Borrell, Unión Europea
Josep Borrell | Foto EFE

La libertad de Venezuela, hoy más que nunca, es en alto grado responsabilidad de la comunidad internacional. Después de la consulta popular del pasado diciembre, cuando los venezolanos opinaron “Sí” en 99% a la pregunta tres: ¿Ordena usted adelantar las gestiones necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad?, a esta respuesta y por encima de las dos primeras preguntas que obtuvieron 97%, los participantes hicieron un llamado de auxilio a la comunidad internacional para que intervenga con acciones y no con más retórica. Tampoco debemos olvidarnos de que la Corte Penal Internacional se pronunció sobre el caso venezolano, en el que reconoce que existen crímenes de lesa humanidad, a lo cual debe sumársele el lamentable caso de los balseros en busca de la libertad, huyendo del régimen criminal, que fallecen en el mar y por lo tanto, la falta de una acción real en contra de la narcodictadura y del gobierno de Trinidad y Tobago, ambos culpables de esos horrendos crímenes de lesa humanidad. Además, está la aprobación de extradición de Alex Saab, para Estados Unidos y sus consecuencias para la narcodictadura.

En cuanto a la consulta popular, la comunidad internacional ya no tiene ninguna excusa  para tomar medidas concretas, pues los países que han apoyado al gobierno interino habían argumentado la necesidad de que fuera el pueblo el que exigiera el apoyo internacional a través de una consulta a los venezolanos, donde se solicitara formalmente salir de la narcodictadura, realizar elecciones libres y verificables y pedirle a la comunidad internacional la implementación de la “Responsabilidad de Proteger a la Población” (R2P). En este sentido, el representante del gobierno (i) en Israel, el rabino Pynchas Brener, es de la opinión que si se escogió un camino para salir de la dictadura, en la consulta popular, debe ser respetado, refiriéndose a Guaidó: “Debería capitalizar, de forma más eficiente, su respaldo internacional”. El embajador Brener piensa que el presidente (i) debe dirigirse directamente a los países que lo apoyan, para hacer valer el mandato del pueblo venezolano, expresado en la consulta popular.

Lo cierto es que el apoyo de la Comunidad Europea al gobierno (i) muestra grietas, lo cual se deduce de lo expresado por Josep Borrell, quien califica a la Asamblea Nacional legítima como saliente; pero, por otra parte, la vicepresidente del Parlamento Europeo, Dita Charanzová, declaró su apoyo a Juan Guaidó como presidente encargado. Las últimas actuaciones del Parlamento Europeo reconocen a Guaidó como un importante actor político, pero en ningún momento se refieren a él como presidente. Sin embargo, algunos países de Europa, como el caso del Reino Unido, ha declarado que continúa reconociendo, como legítimo al gobierno (i) y no es de extrañar que otros, de manera individual y no en el contexto de la Unión Europea, también sigan aceptando a Guaidó como el presidente legítimo.

En otras palabras, Juan Guaidó tiene la obligación de tomar medidas más concretas para que los gobiernos del mundo, que aún lo apoyan, actúen en consecuencia a favor del acompañamiento internacional, porque se le está acabando el tiempo. Las recientes elecciones de Estados Unidos, como todo lo indica, con el consecuente cambio de dirección, debe variar el tipo de apoyo a Guaidó, porque aunque lo continúen reconociendo como el gobierno legítimo, el nuevo gobierno del gigante del norte puede cambiar la estrategia y utilizar a Cuba como un mediador para intentar un diálogo que lleve a unas rápidas elecciones presidenciales, en las que quizás recomienden darle cabida a representantes de la actual narcodictadura.

Si hay un cambio de rumbo en Estados Unidos tendrán que atender muchos problemas cosméticos, y por lo tanto, querrán solucionar el problema de Venezuela de la manera más rápida posible. De esta manera, cumplen su promesa con los venezolanos y a la vez podrán demostrar ante el mundo que están tratando de hacer algo para la recuperación de la democracia en Venezuela.

Por eso, el gobierno interino debe actuar rápidamente, pues las dudas serán aprovechadas por la narcodictadura para perseguir a los opositores, detenerlos y quién sabe qué más sean capaces de hacer en contra de diputados legítimos y otros líderes. El gobierno (i) tiene la obligación de cumplir el mandato que le dio el pueblo en la consulta popular, para que de esa forma la coalición de países que aún lo apoyan se aboquen para colaborar en sacar a la banda de criminales que desgobiernan a Venezuela.

Con relación a la Corte Penal Internacional, Venezuela, necesita el apoyo de la comunidad internacional para presionar y acelerar el proceso que se le sigue a los miembros de la narcodictadura por estar incursos en crímenes de lesa humanidad. También, en el ámbito jurídico está el caso de Alex Saab, testaferro de la pareja de mafiosos que usurpa el poder en Miraflores. Saab es una pieza clave que conoce todos los negocios ilícitos de la narcodictadura y su relación con Irán, Rusia y China. Alex Saab no querrá pasar toda su vida en prisión y salir cuando ya sea un anciano, por lo cual no hay duda de que va a colaborar con las autoridades estadounidenses, para destapar la olla podrida de corrupción y apropiación indebida de las riquezas mal habidas por la banda de delincuentes que desgobiernan a Venezuela. En conclusión, la unidad de acciones de la comunidad internacional, y de todos los venezolanos, dentro y fuera del país, será vital para recuperar nuestra anhelada libertad. “La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo” Isaac Newton.


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