Si algo caracteriza a la cúpula madurista es el exceso de bazofia que emanan en sus distintas declaraciones. Individuos como Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Jorge Rodríguez, Tareck el Aissami o Freddy Bernal llevan la batuta en estos ordenes lingüísticos, pero también emplean a mampuestos y panegíricos para que secunden cada uno de los exabruptos históricos o barbaries políticas, económicas o sociales con los cuales quienes usurpan el poder en Miraflores intentan seguir confundiendo y engañando a la población.
Uno de tales iletrados es Pedro Carreño quien funge como una suerte de marioneta manejada a control remoto –y además es “doctor”– que desde Twitter no solo escribe con sendos errores de ortografía, como por ejemplo, “sosobra” por zozobra¹, sino que en programas de televisión, palabras más, palabras menos asegura que en caso de originarse una suerte de guerra regional –vaya manera de declarar la “paz”– el madurismo liberaría a los pueblos de Colombia, Antillas Neerlandesas y Guyana², cuyas declaraciones llegan al paroxismo cuando asegura que en caso de que Venezuela llegara a ser invadida, “en 11 segundos puede llegar un sukhoi a Bogotᔳ, algo así, como que en ese tiempo derrocarían al gobierno de Iván Duque, es decir, “liberarían a Colombia”. Por supuesto, nunca escucharemos decir nada en boca de este espécimen de la comprensión política, ninguna condena porque Iván Márquez o Jesús Santrich declaren nuevamente la guerra al país neogranadino como disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y por el contrario, es de quienes dicen que tales “soldados de paz” siempre serían “bienvenidos” en Venezuela.
De hecho, sobre lo anterior, Pedro Carreño también demuestra su ignorancia ante las leyes fundamentales de la Física, porque si asumimos que 11 segundos equivalen a 0,003 horas, y la ciudad venezolana más cercana a Bogotá es San Cristóbal, cuya separación en línea recta de la capital colombiana sería de 393 kilómetros, esto quiere decir que al aplicar la fórmula de que tiempo (T) es igual a distancia (D) sobre velocidad (V), (T=D/V), pues al calcular esa “velocidad” tendríamos como resultado que dividir los 393 kilómetros sobre las 0,003 horas, nos daría la astronómica velocidad de 1.286.168 km/hora; algo que ni las naves espaciales del futuro podrían desarrollar cuando menos en este siglo. Es más, con tales bravuconerías Pedro Carreño deja muy mal parados sus “conocimientos militares”, cuando se asume que viene de ser integrante de la Fuerza Armada, porque la velocidad máxima de un Sukhoi es de 2.350 km/h, cuyo tiempo de llegada a Bogotá de tal misil al aplicar los valores correctos de la distancia y la velocidad de 393 km sobre 2.350 km/h sería igual a 0,16 horas, o sea, un mínimo de 10 minutos. En otras palabras, habría tiempo suficiente para que Colombia pudiera activar cualquier sistema antiaéreo.
Lo insólito de estas provocadoras y desafiantes palabras de Pedro Carreño, intentando desesperadamente hacer ver que el madurismo controla una Fuerza Armada llena del más alto componente tecnológico en materia militar y con más de 2 millones de milicianos, quienes estarían listos y dispuestos a inmolarse por el régimen corrupto y criminal que somete a la población con un salario mínimo mensual de 2 dólares –el más bajo del planeta– bajo el cual los venezolanos carecemos de servicios públicos esenciales como agua, luz y gas, sin obviar las calamidades en salud, educación, transporte y seguridad, es que apenas hace unas semanas, un criminal apodado “el Coqui” junto con sus secuaces obligó a las fuerzas policiales de élite asesina que tiene el régimen a abandonar la trinchera de lucha que tuvieron con el jefe de dicha banda en la Cota 905 en Caracas⁴, al punto de que hasta varios funcionarios fueron heridos en tal enfrentamiento. O para ir un poco más a la historia contemporánea, aún están vigentes las imágenes de cómo esos “milicianos” que nos habla Carreño salían espantados al ver el dron que supuestamente tenía intenciones de liquidar a Maduro en un acto “presidencial”, y cuyo evento también dejó militares heridos⁵.
Que la claque madurista que compone Pedro Carreño se vea desesperada, nerviosa hasta decir públicamente en horario de todo usuario frases como “no me jodas”, emulando a un conocido presidente de quien fuera en su momento un representante de la agonizante cuarta república en relación con las preguntas que le hacía un periodista, es otro signo de que el régimen ya solo le queda la ofensa, la mentira, la calumnia y el surrealismo para intentar mantenerse en el poder. La praxis política no puede torcerse y menos cambiarse, porque sería como intentar evitar un movimiento telúrico o la formación de huracanes. Es simple. La naturaleza no puede trastocarse, aunque intenten por todos los medios en diferir la realidad política.
Pedro Carreño es el espejo del madurismo ramplón, corrupto y seudosocialista que mientras ignora el hambre de un pueblo, él vive cual jeque árabe, usando ropas, corbatas y zapatos de las más afamadas marcas europeas⁶, sin pudor alguno; mientras la población tiene que trasladarse en las llamadas “perreras”, él se desplaza en camionetas Toyota último modelo o mientras millones de venezolanos carecen de servicios públicos, semejante “revolucionario” hasta tiene gimnasio privado en su residencia ubicada en los espacios que ellos llaman son de las “oligarquías”⁷.
Seguimos escribiendo el capítulo final de esta historia. Al parecer no en pocos de la cúpula madurista esos 11 segundos señalados por Carreño podrían ser suficientes para encontrar el deceso de la agonía política que les acompaña, o para el comienzo de una larga condena.
En síntesis, Carreño es otro hablador de paja. Un provocador de oficio, cuya ética y moral están hundidas en lo más putrefacto del averno.
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¹ https://twitter.com/jvivassantana/status/1171380034646564864
² https://twitter.com/jvivassantana/status/1171385383768268800
³ https://caraotalibre.cf/hoy/pedro-carreno-sukhoi-bogota
⁶ https://www.youtube.com/watch?v=KEGp_LQrEn0&feature=youtu.be
⁷ https://twitter.com/zuricht94/status/1159449328332738560