Este lunes 20 de marzo se cumplieron 20 años de la invasión militar de Irak, dirigida a sacar a su gobernante Saddam Hussein del poder, para lo cual utilizaron el insostenible argumento de la posesión de armas de destrucción masiva por parte del gobierno de Irak, que unido a una serie de situaciones coyunturales dieron pie a una de las mayores tragedias humanitarias del siglo XXI.

Como el propósito de este documento es ilustrar a quienes eran muy jóvenes para recordar o rememorar los errores políticos de los gobiernos de Irak y Estados Unidos,  comenzamos de inmediato:

Errores políticos

Gobierno de Irak

1. El gobierno de Saddam Hussein, nunca valoró el hecho político de que Estados Unidos le había dado una segunda oportunidad política de sobrevivir, en el momento en que le aplasta militarmente en 1991 (Guerra del Golfo o Invasión de Kuwait) al detener a sus ejércitos a 80 kilómetros de Bagdad en plena rebelión de ciudadanos chiítas que buscaban derrocar al gobierno. Esta acción, incomprensible para la opinión pública de la época, era un cálculo político maquiavélico, muy acertado, para evitar que los chiítas proiraníes y mayoría de la población tomaran el poder se orientaran hacia una alianza política y militar con Irán. Recordemos lo siguiente:

“Con la capital del país devastada por los bombardeos, Hussein tuvo que enfrentarse a una guerra civil. Los kurdos reclamaron sus derechos y las regiones chiítas del sur se alzaron en armas. Sin embargo, el temor a que la caída del presidente iraquí desestabilizara la zona llevó a los vencedores a no apoyar estos movimientos”.

Fuente: «La Guerra del Golfo». Diario El Mundo. 2003. Consultado el 15 de junio de 2008.

2. Al igual que otros presidentes en la actualidad, el gobierno iraquí de la época, no entendió los efectos destructivos que tiene las sanciones comerciales y financieras sobre los países que tienen graves problemas económicos y que impiden a la larga realizar una gestión social y económica. Por tal razón, perdió toda la década de los noventa en una serie de peleas inútiles que solo hicieron a su país, mucho más débil a la hora de enfrentar cualquier amenaza militar y económica foránea, además de llevar a la muerte a miles de personas por escasez de medicinas y alimentos, a pesar de la existencia de un programa de alimentos por petróleo, administrado por las Naciones Unidas (véase, Resolución 986, 1995, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que por cierto, el Dr. Francisco Rodríguez quiere adaptar a Venezuela en la actualidad, para paliar la escasez de medicinas y alimentos para las clases populares, que no pueden adquirirlas por sus altos precios).

3.Sin tener la fuerza económica y militar para plantearse otra guerra, Saddam Hussein continuo con sus políticas de desplantes y desafíos a los oficiales de la ONU que buscaban armas y municiones que no existían («Irak acusa a los inspectores de la ONU de espiar para Estados Unidos e Israel». La voz de Asturias. 2002.) al prohibirles las inspecciones y hasta expulsarlos del país, lo que se combinó perfectamente con la guerra de propaganda estadounidense, de que si tenía las mentadas “armas de destrucción masiva”, creando las condiciones ideales en la opinión pública occidental de muchos países para la invasión.

4. No supo entender el cambio total que implicó en la política estadounidense los atentados del 11 de septiembre de 2001, que derivaron en la Ley Patriota y en la teoría de los Ataques Preventivos, que permitían al gobierno estadounidense, destruir a cualquier gobierno extranjero, que amenazará de forma inminente a los intereses y ciudadanos estadounidenses, en cualquier parte del mundo. A pesar de que ciertamente el gobierno iraquí no tenía ninguna responsabilidad en dichos atentados, como lo estableció el Comité Nacional de Investigación de los atentados del 11 de septiembre, como se establece en su informe final:

Véase: https://www.9-11commission.gov/report/911Report.pdf

5. No quiso entender el valor estratégico, financiero, energético y político de sus territorios para la Seguridad Nacional de Estados Unidos en su contexto global y subestimó la idea de una nueva invasión militar. En este sentido, la opinión más extendida de que la guerra de 2003 fue por petróleo es apoyada por la casi totalidad de la intelectualidad occidental, con figuras tan importantes como Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal entre 1987 y 2006, que lo reseñó públicamente («Guerra en Irak fue por crudo: Greenspan». CNN expansión 16.09.2007.).

