La victoria electoral del candidato Javier Milei en Argentina ha planteado una serie de situaciones inéditas para los políticos latinoamericanos que no pueden en gran parte entender este salto tan radical de giro político, especialmente después de que el peronista Sergio Massa ganase la primera vuelta. Esto hace necesario realizar algunas reflexiones sobre lo acontecido en ese país, que pudieran ser valiosas lecciones políticas en otros lugares, incluida Venezuela. Veamos por ejemplo:
1) Desesperación social
Pensar que los pueblos se acostumbran a las crisis y no son capaces de buscar soluciones originales, diferentes y radicales, fue un grave error de los peronistas argentinos, que tuvieron el descaro de poner como candidato al ministro de Economía, responsable de gestionar la peor crisis social y económica de la historia de dicho país, como si fuera a hacer de presidente algo diferente. Este es el caso de la propuesta presidencial de Nicolás Maduro, que luego de ser desconocido sus resultados electorales en sus dos últimas elecciones presidenciales por la oposición y no haber podido impedir una reducción de la economía en 75% en 10 años, insiste en seguir siendo candidato eterno, apoyado en sus encuestadores que le dicen que todo va bien, que su popularidad es firme y que la culpa de todos los errores y problemas son las sanciones y que la gente común no le asigna a su gobierno cuota de responsabilidad alguna. Es la negación total de la exitosa estrategia de Diosdado Cabello en las elecciones de alcaldes y gobernadores, cuando sustituyó a la inmensa mayoría de los gobernantes impopulares e incapaces, a veces de forma tan radical que ni los dejó ser candidatos internos a su reelección, permitiendo renovar la esperanza de sus bases con nuevos candidatos desconocidos a las mayorías.
2) Papel de la juventud
El triunfo de Milei se debió fundamentalmente a su apoyo entre la juventud argentina, en estado de efervescencia, por la incapacidad del gobiernos de crear políticas educativas, laborales y financieras que atendieran sus problemáticas particulares, con una inflación creciente que les roba toda esperanza de un futuro mejor, por lo cual apostaron al cambio total. En Venezuela, es un hecho inocultable que amplios sectores de la juventud esta direccionando sus aspiraciones en la vía de salir del país, para vivir en el exterior, lo cual, como en muchos otros casos, es difícil de cuantificar en números exactos, por ser un misterio o secreto de Estado, establecer la cantidad aproximadamente de venezolanos, que se han ido, los que están saliendo y los que aspiran irse a corto plazo.
3) Impacto psicológico de la corrupción
La lluvia de denuncias de todos los tipos y escalas que se denunciaron en Argentina con situaciones como el caso de los denominados » Cuadernos de la Corrupción» y la correspondientes dificultades para castigar a los implicados, seguida por una solidaridad automática del partido de gobierno hasta justificar lo injustificable, terminaron por obstinar a todos los argentinos, que en gran número han apoyado la opinión de Javier Milei de la existencia de unas » Castas » de vagabundos y ladrones del tesoro público, que ni se arrepiente ni aspira cambiar sus conductas.
En este sentido, el mayor éxito del gobernante de China Xi Jinping, ha sido su implacable lucha contra la corrupción administrativa que ha detenido y condenado a prisión y muerte a muchos miles de funcionarios públicos que van desde alcaldes hasta ministros y presidentes de empresas publicas e incluso ha detenido empresarios privados y consultores y gerentes extranjeros de empresas multinacionales que funcionan en la República Popular China, mientras que en el caso venezolano, a pesar de las detenciones de múltiples funcionarios públicos, se hace inevitable una detención masiva de alcaldes, gobernadores y ministros en funciones y ya retirados, para poder generar credibilidad general en la lucha contra la corrupción y la ineficiencia, para crear la sensación de un país diferente, respetuoso de las leyes.
4) Existencia de empresas públicas insostenibles
Al igual que en toda Latinoamérica, se hace evidente la existencia de empresas públicas insostenibles que no tienen ningún beneficio económico, no pagan dividendos al Estado, porque no dan ganancias financieras y solo sirven para sostener nóminas de miles de empleados público, cuya existencia se justifica por su peso electoral para ciertos determinados partidos políticos. Esto, es tan cierto, que las huelgas generales en Argentina, solo se producen cuando hay gobiernos de partidos políticos que no son peronistas, mientras que los dirigentes sindicales, de hacen los desentendidos, de la condiciones sociales y económicas atroces de sus agremiados, si el gobierno es peronistas, o sea, se vuelven sindicatos patronales y aliados del gobierno.
