La dinámica política creó un Estado bicéfalo con dos ejecutivos, dos legislativos y dos judiciales; un gobierno considerado ilegítimo en sus orígenes y otro constitucional con características metavirtuales, en particular a lo que se refiere a su política exterior.
La decisión de acabar con el gobierno interino representa un salto al vacío, difícilmente los responsables de esta reforma del Estatuto de Transición a la Democracia que “elimina” el gobierno interino, como lo define un prestigioso constitucionalista, no es más que un gran “disparate”, en mi opinión un “salto al vacío” o mejor dicho un asalto a la inteligencia de los venezolanos, debido a que todos saben que dicho gobierno no fue “creado” por la Asamblea Nacional ni está de acuerdo con el sistema republicano que nos define puede asumir las funciones del Poder Ejecutivo y del Legislativo a la vez. Se ve que ninguno de los “matarifes” de la Constitución se pasearon por Jean Rousseau.
Si en alguna ocasión, la defenestración de Zelaya en Honduras; de Dilma Rousseff en Brasil y la de Pedro Castillo en Perú hace varias semanas atrás, pudo ser cuestionada, la revocación, destitución o defenestración de Juan Guaidó, denle el calificativo que más les parezca, da igual, sus ideólogos serán seguros ganadores del premio Guinness por su capacidad para desencantar a un pueblo.
Más en serio, la decisión de marras incide lógicamente en el desarrollo político interno; pero también tiene unos efectos devastadores en lo internacional. Sin entrar en mayores disquisiciones teóricas o académicas, se puede hacer un decálogo con las implicaciones de este disparate, el cual dentro de un modelo DOFA deja claro: que las argumentaciones de la oposición oficialista son sumamente débiles; las oportunidades son inexistentes, por lo cual no desarrolla mayores fortalezas para las negociaciones en México y amenaza con atornillar al gobierno.
En la historia hay muchos ejemplos, pero uno que se asemeja a la claudicación de fin de año es la del gobierno del Vichy con el general Pétain, en la Francia ocupada; los efectos de este disparate sin base constitucional se pueden resumir en un decálogo fácil de comprender.
- Envía un mensaje confuso a la comunidad internacional que ha apoyado la lucha democrática.
- Al no dar una explicación válida y coherente, el Cuerpo Diplomático hará dibujo libre en sus interpretaciones, incluso los rusos, chinos, norcoreanos, ante tal claudicación.
- El riesgo de la pérdida de legitimidad tira por tierra todos los esfuerzos realizados hasta el momento por lograr el apoyo y el reconocimiento de más de 60 países, de los organismos regionales (OEA) y extraregionales (UE).
- No deja claro quién conducirá la política exterior, al ser una facultad del presidente de la República y no del Poder Legislativo.
- Al ser el actual gobierno ilegítimo y la pretendida “Junta de Gobierno”, asumir facultades que no le corresponden, los custodios y tenedores de los activos venezolanos los seguirán manteniendo en custodia hasta que se defina esta situación.
- Se pone en duda la representación diplomática del gobierno interino.
- Algunos gobiernos que apoyaban al gobierno interino como el de España, ya han anunciado elevar su representación a nivel de embajadores ante el gobierno de Nicolás Maduro.
- Es de recordar que el reconocimiento de encargado de la presidencia ha sido oficialmente aceptado por diversos gobiernos democráticos que legitimaron la representación de nuestro país ante múltiples instituciones internacionales.
- Un salto al vacío elimina la cualidad jurídica de la República de Venezuela, frente a la Oficina del Tesoro, lo cual pondría en riesgo el resguardo de los activos y demás recursos de todos los venezolanos.
- La defenestración del gobierno interino causarán un daño irreparable en el reconocimiento y credibilidad internacional.