6. De manera anecdótica, se debe recordar que el grado de locura y desconexión con la realidad del gobierno de Irak se expresó con toda crudeza en las declaraciones destempladas, increíbles y ridículas de su ministro de Información (Mohamed Said al-Sahaf) denominado en su momento como Alí el Cómico o Bagdad Bob, siendo recordado por frases como estas:

-«Hoy he visitado todo Bagdad y no he encontrado invasores. Ustedes ven cómo los hemos expulsado a todos de esta ciudad. Están llorando fuera y esperando recibir balas. Serán asesinados en breve.”… – «Los misiles de crucero no asustan a nadie, los estamos cazando como peces en un río.» – «Puedo decir, y soy responsable de lo que estoy diciendo que [las tropas americanas] han empezado a suicidarse en los muros de Bagdad. Les conminaremos a que cometan más suicidios rápidamente.»… – «Los infieles están cometiendo suicidios por cientos a las puertas de Bagdad. Estén tranquilos, Bagdad está a salvo, protegido.”… – «Hoy los hemos sacrificado en el aeropuerto. Están fuera del Aeropuerto Sadam. La fuerza que estaba en el aeropuerto, esa fuerza ha sido destruida. Hemos ido y los hemos aplastado, hemos despejado todo el lugar, han sido sacrificados.»”

Gobierno de Estados Unidos

1. Se cometió el sacrificio de destruir el prestigio, seriedad y capacidad de los servicios de inteligencia estadounidenses, especialmente la CIA, al comprometerlos en una inexcusable maniobra de apoyar informes insostenibles de sustentar sobre la existencia de Armas de Destrucción Masiva en Irak, que no uso en su peor momento en 1991, al borde de la destrucción política y que en aquel momento era imposible de ocultar, debido a la deteriorada situación político y social del país, que lo hacía especialmente permeable a acciones de inteligencia de todo tipo. A partir de este momento se perdió la credibilidad y sustentación moral, que daría pie, años después a la aparición de deserciones y traiciones de funcionarios de seguridad estadounidenses como el caso de Edward Snowden.

2. Se desbarató el sentimiento de solidaridad internacional que había provocado el ataque del 11 de septiembre, en Estados Unidos, que había generado el apoyo y solidaridad de sus aliados internacionales, generando movimientos globales contra la guerra, que dejaron pequeños a nivel internacional las recordadas protestas contra la Guerra de Vietnam.

3. Se cometió el error político-estratégico fundamental, de liberar Irak de la tiranía de Saddam Hussein y en vez de crear una democracia moderna que fuera símbolo y ejemplo para los demás países y pueblos del Medio Oriente, tal como ocurriera en Japón entre 1946-1952 , durante la ocupación militar estadounidense, convirtiéndola en un ejemplo para el continente asiático, se estableció un régimen de ocupación muy torpe políticamente, con amplio margen para la corrupción administrativa y que en vez de liberar a todos, paso a cambiar de posición a oprimidos contra opresores. En este sentido, es importante señalar la supresión del partido político de Saddam Hussein, la expulsión de los funcionarios y el veto a la minoría sunita, la eliminación de las fuerzas de seguridad militares y policiales establecidas, además del error fundamental de no aplicar un Protocolo de Gobierno de Ocupación riguroso, lo que permitió la destrucción de servicios públicos esenciales y el saqueo del Museo de Bagdad, al no resguardar los edificios públicos de importancia nacional. Es necesario señalar que el mismo Colín Powell había señalado la existencia de planes para estas contingencias, que se estrellaron por razones político-partidistas de la época.

