a la fuerza, y en general casi todo se sabe. Ese mayor conocimiento está generando una mayor crítica y peor imagen de los políticos. Lo más dañino han sido los casos de corrupción, demasiada gente y demasiados casos y dinero. En las democracias más avanzadas, el porcentaje de corruptos es menor, aunque suficiente para escandalizar a los ciudadanos, en países de menor desarrollo democrático y económico, la corrupción es generalizada en la política, en toda la sociedad y en todos los estratos sociales. En países avanzados con progreso y democracia y corrupción minoritaria puntual, es casi imposible comprar a un juez, un policía o un funcionario, pero en los países poco desarrollados, ellos mismos se ofrecen y en general la sociedad mira para otro lado, incluso, no le parece demasiado negativo, son permisivos con la corrupción y en la clase política se cubren unos a otros.

La corrupción es uno de los mayores enemigos de la democracia y la sociedad. Hay quien piensa que ahora hay más corrupción que antes, la realidad no es así ahora hay menos, lo que pasa es que antes no se sabía e incluso la presión social era menor. Eso nos puede hacer pensar que en las próximas décadas disminuirá y posiblemente cada vez a mayor velocidad.

La sociedad, o sea la mano invisible, cada vez con más poder y más conocimiento presionará con mayor fuerza y eficacia. La concienciación se va trasladando tal vez con menor velocidad de la que fuera deseable de los países menos corruptos al resto incluso desde unos países se investiga y se persigue la corrupción que se ejecuta en otros países. En 2015 el FIFA Gate, un caso de corrupción de la Federación internacional de Fútbol Asociado en la que se vio involucrada, acusando a parte de sus dirigentes de soborno, fraude y lavado de dinero, la investigación se lleva a cabo desde la Fiscalía de Nueva York. Siete funcionarios fueron arrestados en Zurich y posiblemente serán extraditados a Estados Unidos. El caso Odebrecht es una investigación promovida por el Departamento de Justicia de Estados Unidos con otros 10 países contra la empresa brasileña de construcción Odebrecht, por coimas y sobornos incluyendo a presidentes y ex presidentes de 12 países: Angola, Argentina, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela. Estos casos fueron los primeros ejemplos de actuación desde un país a otro y de casos de cooperación internacional en lucha contra la corrupción. Esta forma de actuar se potenciará en el futuro.

Hay muchas formas de corrupción pública. La más habitual es del tipo de lo sucedido con Odebrecht, consistente en que una empresa pague un porcentaje a un funcionario o político para que la entidad pública donde tiene capacidad de decisión el funcionario o político le adjudique una obra o servicio del Estado. Es más grave cuando el político o funcionario es el que toma la iniciativa y el que le ofrece a la empresa un contrato a cambio de dinero. El problema es mayor cuando el corrupto es el político y no el funcionario y todavía es mayor cuando es un ministro o el propio presidente, el colmo es cuando es una red organizada en la que forma parte altos dirigentes, otros políticos y funcionarios, y lo peor, forman una estructura permanente para obtener sobornos, es decir, crimen organizado.

A veces los sobornos recibidos son en nombre y al servicio de un partido político o para unas elecciones determinadas, puede ser a través del crimen organizado o a través de amigos del candidato. En la cadena de corrupción el dinero se escapa por todas partes, como el que paga el soborno lo entrega a un intermediario, este se suele quedar con una parte, a veces casi todo o todo, al ser una actividad criminal no hay control ni de la cantidad, ni del momento de la entrega y el intermediario cuenta lo que quiere y le interesa, a veces en la cadena hay más de un intermediario, probablemente todos se queden con algo y luego al final llega el político que si no es el hay otro que también se queda con algo y ese político se lleva para sus gastos personales y le dedica una parte a su campaña.

