La verdad, la virtud, la justicia y la sabiduría son cuatro conceptos que han sido tradicionalmente considerados como fundamentales para la existencia humana, en pocas palabras, son los cuatro lados de la vida. En conjunto, este cuarteto de pensamientos representa una visión ideal del ser, del individuo para hacer frente a su realidad, además, determina el proceder para una supervivencia decorosa y plena.

Para entender un poco este juego a cuatro bandas vamos a analizar cada uno de ellos, para así comprender la esencia en su conjunto. Empecemos con la verdad, la cual se caracteriza por ser un proceso de indagación y descubrimiento, que tiene como objetivo conocer la realidad tal como es. Es un esfuerzo constante para interpretar el mundo que nos rodea, tanto para nosotros mismos como para los demás.

La búsqueda de la verdad puede realizarse de diversas maneras, como a través de la ciencia, la filosofía, la religión, el arte, o simplemente mediante la observación de la realidad. No hay una única forma de buscar la verdad, y cada persona debe encontrar el camino que mejor se adapte a su forma de ser y de pensar.

Para entender la verdad que nos rodea, los seres humanos apelamos a la observación del mundo que nos circunda, de esta forma recogemos datos; luego, el siguiente paso para descifrar el entorno, comienza con la fase de experimentación, que tiene la finalidad de comprobar las hipótesis que den alguna explicación a lo que percibimos a través de los sentidos.

Lo anterior nos conduce al razonamiento, en la cual utilizamos la lógica y la racionalidad, para llegar a unas conclusiones que logren explicar el evento analizado. Y, por último, queda la reflexión, es decir, pensar y meditar sobre la realidad estudiada.

La búsqueda de la verdad es un proceso que puede ser difícil y desafiante, pero también es muy gratificante. Cuando logramos encontrarla, podemos comprender mejor el mundo y tomar decisiones más acertadas.

Por consiguiente, en el contexto de la vida humana, escudriñar la verdad es una búsqueda de significados y propósitos. Es un esfuerzo por encontrar nuestro lugar en el mundo y entender nuestra relación con los demás. Puede llevarnos a descubrir nuevas cosas sobre nosotros mismos, ayudándonos a crecer como personas y a vivir una vida más plena y satisfactoria. La verdad es una parte esencial de la condición humana. Es un impulso que nos lleva a explorar el mundo y a descubrir nuestro lugar en él.

El otro lado a estudiar es la virtud, que consiste en el esfuerzo que una persona realiza, para desarrollar en sí misma las cualidades morales, que la llevan a actuar de manera buena y correcta. Es un proceso de aprendizaje y crecimiento personal, debido a lo cual requiere de esfuerzo, dedicación y constancia.

Las virtudes son cualidades que nos permiten alcanzar nuestro pleno potencial como seres humanos. Nos consienten vivir de forma plena y satisfactoria, tanto para nosotros mismos como para los demás. Es una aptitud personal que se considera buena y correcta. Uno de los pilares de la virtud es la justicia, la cual consiste en la disposición de dar a cada uno lo que le corresponde; otro atributo sería la fortaleza, que consta en resistir las adversidades y superar los obstáculos; a esto se le une la templanza, que nos ayuda a controlar los propios deseos y emociones; no hay que dejar de lado a la prudencia, que nos indica el camino para tomar decisiones acertadas y, por último, la generosidad, que se basa en la disposición a dar a los demás sin esperar nada a cambio.

Por los puntos antes expuestos, buscar la virtud es un recorrido que nos guía hacia una vida más plena y feliz. Es un camino que nos convierte en mejores personas y nos ayuda a construir un mundo más justo y solidario. Para lograr esos objetivos, debemos comenzar por lo más simple, que es conocerse a sí mismo, es decir, saber qué virtudes necesitamos desarrollar, cuáles serían nuestras fortalezas y debilidades y cuáles serían los valores más importantes para nosotros. Esto nos ayudaría a fijar metas realistas, es decir, tener los pies sobre la tierra, para poder así alcanzar metas posibles y no diluirnos en objetivos inalcanzables. Para ello, no tengamos miedo en buscar apoyo de los demás, compartir con amigos, familiares o en caso extremo, con un profesional de la salud mental nuestros temores, fobias o incertidumbres, esto nos permite mantenernos motivados y facilita superar los desafíos.

Claro, a veces es fácil decirlo y escribirlo en un par de líneas, pero el éxito estriba en ser pacientes, todo llega, todo tiene su espacio. El desarrollo de las virtudes lleva tiempo y esfuerzo. No hay que desanimarse si no ves los resultados de inmediato. Esto es una carrera de resistencia, ya que buscar la virtud es un viaje que dura toda la vida. Pero esa constante búsqueda, nos convierte en mejores personas y nos ayuda a construir un mundo más justo y solidario.

