Después de escuchar los planteamientos esbozados por el constituyente Pedro Carreño acerca de la inminencia de “una guerra de liberación mundial” en la que los ejércitos de milicianos van a invadir los países del Pacto de Lima en una especie de campaña admirable que llevaría, según la visión de este sector de revolucionarios, a una finalización de la tarea de Simón Bolívar y Francisco de Miranda de liberación integral de nuestro continente en el siglo XXI, ha surgido la inspiración de escribir sobre ese universo particular en el que se desenvuelven el pensamiento de dichos grupos revolucionarios y  tratar de entender la visión específica que tienen de los problemas que nos aquejan y el final previsible que desembocará su accionar.

En este sentido, es importante señalar lo siguiente:

  1. Economía: sin duda alguna la materia más difícil de entender por un seguidor del socialismo del siglo XXI, debido a su creencia dogmática y por ello inquebrantable, es el papel del Estado en la solución de todos los problemas sociales y económicos. Basado en su idea de que solo el gobierno persigue el bien común en manos de un grupo de elegidos (entiéndase los revolucionarios), que asume todas las competencias administrativas, desde las más nimias hasta las rectoras, desprecian profundamente que la sociedad civil y el sector privado puedan gestionar tareas de alguna importancia social y económica, convencidos por su influencia marxista-leninista de que todos los empresarios son enemigos de la clase trabajadora y como tales enemigos del pueblo.

Esta firme creencia en el estatismo, reforzada por un Estado rentista, es la receta que explica la creación interminable de institutos autónomos, fundaciones y ministerios para gestionar cualquier asunto de interés público. También es la que justifica plenamente las expropiaciones y ataques contra las empresas privadas de los últimos 20 años, que inicialmente eran en muchos casos aplaudidas eufóricamente por los mismos trabajadores que odiaban a los dueños de sus empresas por no compartir sus dividendos o riquezas, o como les gusta decir, su “plusvalía” entre la masa trabajadora.

El resultado final de estas creencias es la concreción de más de 30 ministerios, más de 800 empresas públicas nacionales y sin duda una amplia lista de instituciones estadales y municipales que son apenas carcamanes o botellas vacías, llegando al extremo de lograr lo impensable por J. D. Rockefeller: destruir una empresa petrolera, como nuestra Pdvsa. Es apenas imaginable los recursos financieros que se harán necesarios para su rescate operativo.

Lo más lamentable de esta tragedia es que los socialistas del siglo XXI piensan que lo están haciendo bien y que lo que está ocurriendo es culpa del imperio, por lo cual, en un país sin sanciones estadounidenses y con un barril de petróleo a 150 dólares, construirían una economía capaz de competir con Suiza, Singapur o Japón.

  1. Ideología: es una de las características más notables de la concepción del mundo, según estos particulares revolucionarios que descubrieron que la caída del Muro de Berlín en 1989 y la desaparición de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia no tenía nada que ver con ellos, porque allí nunca hubo socialismo, mas sí en Cuba y en Venezuela, donde se estaba construyendo el verdadero socialismo que aquí se definió como el socialismo del siglo XXI. Partiendo del no reconocimiento de estos hechos, heredaron el odio de la “lucha de clases”, el concepto del imperialismo como fase superior del capitalismo y lo unieron a las ideas antiglobalización surgidas a finales del siglo XX y las ideas indigenistas y antiestadounidenses propias de la tradición política latinoamericana.

Era natural esperar que esta ensalada de ideas terminara germinando en un “pasticho” de odios incurables hacia los empresarios, los países prósperos de Occidente y toda iniciativa privada, sea económica, cultural o filantrópica.

Por ello es que iniciativas como el Foro de Sao Paulo o planteamientos como la guerra de liberación mundial o la búsqueda de la independencia de Puerto Rico o Curazao, son propuestas lógicas de los dirigentes revolucionarios que desean acabar con las clases dominantes políticas y económicas que practican el capitalismo en el planeta Tierra y liberar a los miles de millones de oprimidos, pero se quejan cuando estos grupos económicos y políticos los toman en serio y deciden exterminarlos a como dé lugar.