Aunque parezca rocambolesco, en muchas ocasiones funciona así. Imagínense en una campaña política, que ya de por sí en muchos países se gasta demasiado dinero, cuánto suma el total de los sobornos o de las aportaciones económicas teniendo en cuenta todo lo que se queda por el camino. En los países de democracias más avanzadas es rara la existencia de coimas y en el caso de que haya no superan el 3%, en cualquier caso, grave corrupción, en los países con democracias menos asentadas la corrupción es generalizada y los porcentajes suelen ser entre 15% y 20%, incluso mayores. En una ocasión, Miquel Iceta, político español, que por los años noventa trabajaba como jefe de análisis en La Moncloa, lugar de residencia y trabajo del presidente de gobierno español, adscrito al Ministerio de Presidencia, me decía que Josep Borrell en aquel entonces Ministro de Obras Públicas le dijo que el problema de la corrupción superaba con mucho el daño de la cantidad robada, en el sentido que por cobrar el 3% una empresa, se le daba el trabajo a la empresa que no era la mejor ni en calidad ni en precio, la que además sabiendo que había comprado al político o funcionario responsable este debilitaba las exigencias y los niveles de control de calidad. Según la misma fuente, calculaba que al pagar una coima del 3%, suponía una pérdida en eficacia del 30%, es decir, como si se hubiera robado el 30% del valor de la obra.

Otro sistema de corrupción es simplemente otorgar en concurso o de forma directa obras o servicios públicos a amigos o familiares para simplemente beneficiarles con el dinero público. A veces es por devolver los favores, apoyos anteriores a campañas electorales o a cambio de favores futuros. Esto pasa frecuentemente con medios de comunicación y la inserción de publicidad de organismos públicos. De hecho, tanto las empresas como los poderes públicos, buscan lo que se llama protección que consiste en dar mucha publicidad a los medios para tenerlos contentos, que hablen a favor de ellos y que cuando se presente un problema o un escándalo suavicen la situación y la crítica. Aunque es un nivel menor de corrupción, tampoco es democrático, cuando un medio de comunicación o un periodista individualmente da su información de forma sesgada y no objetiva en función de su preferencia política y más cuando de manera organizada llega a ser una correa de transmisión de ideas y mensajes previamente pensados y estructurados para un partido político, una campaña política o grupo de intereses sociales y políticos.

Más grave es cuando estos medios o periodistas cobran alguna cantidad de dinero, entonces sí que es corrupción pura y dura, el dinero ilegal para pagar medios o periodistas, llamado fondo de reptiles, agravado además porque el dinero de esos políticos sale de la corrupción o es sustraído de las arcas del Estado o de la instancia política determinada.

Corrupción es nombrar para un cargo político a alguien por el mero hecho de ser un amigo, familiar o un correligionario, sin ser el más adecuado para el cargo o no tener preparación suficiente para ello o incluso por satisfacer la propuesta de alguien al que conviene políticamente tenerlo contento o así pedir favores políticos o personales también a cambio de dinero. En muchos países a los donantes de campañas electorales se les ofrece puestos políticos por haber realizado las aportaciones económicas, lo triste es que en muchos de esos países ni siquiera es delito.

También en muchos países los empresarios aportan grandes cantidades de dinero para las campañas electorales, alguna cantidad en dinero legal y mucho más es el llamado dinero negro o B, pagan simultáneamente a distintos candidatos y partidos, generalmente aportan más cuando ese partido o candidato tiene más posibilidades de ganar, lo cierto es que al final esos empresarios recuperan mucho más del total de dinero aportado con la suma de todos los apoyos conseguidos en favores y contratos. Dentro de los favores están las concesiones, monopolios y leyes que les benefician. Una ley puede beneficiar fuertemente a una empresa, grupo de empresas, determinado sector o colectivos, gremios y corporaciones profesionales. El que beneficien a alguien en particular no quiere decir que haya corrupción, siempre y cuando no se haya hecho con ese propósito o no se haya pagado en servicios, favores o dinero por ello.