4. Desde el punto de vista económico, comercial y financiero, el apoyo estadounidense fue inmenso, pero infructuoso para rescatar a la economía de Irak, levantar el empleo y generar prosperidad, debido a la amplia corrupción administrativa, deficiente planeación y peor auditoría realizada dentro de Irak, por agencias estadounidenses y el gobierno iraquí, que aprovecharon la inexistencia o aplicación de protocolos de administración en territorios bajo ocupación militar, por lo cual a diferencia de Europa, reconstruida por el Plan Marshall, en este caso, se perdió el dinero y no se consiguió el agradecimiento ni apoyo de la población iraquí, ni de sus gobernantes. En este caso, es necesario recordar lo referido por el New York Times, en aquella época:

Un informe oficial denuncia por primera vez el fracaso del proyecto de reconstrucción de Estados Unidos para Irak…Un documento federal recientemente obtenido por el diario estadounidense The New York Times denuncia por primera vez que los esfuerzos de reconstrucción desarrollados en Irak por el gobierno estadounidense han fracasado estrepitosamente al carecer de cualquier tipo de organización o método, lo que ha llevado al despilfarro de miles de millones de dólares destinados a inversión en proyectos de construcción local, que se despilfarran en manos de políticos iraquíes… (Leer más: https://www.europapress.es/internacional/noticia-informe-oficial-denuncia-primera-vez-fracaso-proyecto-reconstruccion-eeuu-irak-20081214115151.html)

5. La gestión militar de la guerra no está exenta de graves errores políticos, como invadir Irak, con una cantidad de efectivos muy inferior a la desplegada en 1991, lo que impidió ganar la guerra con mucha mayor antelación de tiempo, careciendo de efectivos, para resguardar instalaciones esenciales, tal como ocurriese en la Batalla de Bagdad, donde se recuerda lo siguiente:

“Durante los días de la batalla por la capital, y debido al vacío de poder provocado, turbas de gente incontrolada llevaron a cabo todo tipo de saqueos que dañaron gravemente el patrimonio de Bagdad. La Universidad de Bagdad, los hoteles de 5 estrellas Al-Rashid, Al-Mansour y Babel, así como varias embajadas, fueron asaltados y saqueados. Las pérdidas irreparables más importantes se produjeron en el Museo Nacional y la Biblioteca Nacional, donde fueron saqueados, destruidos e incendiados numerosos documentos manuscritos y otras piezas procedentes de la antigua civilización de Mesopotamia, con 7.000 años de antigüedad. En el zoológico de la ciudad solo sobrevivieron el 5% de animales, habiendo muerto algunos por inanición y siendo otros robados y sacrificados por asaltantes”.

6. Igualmente, el manejo de la guerra de contrainsurgencia entre 2004 y 2011, fue de un enorme costo político, militar y humanitario, debido a una serie de factores políticos, que impidieron implementar muchas iniciativas políticas de gobernanza entre sunitas y chiítas, así como políticas erróneas de Tratamiento de Prisioneros de Guerra, que derivaron en escándalos internacionales de violaciones de los derechos humanos (caso de la Cárcel de Abu Ghraib), por lo cual, a pesar de haber finiquitado oficialmente la intervención militar en 2011, aún se mantienen demasiados traumas sociales, económicos y políticos de dicho conflicto desde la población iraquí hacia el gobierno de Estados Unidos.

Conclusiones

  1. Los gobiernos autoritarios, como el gobierno de Irak, terminan construyendo su propia realidad política, ajena a los factores internacionales que no les gustan y por ello, cometen tantas equivocaciones, especialmente de orden geopolítico y económico.
  2. Los gobiernos democráticos, como el caso estadounidense, deben entender la imposibilidad o gran dificultad de mantener engañada a la opinión pública, por lo cual sus pasos militares tienen que estar muy cuidadosamente planeados, como ocurrió en 1991 durante la guerra para liberar Kuwait, donde el éxito militar y político fue casi total, de corte “cinematográfico”, por lo cual requieren de metodologías y agencias comprometidas con agendas políticas claras y efectivas.

Muchas de las equivocaciones cometidas por ambos gobiernos pueden ser aplicadas y contextualizadas al caso de la política venezolana, pero la coyuntura actual exige que no se puedan hacer comparaciones debido a la hipersensibilidad de actores políticos a críticas, observaciones o sugerencias de cualquier tipo.


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