La consecuencia de estas creencias es la guerra sin cuartel del Partido Republicano y del mismo Donald Trump para destruir al PSUV al asumir que es el cocktail mismo de todos los males que aquejan al planeta y que amenaza los cimientos mismos de la civilización global con su financiamiento y apoyo gubernamental a grupos anticapitalistas, que ya deberían estar extintos como el hombre de Neanderthal,  tal como plantean los defensores del capitalismo.

  1. Delincuencia organizada: de todos los enemigos que enfrenta Estados Unidos después de su victoria en la guerra fría, ninguno le preocupa más que la delincuencia organizada, debido a su extensión global, mimetización en la sociedad, dificultad de erradicación y efectos nocivos en la economía y la política como un poderoso virus patógeno a un cuerpo biológico. A este respecto es importante leer al venezolano Moisés Naim, reconocido en el mundo por sus escritos sobre el tema y que en el caso específico de la Venezuela del siglo XXI tiene diversas aristas de consideración:
  • Contrabando: jamás fue posible controlar el tráfico de medicinas, alimentos, papel moneda y especialmente de combustibles hacia Colombia, Brasil, Guyana y las Antillas, por lo cual se convirtió en un problema estructural que solo se reduce cuando desaparece la oferta desde Venezuela. En este sentido se puede apreciar como un punto importante el fracaso de las políticas económicas del gobierno.
  • Bandas organizadas: con un total de 110 bandas organizadas en todo el país, según reportes de prensa del mes de agosto del año en curso, es un hecho concreto que dentro de nuestra cultura apareció la figura del “P.R.A.N.” convirtiéndose en un fenómeno social que permeó la cultura popular y logró una aceptación inesperada de reconocimiento y popularidad en algunas capas de la población. Es muy corto el espacio para describir este tema en profundidad.
  • Narcotráfico: es sin duda el tema más complicado de analizar por todas las complicaciones políticas que implica y el cruce de informaciones entre diversos países que se acusan entre sí sobre las verdaderas dimensiones de este fenómeno delictivo a nivel gubernamental. Lo que sí es cierto es que ha sido el punto principal de las denuncias interpuestas por el gobierno de Trump hacia ciertos actores políticos en Venezuela.

La consecuencia de estos fenómenos fue la categorización de Venezuela como amenaza inusual por parte de la Seguridad Nacional de Estados Unidos y con ello el comienzo de la articulación de las políticas estadounidenses contra Maduro hasta el presente día. La persecución implacable que se realiza ahora y en el futuro en muchos países contra muchos funcionarios y empresarios afines al PSUV se apoya en estas ideas, sea que tienen fundamentos o no.

  1. Conflicto armado: este último punto, alejado del concepto de terrorismo para no afectar el análisis político, implica la inserción de Venezuela en el conflicto árabe-israelí, en el conflicto China y Rusia versus Estados Unidos, en el conflicto armado colombiano y, en fin, en las disputas no violentas de cualquier grupo antioccidental y libertario o antiimperialista, que terminó llevando a situaciones extremas como la expulsión de la Embajada de Israel de Venezuela y que en la actualidad ha llevado a la posibilidad de un conflicto bélico con Colombia, Brasil y Estados Unidos, que pudiera ampliarse a toda la OTAN de cumplirse las amenazas de Pedro Carreño de atacar bases militares en Aruba y Curazao, a pesar de las obvias disparidades militares existentes.

Es evidente, que la idea de un conflicto militar está muy presente en la mentalidad de los funcionarios gubernamentales con la creación de un ejército de más de 2,5 millones de milicianos que se anuncia adiestrado y equipado para la guerra contra los enemigos internos y externos del gobierno.

Por ello, es importante entender que esta situación extremadamente grave, puede ser el punto y final del actual gobierno, de concretarse la amenaza de intervención del TIAR y enlazarse con las denuncias de apoyo logístico a los grupos irregulares, denunciados por la República de Colombia.

En conclusión, existen problemas fundamentales de interpretación de la realidad política que afectan la comprensión de los problemas sociales y económicos por parte de los políticos revolucionarios y estos conceptos pueden llevarlos a la destrucción en casos extremos como la intervención militar estadounidense y colombiana.

Esperemos una luz de comprensión final que nos ahorre una tragedia espantosa de inmensos costos sociales de no realizarse un proceso franco y exitoso de negociación política.


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