Aunque el legislador debe tener exquisito cuidado en que las leyes sean justas, equilibradas y se procure el beneficio al máximo de ciudadanos si puede ser por igual, se trata de no perjudicar a nadie. Hay que luchar contra los monopolios, controlar las concesiones públicas y si éstas producen importantes beneficios que los mismos reviertan en los ciudadanos en forma justa de pago por la concesión. Mucha de la corrupción en España se hace a partir de la recalificación del suelo y de los permisos para construir edificaciones de todo tipo. Aquí el propietario del terreno está dispuesto a pagar auténticas barbaridades por una determinada calificación y sus permisos respectivos. Voy a describir un ejemplo exagerado pero posible. Supongamos un señor que sea propietario de una hectárea en una céntrica zona de Madrid (España), es posible que por cualquier cuestión hasta un momento determinado porque así lo dispone el último Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, ese terreno solo esté calificado para uso deportivo y de ocio, o sea parques, jardines e instalaciones deportivas, probablemente ese terreno solo valdrá en el mercado 1 millón de euros y posiblemente sea mucho, si ahí permitieran construir un edificio de 20 plantas que ocupe 80% del terreno, su valor podría estar estimado, poniendo solo a 1.000 euros la repercusión por metro de techo construible, por 200 millones de euros, es decir, multiplicaría por 200 su valor con una ganancia de 199 millones de euros.

Si la zona fuera de las más céntricas y de las más cotizadas de Madrid se podría vender el metro cuadrado de techo a 5.000 euros y se podría vender el terreno por 1.000 millones, imaginemos que en vez de 1 hectárea fueran varias, estaríamos hablando de una auténtica locura.

Los Estados y gobiernos dan también concesiones para cadenas de televisión, de radio, juegos de azar, loterías, telefónica y datos, líneas aéreas y en general todo tipo de concesiones y permisos, detrás de cualquiera de ellos puede haber corrupción. En algunos países hay monopolios aéreos que dañan gravemente a sus ciudadanos que tienen que pagar un sobreprecio por viajar, lo que perjudica gravemente el turismo ya que los turistas no pueden llegar a esos países si no es gastando más dinero del que pueden y sobre todo al margen de la competencia turística de otros países.

Lo mismo que pasa en algunos países con las medicinas, he comparado los precios de medicamentos en varios países y en Europa, el resultado es brutal. En ocasiones, el precio es 20 veces el que se paga en Europa. No tiene explicación posible, cuál es la mano negra que para enriquecer a unas pocas familias y a un conjunto de políticos corruptos y sin alma son capaces de generar ese inmenso dolor a sus conciudadanos. He visto sufrir tremendos dolores en familias humildes porque no pueden pagar las medicinas o porque no quieren dejar de dar de comer a sus hijos o no quieren dejar de pagar sus colegios. También he visto morir a personas porque no tienen capacidad de pago para las medicinas que necesitan.

La solución para los problemas mencionados existe, en el primer caso abrir el espacio aéreo y el uso de los aeropuertos a la competencia y en el segundo, legalizar y permitir la entrada de medicinas de uso en Estados Unidos y la Unión Europea sin necesidad de controles especiales, espacios de venta de medicinas a precios justos y límites en el precio máximo de los mismos. Lo he hablado con políticos y siempre me dicen “eso no lo podemos hacer” ¿por qué? Está bastante claro.

Corrupción es atacar desde el poder de forma dirigida a opositores, rivales políticos o empresarios y ciudadanos a los que se tenga antipatía, deseos de venganza o les interese coaccionar. En este sentido utilizar la política para dividir a la población, polarizando al máximo posible, pensando que así pueda irle mejor electoralmente, aunque sea en contra de la felicidad y la tranquilidad de los ciudadanos. Es un comportamiento dañino para el país. El lunes 2 de marzo el que fuera ideólogo y hombre fuerte del diario El País durante más de 40 años, Juan Luis Cebrián, dijo textualmente en una entrevista en el periódico digital El Español: “Pedro Sánchez es el presidente que más ha dividido a los españoles”. No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación y más viniendo de una fuente próxima a las entrañas del PSOE, partido del que es su máximo dirigente el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. También acusó a Rodríguez Zapatero de ir por el mismo camino, con lo que también estoy de acuerdo. Además de que es una irresponsabilidad grave.

De esta misma actitud participan los nacionalistas independentistas catalanes. Dividen a los catalanes en dos mitades, dividen a los catalanes frente al resto de españoles y participa y colabora con el PSOE para dividir a los españoles en dos partes. Daño e irresponsabilidad elevado al cubo.