Tal situación, termina por ser tan obstinante para el ciudadano común, que termina convirtiéndolo en fanático de la privatización, enemigo del Estado e inquisidor de los sindicatos y partidos politicos.
En el caso de Venezuela, es imposible conocer cuantas empresas públicas e institutos autónomos existen a nivel nacional, estadal y municipal, que pueden pasar a manos de empresarios privados y fundaciones de la sociedad civil, que harían un esfuerzo tremendo por incrementar sus alcances y servicios con un mínimo de sostenibilidad financiera, liberando al Estado de unos gastos empresariales que puede destinar a inversión social y de infraestructura.
5) El problema impostergable de la reforma educativa
Como bien ha pontificado el periodista y analista político Andrés Oppenhaimer en sus diversos libros, desde hace muchos años, el divorcio de los sistemas educativos latinoamericanos con los sectores empresariales y la falta de una política nacional de formación de recursos humanos para una transformación de la economía tradicional en una economía de punta orientada hacia la exportación, ha creado un peligroso vacío que los jóvenes de todos los países comprenden mucho mejor que sus mayores al tener acceso a la información en sus redes sociales de cómo son en otras partes del mundo las sociedades que sus padres y abuelos no pudieron conocer.
Por ello, los jóvenes buscan cambios radicales como las propuestas de Milei, lo cual de no ocurrir, derivaría como en Venezuela en una fuga de millones de argentinos hacia otros países desarrollados.
En el caso de Venezuela, se requieren medidas muy radicales y de alta tecnología para adecuarse a los estándares del siglo XXI, comenzando con una operación internacional de rescate humanitario de los docentes venezolanos, que han sido condenados a tener sueldos muy reducidos y carencias de prestaciones sociales básicas en salud y otras materias, sin dejar de señalar que la escuela pública venezolana requiere con extrema urgencia de un programa masivo de alimentación para todos sus estudiantes, aun en tiempos de vacaciones escolares, pues tal es la crisis nacional existente en el sector.
6) El cambio del modelo económico
Recordando a los mandarines chinos que llevaron a dicho país a un siglo de humillación y desgracia, por proteger un modelo económico que solo servía para responder a sus intereses grupales y no los de la nación, evitando el impostergable cambio, como sí lo entendieron los japoneses, modernizando su país y protegiéndose de las potencias europeas; los políticos argentinos han creado un sistema de alianza político-empresarial, enemigo de la globalización, la modernidad y la libre competencia, haciendo cada vez más difícil que se puedan generar políticas de desarrollo como las aplicadas en Taiwán, Corea del Sur o Singapur, que establecieron en una generación lo que otros países lograron en siglos.
Negarse al cambio económico y tecnológico es seguir el camino de la desaparecida Unión Soviética, que se derrumbó sin invasión ni guerra por su incapacidad de adaptación a la revolución tecnoindustrial de la informática que requiere de sociedades muy diferentes al modelo comunista de aquellas denominadas «democracias populares».
Este modelo estatista es el que ha convencido a un enorme sector de argentinos a buscar la dolarización, pues entiende que sus gobiernos son demasiado irresponsables y corruptos como para colocar la protección de su moneda por encima de sus intereses comerciales y electorales.
En Venezuela no se trata solamente del fin del rentismo petrolero, sino de la adaptación de todas las instituciones a nuevas formas de organización y gestión que en amplios sectores de la sociedad política y económica de Venezuela son rechazados.
Habiendo rechazado los cambios estructurales de varios gobiernos, ahora se hace inevitable un cambio del modelo económico hacia un sistema sostenible ecológicamente (para que el país no termine como el lago de Maracaibo) y financieramente para que no entremos en una nueva etapa de locura monetaria, como la que originó la espantosa inflación que algunos insisten en achacar a las sanciones y olvidan la guerra contra DolarToday, que se acabó cuando el portal del BCV se puso a la par del referido portal y nadie salió diciendo que la CIA controlaba el Banco Central.
Hay muchos otros ejemplos de similitudes y desgracias que se comparten entre los modelos político-económicos de Argentina y Venezuela que no trataré por motivos de espacio. Igualmente, hay valiosas lecciones de política electoral que se pueden aprender de la forma como Javier Milei fundó un partido político que en 2 años se llevó por delante a los tradicionales, pero eso es otra historia y otro artículo.