El otro lado del cuadrado de la vida, consiste en la búsqueda de la justicia, es decir, esforzarnos por alcanzar un estado de equidad y equilibrio en el que todos sean tratados con imparcialidad, sin importar su raza, religión, género, orientación sexual, estatus social o cualquier otra condición. Es un ideal que ha sido perseguido por la humanidad durante siglos, y que aún hoy sigue siendo un objetivo difícil de alcanzar.

Hay muchas maneras de buscar la justicia. Una forma es a través del sistema legal, trabajando para asegurar que las leyes sean justas y que se apliquen de forma equitativa a todos. Otro modo, es por medio de la acción social, esforzándose para promover la igualdad y la ecuanimidad en la sociedad. También se puede buscar la justicia a través de la educación y la concienciación, luchando para crear una sociedad más íntegra y razonable.

La búsqueda de la justicia nos conduce hacia la defensa de las personas marginadas o discriminadas, luchar contra la corrupción y la injusticia, promover la equidad de género, la igualdad de oportunidades y trabajar para proteger el medio ambiente. En esencia, buscar la justicia es una tarea importante y desafiante, pero es esencial para crear un mundo más justo e imparcial para todos, pero el ejemplo empieza por casa, es decir, hay que tratar con nuestro comportamiento, ser un modelo de justicia en nuestra propia vida, actuando de forma justa e imparcial con los demás, porque cada pequeño acto de justicia, puede marcar la diferencia.

La exploración de la justicia, es un proceso de aprendizaje y crecimiento personal, que busca adquirir un conocimiento profundo y comprensivo de la vida. Es un viaje que no tiene un final, ya que siempre hay algo nuevo que aprender.

Y el último lado de los cuatro de la vida, pero no menos importante, está la sabiduría, la cual se puede alcanzar a través de diferentes medios, como la educación, la experiencia, la reflexión y la meditación. Examinemos cada pieza de este rompecabezas, empezando por la educación, la cual nos proporciona conocimientos y herramientas para entender el mundo que nos rodea. La experiencia, nos da una perspectiva única sobre la vida. La reflexión, nos ayuda a procesar y comprender lo que hemos aprendido. Y la meditación, nos permite conectar con nuestra intuición y sabiduría interior.

Por las razones antes expuestas, la búsqueda de la sabiduría es un viaje que puede ser gratificante y desafiante. Es una travesía que nos lleva a descubrir nuestro verdadero yo y a vivir una vida más plena y significativa. Lo anterior suena algo ingenuo, no estoy idealizando una realidad, ni viajar al país de nunca jamás, la finalidad es dar entender los beneficios de buscar la sabiduría, ya que nos permite tener una mejor comprensión del mundo y de nosotros mismos, una mayor capacidad para tomar decisiones acertadas, una mayor capacidad para resolver problemas, una mayor capacidad para afrontar los desafíos de la vida y una mayor felicidad y satisfacción personal.

Hay muchas maneras de buscar la sabiduría. Algunas personas lo hacen a través de la educación formal, como a través de las escuelas, liceos o universidades. Otras, lo hacen a través de la experiencia personal, como viajar, trabajar en diferentes campos o tener relaciones significativas. Y otros, lo hacen a través de la reflexión y la meditación.

No hay una manera correcta o incorrecta de buscar la sabiduría. Lo importante es encontrar lo que funciona mejor para ti y comprometerte con el proceso. Para lograrla, hay algunos elementos a tomar en cuenta, como la curiosidad, es decir, no tener miedo de preguntar y explorar nuevas ideas. Además, ser abierto a nuevas experiencias, para poder así salir de la zona de confort y experimentar cosas que nunca antes has hecho. No debemos dejar atrás la reflexión, tomarnos el tiempo para pensar en lo que has aprendido y cómo puedes aplicarlo a tu vida. Eso sí, dejar de lado la impaciencia, suena fácil, pero todos sufrimos de ansiedades, inquietudes y zozobras, pero hay que buscar un equilibrio entre nuestras intranquilidades y la paciencia, para ello se necesita tiempo y esfuerzo, mucho esfuerzo.

Sin embargo, la búsqueda de la sabiduría es un viaje que vale la pena emprender. Es un periplo que nos puede ayudar a vivir una vida más plena y significativa. Por supuesto, nadie es perfecto y todos cometemos errores. Sin embargo, si nos esforzamos por existir de acuerdo con estos cuatro lados, vale decir, con la verdad, la virtud, la justicia y la sabiduría, podemos crear un mundo más bueno y justo, tolerante e íntegro. Soñar es fácil, concretar el sueño es lo complicado.


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