El hecho de dividir va intrínsecamente ligado al supremacismo ideológico de la supuesta superioridad moral que algunos reclaman, no puede ser una aberración intelectual mayor. Eso es lo mismo que llevó a la Iglesia Católica española desde la fundación de la Inquisición en 1478, hasta 1700, a procesar a cerca de 150.000 personas y ejecutar, en muchos casos torturadas o quemadas vivas, a unas 3.000 por su lucha contra la herejía. Según la Real Academia Española un hereje es la “persona que niega algunos de los dogmas establecidos por una religión o persona que disiente o se aparta de la línea oficial de opinión seguida por una institución, una organización, una academia“. Eso mismo es lo que hace ahora el ISIS, Estado islámico, que asesina, corta cabezas, tortura y quema vivos incluso a niños con cualquier excusa, pero, sobre todo, por diferencias ideológicas y religiosas o por considerarlos enemigos de sus ideas o de sus estructuras políticas y militares.

Los supremacistas ideológicos son claros ejemplos de enemigos del pueblo, la libertad y de la democracia. Los nacionalistas en general son doblemente supremacistas, los son ideológicamente en el sentido de que solo puede haber una forma de pensar que es la suya, que hay que imponer sus criterios a todos los ciudadanos, que tienen privilegios y potenciar a los que apoyan y piensan como ellos y perseguir, coaccionar incluso atacar a los que no piensan desde su misma óptica. En el caso de que además sean independentistas la cuestión se agrava. Eso es lo que está pasando ahora en Cataluña, España. Y lo son porque piensan que son diferentes al resto.

El nacionalismo parte de la visión de que su pertenencia a una nación es su ideología. No que, además, lo separa del resto, lo suyo es por definición mejor y lo de los otros peor, lo que le acerca al concepto de desprecio y marginación del foráneo. En muchos casos es xenofobia. Según el diccionario del español jurídico, xenofobia es “odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros”.

La casuística de la corrupción es diversa y compleja y en el fondo se trata desde el poder, intercambiar concesiones, contratos, privilegios, leyes, permisos, o cualquier otra cuestión a cambio de beneficios para el político, el funcionario, el partido, o para amigos, familiares o comprar voluntades o apoyos. En ocasiones es el poder o representantes del mismo los que aportan dinero para la compra de votos, funcionarios, diplomáticos internacionales, medios de comunicación, periodistas, apoyos políticos nacionales, internacionales y otros. Las leyes no son iguales en todos los países, y lo que es legal en un país no lo es en otro. En algunos países las donaciones a los políticos y partidos para las campañas electorales son legales, en otros tienen limitaciones y deben cumplir normas de transparencia y en otros está completamente prohibido.

La realidad demuestra que detrás de cualquier donación de cierta importancia a un partido político siempre hay contrapartidas que no salen del bolsillo del político ni del partido sino del dinero o de los intereses de los ciudadanos. La ambición por el poder de los políticos provoca un gasto desmesurado de las campañas electorales y un alargamiento de las mismas. Eso está cambiando algo, pero hay países que se pasan la vida entre primarias, precampañas y campañas casi todo el tiempo, con un despilfarro tremendo de dinero que es en definitiva un impulso de corrupción continua.

El engaño en el recuento electoral no es que sea enemigo de la democracia, es que es la total negación de la misma, como lo es de la libertad y la igualdad. Es propio de dictaduras camufladas o sistemas que, empiezan en un sistema democrático y se van transformando en pseudo dictaduras o dictaduras blandas por ambición política o por intereses económicos y, al final, por miedo a las consecuencias, se niegan a aceptar una derrota electoral y distorsionan y manipulan la realidad hasta que convierten su derrota en victoria.

Esto ocurrió en Venezuela. Hace un año hice un análisis exhaustivo del cual obtuve las siguientes conclusiones que publiqué en un artículo en el periódico El Nacional bajo el título “La falsedad electoral del chavismo”, una de sus grandes mentiras y que paso a reproducir en parte. Realmente una mentira más del chavismo, como otras tantas aberrantes que decían en los tiempos de esplendor, basado en la despatrimonialización del Estado y la venta de sus activos como petróleo, minerales y todo lo que caía en sus manos, sumado a un endeudamiento abusivo y desmedido, es la falsedad y manipulación de las elecciones. Con la información que he recabado a partir de informantes procedentes del Consejo Nacional Electoral, de informáticos chavistas y de la empresa Smartmatic, huida abruptamente de Caracas en julio de 2017 para no ser encubridora del falseamiento electoral de los niveles de abstención en la tramposa elección de la asamblea nacional constituyente para suplantar a la Asamblea Nacional, con una participación electoral tremendamente escasa.

