La idea no es nueva ni es mía. Varios analistas y expertos indican que parte del desierto del Sahara puede ser una “potente zona de generación eléctrica” aprovechando plantas o granjas con millones (sí, leyó bien: millones) de paneles solares.

Sahara es un desierto cálido (el más grande del mundo), con superficie de 9.400.000 km² de superficie (todo el norte de África) y según algunos con sólo instalar paneles solares en menos del 5% de su área territorial se podría alimentar con electricidad a toda Europa, sin problemas. Se debe considerar, obviamente, las inversiones en infraestructura de granjas solares, infraestructura de distribución y otras; pero serían inversiones con mercados asegurados.

El desierto del Sahara es prácticamente una tierra sin utilidad económica, con 12 horas calientes al día y no dudaría que los gobiernos africanos, ávidos de inversiones internacionales, puedan poblar de granjas solares esa zona territorial, con buenos impactos al entorno. Y lo principal: para vender electricidad que traiga dólares (ansiados) al África.

Conceptualmente todos sabemos que hay que aprovechar la energía que el sol nos brinda, para ello la idea es “sembrar” el mundo de granjas solares, cuyos costos son menores, por ejemplo, a procesos exploratorios de petróleo y gas o a construcción de plantas nucleares. Aunque este dato podría variar según circunstancias, contextos y entornos, pero se tiene que más o menos el costo de construcción de una planta para generación de 2 Gwe (Gigavatio eléctrico) es de aproximadamente 5.000 millones de dólares; el de una planta para energía nuclear de 30 TW (Tera vatio) sería, aproximadamente, de 50.000 millones de dólares (fácilmente unas diez veces más).

El mundo utiliza carbón, petróleo, gas, nuclear y renovables para alimentar su sed de energía. De momento continúa la fuerte presencia de petróleo en el mix energético mundial, de igual forma que carbón; se mantiene la esperanza del gas como fórmula de transición con renovables que aún no se consolidaron como fuente principal de alimentación energética global.

El mundo debe estar utilizando, más o menos, 20.000 millones de toneladas equivalentes de petróleo (23 000 MTOE) en energía.

Ninguna de las otras fuentes de energía podría competir con la generación eléctrica vía solar (de estar totalmente utilizada en el planeta) y por ello la idea de “cubrir” parte del desierto de paneles solares (algunos entendidos indican que bastaría cubrir 4% del desierto para tener la demanda europea cubierta) por al menos una década.

La meta de electrificar el transporte, la industria, hogares y toda le economía vía generación solar es una meta realizable en el tiempo; con métodos tecnológicos y de eficiencia que permitan el almacenaje, y la reducción de pérdidas de electricidad en la distribución.

Por supuesto que, como siempre subrayo, el gas natural continuará siendo un puente de “transición” barato y fácil de extraer, entre las renovables y las energías fósiles y de forma paralela se empezará a desarrollar mejores tecnologías para, por ejemplo, perfeccionar la industria (hoy naciente) del hidrógeno que va a necesitar grandes almacenantes (algunos apuestan tempranamente a baterías de zirconio o titanio).

Para lograr “sembrar” de granjas solares ese desierto, o cualquier superficie, los técnicos a nivel global trabajan ya en: 1) mejorar las condiciones de factor de capacidad de los paneles; vale decir que puedan llegar a 100% de capacidad de generación/utilización y a periodos más largos; 2) mejora en sus condiciones de construcción e instalación; 3) mejora en condiciones de recolección de electricidad generada y reducción de pérdidas de transmisión; 4) mejorar los costos de generación eléctrica por vatio, vía solar; y 4) finalmente se sigue trabajando en “almacenar” electricidad. Eso queda pendiente.

Los países africanos que son parte del desierto del Sahara, Argelia, Chad, Egipto, Libia, Marruecos, Mauritania, Malí, Níger, República Árabe Saharaui Democrática, Sudán y Túnez, en el marco de sus políticas de integración política y comercial, podrían discutir y promover una sola legislación multipaís, para atraer inversiones, lograr condiciones regulatorias específicas y de aprovechamiento del desierto del Sahara.

Tiene que ser una legislación moderna, liberal, abierta a la tecnología, que brinde seguridad y blinde inversiones de cualquier aspecto de política interna de cada país. Tener una especie de “superorganismo multinacional” para ayudar a inversionistas privados a “sembrar” el desierto de proyectos solares, con el fin de generar electricidad para el entorno africano, pero principalmente para un mercado que siempre va a requerir electricidad: Europa.

@BorisSGomezU


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