Liderazgo irresponsable va a llevar a Colombia al socialismo del siglo XXI

 

Para mí es sencillamente inexplicable que el liderazgo colombiano no haya interiorizado que se está en una guerra frente al socialismo del siglo XXI y que se debe actuar en la perspectiva de una lucha existencial entre la vida y la muerte de la República y no ante una elección cualquiera. Haciendo analogía con la estrategia militar hagamos el siguiente ejercicio de simulación.

Un país vecino declara la guerra, sus tropas están en la línea fronteriza listas para invadir,  se descubren infiltraciones muy efectivas de redes de espionaje del país enemigo y sus aliados en los círculos de poder y cuarteles de la capital, los hackers ha hecho ataques cibernéticos sobre las  redes cibernéticas del gobierno y el ejército, tienen planeado bombardear las principales ciudades y centros estratégicos del país en cuestión de máximo 5 días, la ofensiva es trágica aunque no tienen asegurado el triunfo.

En efecto nuestras fuerzas son de dos órdenes de magnitud mayores que la del país agresor con una estrategia de “Blitzkrieg” sobre el enemigo en cuestión de pocas horas se le aniquilaría. El alto mando militar se reúne para implementar tácticamente la estrategia diseñada para tal efecto, en una reunión de máximo dos horas se elaboraría los detalles y se designaría el comandante de la operación, este en un plazo de unas 6 horas iniciaría las operaciones, en el mismo primer día de la ofensiva extranjera sería derrotada. Pero el alto mando militar dura días discutiendo cuál sería el comandante de la operación sin ponerse de acuerdo, al cuarto día el país agresor invade lleva a cabo los bombardeos planeados y destruyen al país en cuestión en pocos días.

No cabe duda que ese alto mando sería declarado culpable de la pérdida de la guerra y considerado traidor a la Patria por su inacción. Pues bien, eso es exactamente lo que a nivel político está ocurriendo en Colombia con respecto a las elecciones del próximo año. El socialismo del siglo XXI desde la fundación del Foro de Sao Paulo tiene el plan de apoderarse de Colombia, desde el 2009 aproximadamente Iván Márquez publicitó por videos como con la estrategia de la paz se tomarían el poder en Colombia; Juan Manuel Santos un infiltrado del narcoterrorismo comunista logró la ejecución de esa estrategia de paz, no se tomaron el poder antes porque la Seguridad Democrática de Uribe  lo impidió; pero con la instauración de la dictadura del farcsantismo al desconocer la voluntad popular expresada en el plebiscito el socialismo del siglo XXI dio el primer paso para la toma del poder, el cual no fue contrarrestado por la actitud blandengue de Duque, quien además gobierna con fichas claves del círculo de poder de Santos.

Desde el mismo día del triunfo de Duque,  Petro anunció c[omo sería la ofensiva final del socialismo del siglo XXI para tomarse el poder: sembrar un estado de anarquía a través de subversión urbana disfrazada de protestas públicas, ante de nuevo la debilidad de Duque que raya en la línea de la colaboración, las protestas paralizaron el país, ocasionaron muertes en la población civil y bajas inexplicables en las fuerzas de orden público ( estaciones de policía destruidas policías quemados vivos por  las  “protestas pacíficas”) creando un sentimiento de impotencia en la población, aunado al incremento de la inseguridad y a la crisis económica crearon el caldo de cultivo ideal para que por fin se materialice la ejecución de la línea dictada por la” Cartilla del Foro de Sao Paulo”: la toma del poder por la vía electoral. Los ejemplos de Venezuela y Nicaragua nos enseñan que una vez efectuada esta toma del poder por el socialismo del siglo XXI es irreversible.

Pero como en el símil militar arriba descrito, el triunfo del socialismo del siglo XXI no es seguro las fuerzas de la democracia son muchos más fuertes: la mayoría del electorado aborrece a las FARC, no quiere el comunismo, defiende la propiedad privada, los valores tradicionales de la familia, las instituciones republicanas, sus Fuerzas Militares, los empresarios y la libertad y el orden. No es sino cuestión de organizarse por medio de una gran coalición nacional, que enarbole un candidato que defienda esos sentimientos populares, que explique el peligro del socialismo del siglo XXI y que le hable claro y fuerte a la izquierda y la gran mayoría votará en contra del socialismo del siglo XXI.

Pero como en el ejemplo del mando militar irresponsable del ejemplo, el liderazgo democrático no se pone de acuerdo, si es que se llega a tal fin, cuando se haga será ya muy tarde, Petro habrá tomado el “momentum” de un punto de inflexión y la República estará irremediablemente perdida.  En mi opinión quedan los pocos días de este año, quizás hasta enero, para que esta tragedia se impida, o el liderazgo democrático se une tras un solo candidato y un solo programa o será irresponsable habiendo sido el causante de la caída de la República.

 

 


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