Tengo datos y la seguridad total de que tanto las elecciones presidenciales de 2012, en las que oficialmente ganó Chávez pero en realidad, si no hubieran aplicado las trampas de las que voy a hablar, el vencedor fue Capriles; igualmente ocurrió, con mayor claridad y contundencia en las presidenciales de 2013 entre Maduro y Capriles. También en las elecciones a la Asamblea Nacional de diciembre de 2015, cuando ganó la oposición unida a través de la MUD por dos terceras partes, la realidad es que esa victoria, según las fuentes antes mencionadas, fue muy superior.

Hasta el punto de que los chavistas creían, previo a dichas elecciones, y así me lo contaron determinadas personas relacionadas con el aparato chavista días antes de las elecciones, que ellos sabían que iban a ganar. ¿Cómo ocurría esto? Ellos tenían una serie de trucos preestablecidos que utilizaban en su momento, solo que en esta ocasión les falló dicho cálculo y pensaron en una perturbación electoral que no fue suficiente para contrarrestar el verdadero avance electoral que la oposición, a través de la MUD, consiguió en aquellas elecciones. Previsiblemente, según fuentes posteriores, se calcula que realmente la oposición ganó las elecciones, no con el dato oficial del 56,21% sino con un porcentaje de entre 68% y 73%, mientras que el PSUV obtuvo 40,92% oficialmente, cuando en realidad fue alrededor de 25%.

En todos estos fenómenos llaman la atención varios elementos, el primero, todo el conjunto de trampas y alteraciones electorales, la manipulación a ultranza, por parte del gobierno, del Consejo Nacional Electoral y toda la opacidad y control del sistema por parte de elementos chavistas para perturbar el resultado electoral. Ya el 15 de agosto de 2004, cuando se realizó el referéndum revocatorio del presidente Hugo Chávez, se dio el fenómeno histórico de que el CNE tuvo que extender por dos veces el plazo para el cierre de la elección, la primera de 6:00 pm a 8:00 pm y luego de 9:00 pm a la medianoche, para después emitir los resultados a las 4:00 am.

El sistema electoral venezolano estipula que solo votan aquellos que se inscriben y, curiosamente, en los últimos meses previos a este referéndum, aumentó el número de electores inscritos en más de 2,3 millones de personas que nunca habían votado y que de forma rápida se inscribieron para participar en este referéndum. Para hacernos una idea en las elecciones presidenciales de 2000 había 11.720.971 habitantes inscritos y en el revocatorio de 2004 fueron 14.037.900, lo que significa un incremento de 20% de habitantes registrados entre las 2 convocatorias electorales de 2000 a 2004. Curiosamente, la mayor parte de estos nuevos habitantes registrados eran ubicados en centros rurales y zonas urbanas con mecanismos de votación manual, habiendo provocado una importante estafa electoral.

El 2 de diciembre de 2007 se celebró el referéndum para la reforma constitucional, el cual perdió Hugo Chávez, es decir, ya en ese momento su desgaste era potente y, a pesar de las trampas, manipulaciones y el control del sistema que pudiera realizar no pudieron tapar el fracaso electoral. No obstante, se negaron a dar el reporte definitivo de votación de la totalidad de actas, que nunca existió oficialmente.

He conocido por varias vías que además de otras manipulaciones, previo al resultado final se dejaron sin escrutar 2.000 actas, 1.000 eran de centros de votación manual del exterior y en las otras 1.000 se alegaban que eran de centros automatizados sin facilidad de transmisión.

Los elementos claves de la manipulación detectados son los siguientes:

  1. El sistema tecnológico empleado estaba preparado para que en el recuento automático, es decir, votación a través de las máquinas, que se hacía cuando un votante iba a la mesa electoral en una máquina compacta y una vez identificada la persona votaba a través de la pantalla de la máquina y de la misma salía la papeleta que coincidía con lo que el elector había decidido, esa papeleta la introducía en la urna.

