El fenómeno de la globalización, si bien no es reciente, sigue planteando constantes desafíos, el impacto de la digitalización de los negocios, la competencia cada vez más férrea en los mercados y los clientes cada día más empoderados y exigentes, son algunos factores que empujan a las empresas hacia circunstancias que a veces pueden resultar complicadas.

Para salir airosas de estas pruebas y lograr el éxito, se requiere de una conducción efectiva por parte de quienes llevan las riendas de la compañía. En manos de los líderes está remar en la dirección correcta y, para ello, deben demostrar habilidades gerenciales, de gestión de proyectos, tecnológicas, financieras y, por supuesto, en comunicación asertiva.

Un líder empresarial, a mi juicio, debe tener las suficientes destrezas directivas para comunicarse con su entorno y en especial con su equipo de trabajo. Sin embargo, para que se comunique de forma efectiva no basta tener un “don natural”, necesita poner en práctica diversas técnicas, pues a veces, de manera no consciente, sus palabras, gestos y tono de voz pueden afectar su asertividad.

La inteligencia emocional, un tema al que me referí ampliamente en mi anterior artículo “Empresas que gestionan emociones”, está implícita en la dirección asertiva y permite que las personas se comuniquen mejor.

Así que es importante que el líder desarrolle su inteligencia emocional para que, en vez de reaccionar en piloto automático, pueda tomar distancia, ver las cosas desde diferentes perspectivas y regular las emociones para poder expresarse con calma, firmeza, seguridad, pero también con empatía.

Un líder que se comunica con asertividad no solo mejora su propio desempeño, determinando sus limitaciones para superarlas y reconociendo sus fortalezas para reforzarlas; también mantiene relaciones constructivas con su equipo y contribuye a que sus integrantes optimicen su rendimiento, asuman retos para alcanzar en conjunto las metas y los objetivos propuestos.

Además, su capacidad para tomar decisiones y resolver problemas se hace más eficaz. Es decir, el líder utiliza precisamente la comunicación como una herramienta para impactar positivamente en los resultados y conducir a la empresa hacia el éxito.

Es evidente que una dirección asertiva trae beneficios a las compañías, a sus líderes y al personal en general, ya que implica tener una visión estratégica que permitirá impulsar el negocio, mediante labores productivas y de calidad en medio de un clima de respeto y colaboración.

En mi opinión, la asertividad es una de las cualidades esenciales de un verdadero líder y un requisito necesario en cualquier empresa.


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