La repetición de planteamientos sobre la realidad política venezolana es necesaria ante la corta memoria que en general induce a las personas al olvido, especialmente ante la formidable carga informativa que determina que los contenidos se digieran instantáneamente y se diluyan. Esto ocurre con el desarrollo de acontecimientos de todo orden donde los actores políticos que cambian de rumbo con inusitada frecuencia, ejercen el populismo y el oportunismo con destreza; ello determina el rechazo emocional de quien los ve, lee, a quienes simplemente se les acusa de colaboracionistas, corruptos, o que se enrolaron en la política del régimen persiguiendo objetivos propios o interesados, incluso llegando a la perversión de la cohabitación indeseable con el régimen.

Se ha señalado también de manera reiterada el tema de la continuidad de la fulana negociación entre partes que tienen mucho en común y cuyos integrantes no son popularmente reconocidos como dirigentes, sino como líderes de cartón por el simple hecho de que no representan a nadie. Sus propósitos se centran en la necesidad de un proceso electoral para dentro de dos años, pero nadie habla de las condiciones electorales a menos que sea la generalidad de pedir elecciones transparentes, frase cliché que usan dichos “representantes”, incluso los gobiernos amigos para sugerir que ese es el fin de la negociación para resolver la crisis y preservar la democracia, pero se olvidan de las condiciones electorales cuyos elementos más importantes son como manejar cuatro millones de votantes que integran la diáspora, como limpiar el registro de personas a quien por conveniencia se han nacionalizado, o limpiar credenciales falsas de cientos de miles de fallecidos usurpados en su identidad, y para no repetir, cientos de miles de votantes virtuales contenidos en circuitos irregulares.

No podemos desprendernos de las realidades objetivas, el régimen maniobró de tal manera que finalmente esa dirigencia de oposición chucuta discute los términos de una potencial e inútil negociación, y  acompaña el tema ya convertida en matriz de opinión de apoyar la convivencia con el régimen y con un efecto directo sobre destacados individuos de esos que llaman influenciadores que pregonan el supuesto mejoramiento de la economía, un sesgo del modelo político condicionado por un gobierno fuerte y autoritario imposible de relevar y una apertura económica sobre la cual hay que insertarse, en consecuencia, comienzan a acercarse al régimen en busca de una vinculación favorable para incorporarse a la vida activa, supuestamente productiva y de aprovechamiento para sumarse a la ilusa idea de supervivir dentro del régimen.

Todo ese cuadro comienza a tomar forma, explica la conducta de esos influenciadores para solicitar la suspensión de sanciones a los individuos del régimen sin importar sus antecedentes delictuales, y pregonan números y encuestas intencionadas señalando las bondades de esa estrategia. Tambien acompañan tales actividades con el pregón de prepararse para las elecciones presidenciales y ponen en el tablero docenas de “presidenciables”, solicitando consulta primaria para poner en la escena a un potencial candidato, el cual por supuesto no llenará las expectativas y más de uno actuará por su cuenta pregonando sus virtudes en la supuesta competencia con el dirigente mayor. En fin, una entelequia de estrategia que bajo las circunstancias actuales no se ve un cambio mayor que más bien conducirá a prolongar el modelo de gobierno hasta el año 30. Que esperanza para el que siembra cocos.

Frente al escenario dibujado a mano alzada, ya el régimen advierte que para el proceso de unas primarias necesariamente será conducido por el CNE, bueno el largo brazo oficial interviene para normar la aspiración de más de una docena de notables en su deseo de competir en unas elecciones que si no resolvemos los obstáculos electorales será simplemente un hecho de apariencia democrática y preservación de una presunta convivencia.

En ese entorno, el razonamiento y la experiencia política pone de manifiesto que la metodología empleada en dichas primarias sigue la conducta más que ortodoxa de imposición vertical, es decir de arriba abajo, despreciando los insistentes llamado de organizar a la sociedad civil quien debería tener la responsabilidad de catapultar a la dirigencia real sobre la base de un liderazgo que emerja de las organizaciones civiles, de sus comunidades y del país nacional. Es por esa razón que para el rescate de la representatividad es necesario poner en perspectiva adecuada la problemática sociopolítica y económica, los planes, programas, metas y estrategias sentidas a mas bajo nivel de la organización social  y elegir a sus dirigentes que en aglomeración con sus pares locales estadales y nacionales permitan construir un liderazgo en ascenso desde las bases hasta los nacionales para dar sentido el ejercicio democrático de elecciones primarias y catapultar a un verdadero candidato nacional y a sus colaboradores sustentado en un programa realista y de cambio.

Es hora de que la manoseada organización de la sociedad civil tome la posta, comience a validar su propia dirigencia en sus núcleos de opinión o comunidades, agruparse en células que den cuerpo a la representatividad en agrupaciones voluntarias con programas estratégicos y sin despreciar a los partidos políticos los cuales independientemente de la ausencia de apoyo o abandono por parte de su propia militancia se reivindiquen y validen a sus lideres, convoquen a la reconstrucción democrática de sus dirigentes de abajo hacia arriba a diferentes escalas geográficas y, defenestren a una dirigencia que nadie los ha nombrado y que han arruinado las banderas ideológicas y se han hecho compinches del régimen, le ha llegado la hora de democratizar a las organizaciones políticas y porque no, a organizaciones civiles propiedad de la iniciativa particular de individuos que presumiblemente con buena voluntad agrupan a amigos y admiradores sobre la base de reuniones, escritos y proclamas de otros, pero que deben ser validadas para hablar en nombre de los demás.

Estos esquemas no son nuevos, experiencias las hay a montones, pero como nadie en el país las vive, ¿por qué no la ensayan? Esta reflexión lleva a otra, todo se ha dicho, todo se ha diagnosticado y las respuestas se han formateado, las iniciativas se han establecido aun parcialmente, ya hay que darle forma integral en la búsqueda de objetivos comunes a cualquier escala.

Solo será necesario la sinergia de los que toman las iniciativas desde el poder comunal, municipal, distrital, estadal y nacional, incluyendo a gran número de organizaciones civiles e institucionales y, por supuesto, sindicatos, gremios, instituciones educativas de cualquier nivel ansiosas de tener dirigentes representativos.

Es hora de definiciones, lo mejor en lo particular será dejar el tema por un tiempo y decir como los que se van, vendrán mejores tiempos para expresarse, por tanto, dejémonos de tanto razonamiento e ir a la acción como lo pide la mayor parte del país.

 


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