Al final de la votación se verificaba el resultado con una tecla que emitía la totalización de votos de cada partido, el cual se debería contrastar con las papeletas impresas de la máquina depositadas en la urna. Pero este hecho de comprobación era gravemente alterado por las órdenes del CNE, que obligaba a mandar el recuento de la máquina antes de hacer la comprobación con el recuento de las papeletas de la urna, bajo la absurda teoría de que ese contraste podría generar discusión y conflictos en el centro de votación.

  1. Las mesas se cierran oficialmente a las 6:00 de la tarde, pero en torno a esa hora, un poco antes según me comentaron desde dentro del CNE, Tibisay Lucena, directora del CNE, única persona con capacidad para conocer los datos en tiempo real, totaliza los datos y en función de los resultados activa el sistema de fraude estructural y bajo la absurda excusa de que hay filas en los colegios amplía la votación varias horas más con el doble objetivo de realizar votaciones fraudulentas en los colegios más descontrolados por la oposición y por lo tanto más bajo su control o en su caso trasladar votantes a los centros de votación.
  1. Por el sistema automático daba orden de poner personas a teclear votos y rellenaban las actas de votación en vez de la huella digital con nombres extraídos en base a la manipulación del censo electoral de personas que no habían votado o incluso con personas fallecidas. Según la información que tengo el censo está controlado por el Saime y este, a su vez, por expertos cubanos que incluso pueden realizar esta ayuda electoral desde Cuba ya que tiene un cable de comunicaciones submarino directamente de la isla a Venezuela.
  1. En todas las zonas apartadas, sobre todo rurales, a los que los controles de la oposición no llegaban o pudieran ser comprados, manipulaban el resultado electoral hasta dar en un conjunto importante de mesas todos los votos del censo de habitantes registrados al PSUV, es decir, 100% y ninguna abstención.
  1. Como cambio adicional, para generar confusión y realizar el máximo de trampas posibles legislaron que los electores podrían votar en cualquier mesa, un evidente descontrol que puede llevar a los que organicen las elecciones las trampas que consideren oportunas.
  1. Ya como una especie de broma final, se inventaron las mesas itinerantes, es decir, ellos mismos podían poner una mesa en el sitio que les diera la gana donde podrían votar quienes les diera la gana, y eso podía ser una tienda de campaña, un comercio o una oficina del partido chavista, el PSUV.
  1. Por último, tenían un sistema de compra de voto, información como otras que me dieron trabajadores de Smartmatic que tenía un sistema de compra de voto que se realizaba de la siguiente manera. La primera persona de esa mesa comprada votaba y, en vez de echar la papeleta en la urna, evadía ese trámite y le llevaba la papeleta al chavista encargado de hacerle el pago, y así verificaban que habían cumplido con su compromiso.

Esa papeleta se la daba el dirigente chavista a otro votante comprado, el cual después de votar introducía en la urna la papeleta que antes le habían dado y entrega la suya al corruptor electoral, y así seguía el circuito a cuantos electores podía comprar. Esta fuente me confirmó que ellos calculaban en 1 millón de votos el fraude por este sistema.

  1. En todo caso, por todo el control del sistema electoral que realizaba de forma partidista el régimen chavista, Tibisay podía acceder en cualquier momento al recuento de las distintas mesas para ver cómo iban las elecciones y entonces armar los elementos necesarios para conseguir de una u otra manera la manipulación necesaria para garantizar la fraudulenta victoria electoral.

Estos puntos demuestran con absoluta claridad la desviación del sistema electoral chavista que daban a entender un apoyo electoral que era difícil de comprender por la hecatombe en todas las líneas de funcionamiento del régimen, pero que se interpretaba por un apoyo de estamentos sociales de bajos recursos y que realmente era una mentira más del sistema. Es decir, parece que nunca tuvieron el apoyo electoral del cual alardearon y que solo era producto de las mentiras y trampas.

