Entre las amenazas que andan lanzando los diputados de la asamblea rojita destacan las que se le han ocurrido a la Fosforito. Ella pretende quitarle la nacionalidad a todos los que “han pedido intervención militar en Venezuela”.

De acuerdo con ella, esa petición ha ocasionado una “guerra” que ha dejado “muchos muertos”. Esta es la razón que esgrime para asegurar que esto debe ser penado con la revocatoria de la nacionalidad de los “traidores”.

Esto, lo de confiscar las tierras y las propiedades de los que se han ido y la persecución de los diputados opositores son las brillantes propuestas que hace la Fosforito y que seguramente estarán en la agenda de las reuniones que se hagan en el Palacio Legislativo.

Si nos atrevemos a usar esta lógica rojita, todo aquel que le ha abierto las puertas a una fuerza extranjera para que tome posesión de algo en el país debería ser castigado. Entonces sería bueno que ellos mismos vayan buscando adónde irse o qué nacionalidad adquirir, porque no hay mayores traidores a esta patria que los que han dejado que Cuba infiltre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, controle registros y notarías y maneje el sistema de identificación de los ciudadanos.

Que pidan la nacionalidad rusa, bielorrusa, iraní o china si es que la cubana no les gusta, porque como si hubieran nacido en esos países les han entregado minas, campos y reservas petroleras, carreteras, medios de transporte y cualquier cosa que tenga valor.

¿Qué castigo deben recibir los que rinden sumisión a un gobierno extranjero al que desde hace más de 20 años le piden las directrices para acabar con el país?

¿Cuál será la pena para los que se arrastran y rematan el oro de las reservas a cambio de unos barquitos de gasolina que eviten la paralización del país?

Y lo más grave, ¿cuántos años de cárcel se merecen por haber violado los derechos humanos de cientos de venezolanos con las granadas, las municiones, las bombas lacrimógenas?

Los rojitos deben saber que de todos los crímenes que han cometido con ayuda de gobiernos de otros países no prescriben y algún día los condenará un tribunal por eso. Solo por esto sí es verdad que no merecen llamarse venezolanos.


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