El trabajo de Jean Paul Pinto, titulado “Las herramientas de la prospectiva estratégica: usos, abusos y limitaciones” (Cuadernos de Administración, Universidad del Valle, Colombia, No. 40, jul. – dic. 2008) comienza con estas palabras: «La característica omnipresente en todo estudio de prospectiva debe ser la reflexión colectiva sobre el futuro. Nada reemplaza al intelecto humano en la construcción del futuro, ni siquiera el más sofisticado de los modelos informáticos. Es fundamental asignar la mayor parte del tiempo del que se dispone, al análisis de los variables y actores que permitirán configurar el escenario…». En palabras más llanas, en “la anticipación del futuro posible para esclarecer la acción” (Michel Godet dixit) lo verdaderamente fundamental es establecer las variables y los actores.

Hace diez años, en 2010, en la Universidad Metropolitana y para obtener su título de economista, Guillermo Burgos, Iván Humpierres y Carlos Klempler, bajo la guía de Orangel Alva, materializaron un trabajo de grado en el que aplicaron las herramientas de la escuela francesa de la prospectiva, ello con la finalidad de plantear escenarios relacionados con la capacidad de Pdvsa, para el año 2020 (año actual), para honrar su deuda financiera acumulada hasta el año 2009.

Y es que finalizado 2009 y de acuerdo con una fuente específica citada en el trabajo de grado, la deuda financiera de Pdvsa había sobrepasado los 21.000 millones de dólares, magnitud que para la época, considerados los eventos de ese entonces y los ingresos de Pdvsa, permitía abrigar dudas en torno a la capacidad de pago de la estatal venezolana en el futuro.

Los autores utilizaron el Método Delphi para consensuar la opinión de siete  expertos en torno a las variables y los actores relevantes relacionados con la generación de ingresos de Pdvsa.

Las variables principales consideradas fueron diez, de las cuales las tres más influyentes fueron: Cuota OPEP, nivel de exportación de Pdvsa y capacidad de produccción de Pdvsa. De igual modo, los actores clave también fueron diez, de cuales los más influyentes resultaron ser cinco: Estados Unidos, el gobierno nacional, la OPEP, los países del Medio Oriente y Pdvsa.

Las hipótesis fueron tres: H1: Para el año 2020, se duplica el monto de la cuota OPEP para Venezuela con respecto a la de 2010. H2: Para el año 2020, el nivel de exportación petrolera de Venezuela alcanza entre 2 y 2,5 millones de barriles diarios. H3: Para el año 2020, Pdvsa alcanza una capacidad de producción de 3,5 millones de barriles diarios.

Así y con base en el procedimiento en la tesis señalado se obtuvieron 9 escenarios, de los cuales 6 resultaron con probabilidades de ocurrencia menores o iguales a 5,1% y uno resultó con probabilidad de ocurrencia de 13,8%. Los restantes 2 escenarios, los más probables para el año 2020  -o año actual-, fueron el Nº. 1, con 36,7% de probabilidad de ocurrencia, en el que se cumplen las tres hipótesis y el Nº 8, con 30,2% de probabilidad de ocurrencia, en el que no se cumple ninguna de las tres hipótesis.

Por supuesto que, en términos absolutos y matemáticamente hablando, 36,7% es mayor que 30,2%. Sin embargo y para efectos prácticos, ambas probabilidades de ocurrencia son iguales, aunque los escenarios son diametralmente opuestos.

Desde la perspectiva de trabajo de grado de marras, en el año 2010 –es decir, hace 10 años– y de acuerdo con el juicio de tres estudiantes de pregrado, Pdvsa se encontraba en una encrucijada con dos futuros posibles cuya materialización en el año 2020 dependía de su sola determinación –en realidad, de la determinación de su gerencia– para actuar en su presente con el propósito de lograr el escenario deseado.

El caso es que llegamos a 2020 siendo el primer país del mundo en reservas probadas de crudo, con 303,3 mil millones de barriles (Statistical Review of World Energy, BP, junio 2019) y, sin embargo, no solamente estamos sin capacidad de pago –en default– y sin gasolina, sino también sin producción y sin capacidad de procesar la producción. Según el reporte mensual de la OPEP Monthly Oil Market Report del mes de enero de 2010, nuestra producción según fuentes secundarias para el mes diciembre de 2009, mes en que la deuda financiera de Pdvsa alcanzó los 21.000 millones de dólares, se encontraba en 2,27 millones de barriles diarios. El mismo reporte, 10 años después, en mayo de 2020 y con la misma auditoría con base en fuentes secundarias, señala que para abril de 2020 la producción venezolana fue de apenas 622.000 barriles diarios.

Precisamente y con relación a la producción, no había que ser un experto petrolero para saber que la misma depende del mantenimiento de la capacidad de producción. En palabras más llanas, el crecimiento de los ingresos por concepto de venta de la producción depende del crecimiento de la inversión continua en producción: lo que no sucedió nunca desde 1999.

 


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