En este sentido, para hacer justicia con todos hay que decir que la oposición es en parte responsable por no haber sabido gestionar una presión y un control más eficaz del sistema electoral venezolano.

Cuando Rusia dio el paso hacia la democracia a partir de una votación en el Soviet Supremo por la famosa Perestroika, lo hizo porque había demostrado la ineficiencia productiva de su sistema económico y que, como luego se vio, era un gigante con los pies de barro. Venezuela nunca fue percibida como un gigante, pero estaba sustentado claramente por miles de mentiras estructurales, mentiras que ahora se están conociendo y su sistema electoral es, posiblemente de sus mentiras más importantes.

A veces los sistemas dictatoriales hacen amagos de elecciones. El dictador Franco en España hablaba de democracia orgánica que realmente no tenía nada de democracia, creó un órgano que se denominaron las Cortes Franquistas que funcionaban como un pseudo parlamento que se hacía ver como el órgano de participación popular, parte de sus componentes eran miembros por derecho propio, otros designados por Franco, otros elegidos por entidades corporativas. A partir de 1967 se incorporó el Tercio Familiar que eran elegidos por las provincias mediante elecciones en las que votaban los cabezas de familia.

En la dictadura cubana existe la Asamblea Nacional del poder popular con 605 diputados, hay elecciones a las que no se pueden presentar los partidos sino ciudadanos mediante reuniones vecinales. De estos denominados delegados municipales se eligen 50% de los diputados. El 50% restante es elegido por organizaciones gremiales y estudiantiles afines al gobierno. Ambos sistemas descritos, el franquista y el castrista comunista posibilitan el total control de las Asambleas por el poder dictatorial.

Sin llegar tan lejos como el modelo de estafa electoral venezolano, en otros países como ha pasado recientemente en Bolivia, tratan de alterar la voluntad popular lo suficiente para asegurarse una victoria que las urnas no le dan. También están los que pierden las elecciones e intentan desestabilizar al máximo la paz social y el sistema electoral político de un país antes que reconocer su derrota. Este ha sido el caso reciente de Leonel Fernández en la República Dominicana, en las elecciones primarias presidenciales del PLD.

Hay también una corrupción que, desde mi punto de vista, no vulnera las leyes y por lo tanto no tiene persecución penal, pero que se negocian beneficios, leyes y acuerdos a favor de personas, grupos sociales y áreas geográficas en función de la consecución de apoyos y votos parlamentarios, incluso cuando esos beneficios discriminan a la mayoría y además son contra la voluntad de esa mayoría. Sirva como ejemplo la negociación del actual gobierno de Pedro Sánchez en España, con las minorías nacionalistas y los independentistas a los que se les está entregando importantes beneficios económicos cuando además son de las zonas más ricas del país. Se intercambian apoyos para la formación de gobierno, para la aprobación de los presupuestos generales del Estado a cambio de un dinero para una de las zonas más ricas de España. También se está negociando con ellos otro tipo de cuestiones no estrictamente económicas pero que van en beneficio de sus regiones y en contra de la mayoría del pueblo español. Es legal pero no es ético y no defiende adecuadamente a los ciudadanos españoles. Eso pasa en otros países y también ha pasado en España, no de una manera no tan grave como ahora, con otros gobiernos tanto de derechas como de izquierdas.

También dañan la sociedad los conocidos como hater que traducido al español serían odiadores, que son las personas que sobre todo desde las redes sociales pero que también se la define así fuera de las mismas, las personas que difaman, desprecian y critican agresivamente a las otras personas. Las personas tóxicas son las que van a lo suyo, no tienen empatía por el prójimo e intentan utilizarlas en su beneficio propio. Más graves son los asesinos, violadores, pedófilos, ladrones y en general criminales que perjudican y dañan fuertemente a la democracia y a la sociedad en su conjunto.

Hay otros enemigos del pueblo, de la libertad y la democracia que intentan pervertir el mercado de las ideas que son el engaño y la manipulación intencionada de las estadísticas y la utilización de las redes sociales y del mundo digital con falsas identidades y robots. Aquí hay una larga lista de enemigos del ser humano y de la mano invisible que conforman el mundo, pero seguro que no están todos.

http://carlosmalodemolina.com/


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